Lidiando con dos chicos ebrios.

838 110 29
                                    

Un mes después...

Los menores Taisho seguían bajo el cuidado y vigilancia de Sesshomaru, como bien lo supo al principio no fue una tarea sencilla. Sus constantes peleas entre él e Inuyasha eran frecuentes, el menor se rehusaba a obedecer sus ordenes y constantemente trataba de escapar aunque nunca logró burlarlo.

Como siempre debía preguntar si ellos saldrían, los cuidaba y debía saberlo todo respecto a su rutina diaria.

―¿Van a salir hoy?.

―Yo si quiero, quiero salir beber esta noche. ―Contestó Miroku.

―¿Y los demás? ¿Ustedes también irán?. ―Preguntó.

―Yo si iré. ―Dijo Koga.

―¿Y tú?. ―Preguntó mirando a Inuyasha.

―Claro que iré, idiota. No  voy a desaprovechar esta ocasión para que me sigas manteniendo encerrado. ―Contestó con molestia. 

―Entonces... ¿Cual sería la hora para irnos?.

―Por la noche, yo te aviso. ―Contestó Miroku.

Después de haber quedado en eso Sesshomaru tuvo que prepararse. Salió dejando a Miroku a cargo, se veía más confiable que los otros dos y no podía salir con ellos exponiéndolos al peligro.

Horas después...

Sesshomaru finalmente llegó, traía una pequeña caja y se dirigió con los chicos que jugaban vídeo juegos en la habitación del menor de los tres.

―Ustedes tres. ―Les llamó pero sólo Miroku se acercó.

―Ellos no te escucharan, Sesshomaru. Cuando compiten no se apartan de ahí hasta que uno gana. Explicó Miroku mientras veía a su hermano y a su primo competir ansiosos.

―¿Conque no me escucharan? Entonces tendré que hacer algo... ―Se dirigió al contacto de luz y desconecto todo haciendo que la televisión se apagara.

―¿Que te pasa? Ya le iba a ganar a este idiota. ―Reclamó Inuyasha furioso.

―¿A ti que te pasa, bestia? Yo iba ganando. ―Aseguró Koga.

La pelea inició, el moreno trató de golpearlo e Inuyasha lo esquivo, cuando iba a regresarle el golpe alguien paró su puño.

―Miroku, ya te he dicho que no interrumpas cuando voy a partirle la cara a este sarnoso.

―Pero si yo no me he movido de mi lugar. ―Contestó Miroku.

Al voltear vio al albino sostener su puño con una expresión molesta.

―Cállense ya, tengo algo que darles. ―Les entregó la caja que antes traía. ―Agarren el suyo cada uno viene con su nombre. ―dijo al ver como los menores veían su contenido.

―Son placas de identificación. ―Dijeron Miroku y Koga al unisono.

―¿Acaso no sabes nuestros nombres, idiota?. ―Se burló el menor. Decidió ignorarlo.

―Estas placas tienen un rastreador. Si llega a pasarles algo sabré donde están. ―Explicó.

―¡Están geniales!. ―Dijeron Koga y Miroku al unisono, las placas se veían como tarjetas de identificación militares.

―Ni crean que yo me pondré eso. ―Comentó Inuyasha despreocupado.

―¿Sabías que Kagome me dio el permiso de retirarte tus cosas si me desobedecías?. ―Le contestó mientras mostraba un juego de llaves que Inuyasha reconoció al instante.

Enamorado en una vida peligrosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora