15 de agosto 10:00
Me desperté de aquel sueño con Liam. Él me volvía loca, me volvía loca su perfecta sonrisa, esa capacidad que tenía para hacerme sonreír en cero coma.
Pero yo seguía pensando lo mismo: “¿Quién se iba a enamorar de mi? ¿Quién se iba a enamorar de alguien depresiva?” “Depresiva…” siguió pensando mi mente. En ese momento miré mis muñecas ya que me había cortado hace pocos días. “Mira que eres tonta…” pensé.
Bajé a prepararme el desayuno ya que los chicos hoy habían salido hasta el mediodía, eso significaba poder mostrar mis muñecas y así no pasar calor con las camisetas de manga larga. Desayuné y me puse a leer un rato en el jardín. Me puse a leer uno de mis libros favoritos, “bajo la misma estrella”. Me encantaba esa historia de amor, era preciosa aunque trágica a la vez, por eso siempre lloraba en el final. Siempre pensaba en tener esa historia con Liam, excepto por lo de la muerte, pensaba en tener ese “para siempre” de los cuentos, aunque un poco más realista pues sabría que siempre tendríamos momentos malos y buenos.
Después de leer, me fui al sillón a ver una película mientras estaba con el móvil. Casi siempre odiaba coger el móvil porque Max o Jake me enviaban mensajes o los chicos de mi clase me enviaban insultos o simplemente tenía que aguantar las chorradas que decían mis supuestas amigas, pero esta vez estaba tranquila. Llegué a estar tan tranquila y a la vez aburrida que, después de hacer una pausa para comer me quedé dormida.
15 de agosto 15:00
-ASHLEY TOMLINSON LEWIS DESPIERTA-Oí decir a mi hermano.
-Hmmm…cinco minutos más.-dije sin tener noción del tiempo.
-NI CINCO MINUTOS NI NADA JODER, ¿QUÉ ES ESTO?-Dice cogiéndome las muñecas.
En ese preciso momento viene a mi mente que tenía mangas cortas ya que se me había olvidado ponerme un poco antes una camiseta de manga larga.”Mierda, ¿qué digo ahora?” pensé repetitivamente.
-E…esto no es lo que parece Louis, no fue a posta.-dije ya que era lo primero pero a la vez lo más absurdo.
-¿No? ¿Y que son todos estos cortes? No niegues lo evidente joder Ashley.-dijo cabreado, aunque por un lado era comprensible su reacción.
Después de esto entraron los chicos desde el garaje debido a los gritos de mi hermano. Podía observar la cara de decepción de ellos, los ojos tristes debido a tanto esfuerzo en vano. Me sentía una mierda de persona después de eso.
-Yo…yo no podía más, ayer se me juntó todo, no podía…perdóname, perdonadme por favor.-dije ya llorando.
-Sabes lo que prometiste hace meses…y sabes lo que pasaría si volvía a ocurrir.-me dijo mi hermano.
“No puede ser lo que pienso…”pensé en esa horrible idea de un hospital.
-¿En serio la vas a meter?-saltó Zayn.
-Sí...e iré a llamar ahora mismo.-dijo Louis dirigiéndose a la cocina a por el teléfono.
Yo me quedé mirando a los chicos desesperadamente, pero por sus caras parecían de acuerdo. Miré la cara de Liam sobretodo, me miraba como si dijese “que remedio queda”
Después salté hacia la pierna de mi hermano cual niña pequeña y le rogaba que no lo hiciera, que cambiaría. Él seguía en las mismas, intentaba caminar a pesar de que yo estaba agarrada a sus piernas.
Los chicos intentaron cogerme pero yo me aferré lo más que pude a mi hermano. Me sentaron en el sillón y me dijeron que allí me tratarían bien, que era para mejorar y las mismas mierdas de siempre.
Yo no quería escucharles, no quería estar ahí, no quería que me metiesen en ese asqueroso lugar. Mi corazón latía a mil por hora, sentía como el corazón iba a salir de su cavidad de tantos latidos por minuto. Los ojos y la garganta me escocían, sentía un ardor profundo en las cuerdas vocales que no me dejaba hablar.
Los chicos seguían intentando tranquilizarme, pero yo aunque terminé pareciendo tranquila por fuera, por dentro era una masa de nervios e impotencia. Cuando fueron a la cocina a hablar con mi hermano y me dejaron sola lo vi claro: me tenía que ir, aunque fuese un rato. Así que sin decir nada me fui por la puerta corriendo como alma que lleva el viento.
Corría creyendo como si eso solucionase mis problemas, como si de verdad pudiese huir de todo aquello que me asustaba. Seguí corriendo hasta que mis pulmones pudieron, hasta llegar al centro. Caminaba sin rumbo, llorando, sin saber qué hacer, sin saber qué les diría a todos si me metiesen en ese horrible sitio.”¿De verdad serían capaces de meterme allí?” Pensé.
“Eres una completa idiota, siempre lo estropeas todo, siempre molestas, ojalá desaparecieses “me repetía sin parar. Pero lo que no sabía es que gracias a un descuido de esa noche metería a los chicos y sobre todo a Liam en un buen lío.