5 de agosto 9:00
Me levanté de golpe tras una de las frecuentes pesadillas que tenía. Esas pesadillas me habían perseguido desde siempre, solían ser casi siempre las mismas aunque a veces aparecían detalles diferentes. No las soportaba, siempre que las tenía no paraban de pensar en ellas durante el día porque pensaba que eran como sueños premonitorios, como si pudiese ver algo que me sucedería en un futuro...aunque a veces no se cumplían.
Después de intentar calmarme por el susto de la pesadilla fui abajo a desayunar como siempre con los chicos y mi hermano.
-Buenos días enana-dijo Liam sonriendo.
-Buenos días…-dije yo sin mucha alegría.- ¿Y los demás?
-¿Qué te pasa? Los demás están durmiendo.
-Nada...solo una pesadilla.
Cogí el tazón de cereales y me senté al lado de Liam. Él estaba casi terminando de desayunar pero se quedó conmigo mientras terminaba yo.
-¿Vas a ir a algún sitio?-me preguntó mientras cogía la vajilla y la fregaba.
-Puede que hoy vaya al centro un rato, no lo sé…
-Yo tengo que hacer un par de cosas, si quieres luego vamos y te dejo allí.
Liam tan caballeroso como siempre. Él siempre ayudaba cuando podía, e incluso cuando muchas veces estaba ocupado.
-Vale, me cambio y nos vamos-dije ya medio sonriendo.
5 de agosto 11:00
Liam y yo llegamos por fin al centro. Aparcó al sitio donde me disponía a ir primero. Pero antes me dijo:”Te recojo a las 13:00 para ir a casa y almorzar”. Yo asentí y le di un beso en la mejilla mientras le decía que le quería y cerraba la puerta del coche.
5 de agosto 18:00
Estaba a punto de llegar a casa, con 5 horas de retraso. Tenía el móvil apagado debido a que se me había quedado sin batería, así que si los chicos o mi hermano me habían llamado (que seguro que sí) no lo podía haber visto. Sabía que cuando llegase pasaría lo de siempre, así que en parte no quería ni entrar.
Ya llegaba a casa, suspiré y abrí la puerta despacio. Me encontré a Harry viendo la tele, los demás no estaban allí.
-¡ASHLEY! ¿Dónde estabas?-Me dijo Harry mientras me abrazaba.
-En el centro, es que se me hizo un poco tarde...-dije intentando excusar mi tardanza-¿y los demás?
-Habían salido con tu hermano a buscarte, yo me quedé aquí por si acaso venías. Les llamaré y les diré que vuelvan.
Harry fue a buscar su móvil, mientras yo me senté en el sofá. Llamó a mi hermano, que este como no, se alegró de que hubiese vuelto. En el fondo yo estaba un poco asustada, si me había echado la bronca la otra vez por llegar como media hora tarde esta vez sería peor.
No me gusta ver a mi hermano ni a ninguno de los chicos enfadados conmigo. Muchas veces las cosas que les molestan las hago inconscientemente, intento no meter la pata, pero muchas veces no depende de mí.
Llegaron los chicos y mi hermano. Todos me abrazaron ya que les aliviaba que estuviera bien. Mi hermano me abrazó más fuerte que nadie, es muy cariñoso, así que siempre me abrazaba a pesar de todo lo que pasase. Para asombro de todos, mi hermano no me regañó ni me preguntó nada. No sé porque, pero parecía tranquilo, como si esta vez solo le importase que estuviese bien y no donde había estado, con quien, por qué…
Después de esto me fui a duchar, quería relajarme e intentar olvidar todo mientras me duchaba con agua calentita como tanto me gustaba. De repente apareció Niall mientras me estaba secando de espaldas a la puerta. Entre todos teníamos bastante confianza así que no me importaba que me viese así, pero ese día no fue el más oportuno para abusar de esa confianza.
-¿Qué te ha pasado en la espalda?-Me dijo Niall al ver la especie de moretón que tenía en la espalda, aunque también había un par de rasguños.
-Nada, solo que me he caído y me he dado.-Dije quitándole importancia.
-¿Segura? Eso no parece de una caída… -Dijo Niall un poco preocupado.
-Sí, es que me caí muy fuerte, de verdad Niall no pasa nada, no es la primera vez que me caigo, sabes que soy una patosa.-Dije riéndome.
-Está bien, pero deberías contárselo a tu hermano y a los demás...además, creo que te tienes que curar un arañon, parece que queden como cristales dentro.-dijo observando detenidamente mi espalda.
-Mmm...Creo que no hará falta que se lo cuente, no es nada importante.-dije un poco para intentar que no lo contara.
Como siempre, los chicos me ignoran y se los dicen a los otros lo que me pasa. En este caso, fue Niall, le dijo a los chicos lo que tenía en la espalda y como no, ellos quisieron verlo. Todos se quedaron asombrados porque pensaban que era algo más leve, aunque para mí lo que tenía no era grave.
Después de que lo vieran, mi hermano me empezó a curar la espalda.Sinceramente, no sé que me dolía más, si el dolor que me causaba la propia herida y más cuando mi hermano intentaba quitarme unos trocitos de cristal o que mi hermano tuviera que ver eso y curarlo por culpa de mis tropiezos.
-¿Cómo coño han llegado cristales a tu espalda?-dijo mientras intentaba quitar el cristal con unas pinzas de Zayn.
Yo no le pude contestar, apretaba los dientes y cerraba los puños para intentar soportar el dolor.
-¿Te has dado con un cristal o algo así?-dijo insistiendo.
-Pues lo que pasó fue que...-me pausé.
No sabía si mentirle o decirle la verdad, era mi hermano pero no quería preocuparle a él ni a ninguno de los chicos, así que opté por mentir. Mentía desde hace meses, mentía por miedo, vergüenza y a la vez por no involucrar a la gente que quería.
-He ido a una tienda y habían figuras y me he caído y pues ya te imaginas el resto.-Dije con intención de que mi hermano no sospechase.
Tenía una capacidad increíble para mentir en menos de un minuto. Mi mente reaccionaba con una excepcional imaginación al verse amenazada con que se supiera la verdad. Pero, por otra parte conocía a mi hermano, sabía que no se lo tragaría del todo y aunque me dijese que sí, en realidad dudaba.
-Mmmm…lo que digas, pero ten más cuidado la próxima vez, por favor.-dijo no muy convencido.
Sabía que no se lo creyó, mi hermano en ese sentido era demasiado desconfiado. Desde entonces sabía que tenía que tener máxima cautela, mi secreto más guardado corría el peligro de descubrirse.