florecer

¿puedes culparme?

¿Puedes culparme
por pedir disculpas tarde?

¿Puedes culparme
por saber que hice mal a destiempo?

¿Puedes culparme
cuando expulsé veneno
desde la máxima ignorancia?

¿Puedes culparme
si no era capaz de ver lo bueno
que me estabas ofreciendo?

¿Puedes culparme
por volver a aparecer un año después,
por la mañana?

Castígame,
pero dije lo siento
tan rápido como vi mi daño causado.

Nunca actué
con intención de abrir herida alguna.
Pero no soy perfecta,
a veces necesito tiempo
para reflexionar sobre mis pasos.

En un año,
las palabras pueden salir de la niebla
y verse como puñaladas directas al corazón. Mis maneras no fueron acertadas,
tampoco queriendo.

Aunque ahora tú no me contestas.

Soy inocente,
pero acepto los cargos
de las cicatrices que ahora llevas.

Dijiste que no era el momento
un 16 de septiembre.
No supe qué responderte.
Pero el destino es el que es
y es conocido por ser caprichoso.
Tiene una curiosa manera de mover sus hilos.
No existe el momento perfecto,
eso lo veo ahora.

Te llamaría hoy,
lo juro.
Pero no confundamos los echos.
No cambiaría nada del ayer.
He mudado la piel
de tanto llorar,
sangrar desamor
y recibir desesperanza.
Y llevo mis cicatrices
como premio al estar grabadas con fuego.

Tuve que caer para crecer.
Me he hecho más mujer.

Tres veces apareciste en mi mente
de enero a marzo.
Y tres veces más un día 24,
cuando nuestras miradas se encontraron
y nuestros labios se sellaron.

No era mi momento hace un año,
corrijo tu mensaje.

¿Cuál es la diferencia entre los dos?
Tú dijiste perdón sin razón.
Yo lo hago al comprender mi error.

Si quieres volver,
sabes donde estoy.