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"Sabes que te amo, ¿verdad? Que daría lo que fuera por que tu fueras feliz. Y estoy seguro de que me amas, porque me amaste incluso antes de que yo mismo lo hiciera, pero no puedo seguir haciéndome el desentendido, porque lo veo. Como lo miras, como te mueves cuando están cerca, hay cosas que yo siempre quise darte y no pude, y no solo materiales... siempre quise que te sintieras tan libre conmigo como lo eres con él. Tu nunca serás así conmigo, por más que yo intente hacerte brillar, si sigues conmigo tu luz se va a extinguir."

La mañana siguiente a ese discurso el aire se sentía demasiado pesado, como si no llegara hasta los pulmones, había empacado mientras Temo se dirigía a la escuela, regresar a su ciudad natal era una decisión apresurada, pero faltaba poco para el periodo vacacional, así que si se ausentaba solo los últimos días no pasaría nada. Además, ambos necesitaban su espacio para aclara todo.

Le había dolido tanto dejarlo, pero estaba tranquilo consigo mismo, por primera vez en meses sentía que su vida dejaba de escurrirse entre sus manos. Estaba seguro que nada sería igual, ya no estarían juntos, quizá nunca más, y dolía, pero lo amaba y solo por esa razón, había hecho todo aquello.


"Lo siento mucho. Te amo. Te he amado por tanto tiempo que cuando alguien más apareció no creí que fuera tan importante. Ahora entiendo que no todos los amores se sienten igual y que no todos significan lo mismo. Para mi tu siempre serás especial, por ti decidí ser más libre, además, crecimos juntos y compartimos tantas cosas que no caben en una caja escondida debajo de la cama.

Él es algo muy diferente, porque me hace sentir fuerte y con poder, pero sé que nunca será igual, nada de lo que tenga con él o con alguien más será de la forma en que lo fue contigo, ni los lugares ni las cosas; el helado no tendrá el mismo sabor ni el cielo el mismo color. Fuimos tanto tiempo nosotros, que vivir como tu y como yo por separado costará demasiado trabajo. A donde sea que te dirijas después de mí, o de nosotros, quiero que seas feliz, porque te amo y te lo mereces, más que nadie en el mundo."

A lo largo de su corta vida había experimentado el dolor de diferentes pérdidas, la pérdida de su madre, la pérdida de su hogar cuando fue obligado a mudarse, incluso llegó a perderse a sí mismo en algún punto, pero ningún dolor se comparaba con el de perder al amor de su vida. Era difícil de explicar, dolía como un demonio, pero se sentía liberador; era casi como respirar agua salada y luego tomar aire, un aire que había invadido sus pulmones al llegar al aula de clases y ver a su compañero de trabajo con el cabello bien peinado y la camisa bien abotonada, inclinado sobre un libro de economía nacional. Vivir a partir de ese momento sería difícil, pero lo afrontaría todo de frente. 

Presque tout.Where stories live. Discover now