Solo te pido una cosa: Give me your love

CAPÍTULO 11

YEONJUN :

Estoy perdido en mis pensamientos, no entiendo porque siempre que no estoy distraído, empiezo a pensar en el beautiful boy de hoyuelos, Soobin, éste siempre se aparece en mis pensamientos con su hermosa carita y su actitud toda malvada.

Justo pensando en el rey de Roma Soobin que me llama ahora.

-Hello

-Ya te he dicho que no me hables en inglés que yo no sé nada y no te entiendo.

-Ay cierto, es la costumbre, lo siento

-Bueno, te llamaba para preguntarte si ya éstas en camino para nuestro encuentro

-Sí, si ya estoy en camino, justo estaba por salir de mi casa, sólo estaba pensando en una cosita

-Ah bueno, entonces, nos vemos allá

-Okey, bye, see you later

-Qué?

-Nada nada, nos vemos allá, adiós- le dije y colgue.

Me sorprende que Soobin no sepa nada de inglés, supongo que tendré que darle algunas clasesitas.

minutos después:

Ya me encuentro cerca de la cafetería dónde me voy a encontrar con Soobin, voy a llamarlo para saber si ya está cerca.

(ring ring ring ring)

-Dime Yeonjun

-Oye Soo, ya éstas cerca o aún...

Sentí como alguien me tapo la boca y me empezó a jalar, yo estaba pataleando tratando de soltarme y poder ver quién era, pero no podía, eran 3 chicos y todos tenían la cara completamente tapada.

-Aló Yeonjun? Sigues ahi?, Me oyes? Me escuchas? Me sientes?

Escuche la voz de Soobin a través del teléfono, trate de gritar pero no pude por la cinta que tenía en la boca, de repente, sentí como me empezaban a patear, golpeaban mi espalda, mi estómago, mis piernas, hasta mi cara. Sentía como la sangre salía de todo mi cuerpo, el cuál ya me estaba doliendo demasiado.

Ví como uno de esos chicos sacaba un arma, empecé a moverme, no quería morir, ¿por qué me tenia que pasar esto a mí?.

Traté de rogar por mi vida pero no pude, lo último que vi fue como la bala salió de la pistola, cayendo en mi estómago y haciéndome derramar demasiada sangre, ví como los tres tipos se iban corriendo.

Sentí mis párpados pesados, no quería cerrar los ojos, aún no, sin embargo no aguanté, esa fuerza era más fuerte que mis ganas de vivir.