Camino descalza por los huecos
que he ido abandonando en mi corazón.
No son heridas
porque no duelen.
No sangran,
pero están presentes,
marcadas en la superficie de mi piel
casi de una manera permanente.Se fue dejando un fino camino
de polvos de desesperanza
por el vació que trajó en mi pecho
un vació que,
a veces,
parece volver.
Y él también,
pero no se queda.He aprendido a hacerme la ciega
y sordomuda
e ignorarlo
a la vez que corro a esconderme
detrás de cualquier “estoy bien”.
Ya no sé si el amor existe
o el tener un flechazo a primera vista
es parte del cuento que nunca me contaron.Pero,
un día,
casi logro acariciarlo.A veces,
hasta creo que la flecha sigue clavada
en algún rincón de ese corazón
que ya ni reconozco entre tantos pedazos.
Porque cuando mis ojos se encuentran con los suyos
la realidad no es más que un fondo desenfocado
y mis muros caen al instante.
Aunque cada vez estoy más lejos.El hueco ya no es tan hueco.
El dolor no es más que eco sordo.
Y la vida pasa como el tiempo,
para todos.
Empiezo a creer que son mis ganas de sentir
la culpable de volver a tu recuerdo
todas las noches
al irme a dormir.
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florecer
PoetryEn un año, mil heridas pueden aparecer. Pero duele más cuando se abren viejas cicatrices y pierdes la noción de quien eres. Aunque el final resulte ser bonito y fuerte.