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—Las vacaciones son un fracaso. —miro el techo con aburrimiento. —Hay que hacer algo, Shintaro.

—Ponte a hacer tarea, nanodayo.

—Aburrido... —lo miro a él.

Su habitación era muy agradable, las cosas en tonalidades verdes y varios posters de basquetbolistas. Suspiro algo desanimada, casi estuve el resto de las vacaciones acosando a Shintaro, sabía que si estaba sola un momento, terminaría pensando en él.

—Momoi habló ayer. —explica Shintaro de repente. —Se acerca el cumpleaños de Kuroko.

—¿Le vamos a hacer algo? —sonrío emocionada.

—Quiere que nos juntemos a jugar baloncesto... —me mira, sí. Mi sonrisa había desaparecido.

Ja ja... ni loca voy a verle.

—Qué te vaya bien.

—No quiero ir, nanodayo. —niega.

—Aguafiestas. De todos modos le preguntaré a Kagami si quiere hacerle una fiesta sorpresa a Kuroko. —tomo mi celular y le marco. El tono suena tres veces hasta que contesta. —¿Kagami?

¿Naomi?

—Hola, soy yo. Quería hablarte por el cumpleaños de Kuroko. —me acomodo en la cama de Shintaro.

Ah, claro. Ya tengo planeado con los del equipo hacerle una fiesta. Por supuesto, estás invitada.

—Oh, claro. —asiento. —¿Necesitas ayuda con algo?

Pues... solamente la decoración.

—De acuerdo, iré temprano a ayudarte. —sonrío.

Gracias, Naomi.

—Gracias a ti, guapo. —y cuelgo.

—No deberías flirtear con Kagami, nanodayo. —Shintaro acomoda sus lentes y abre su armario. Me río.

—No seas celoso, a ti te amo más. —me burlo. Sonrío un poco más, ese día Shintaro vestía tan típico a él, unas simples bermudas, playera negra, sandalias...

Alguien toca la puerta de la habitación de Shintaro, segundos después su hermana entraba a la habitación mirándome con odio.

—Hermano... ¿Hoy me enseñarás a tocar piano?

—Yu. —Shintaro se acomoda los lentes una vez más. —Hoy hay visitas, posiblemente mañana te enseñe.

Quería meterme en la conversación con un "yo ya me voy, no te preocupes", pues la hermana de Midorima ahora me miraba con más odio.

—¡Hermano! ¡Tú prometiste que sería hoy!

—Hoy no se puede, Yu. Ahora ve a tu cuarto.

—¡Pero Shin!

—¡Eh! ¡Shintaro! —intervengo, levantándome de la cama. —¡De todos modos yo ya me iba!

—No seas tonta, nanodayo. —ahora el hermano mayor me miraba con odio. —De todos modos dije que hoy no puedo, Yu.

Su hermana peliverde igual que él, pateó el suelo y se fue de ahí azotando la puerta. No pude evitar sentirme culpable de alguna manera.

—No era necesario, pude haberme ido a mi casa. —me quejo. Shintaro se sienta en la cama junto a mí y golpea mi frente.

—Dije que no, tonta. Deja de negar lo que otras personas quieren. —acomoda sus lentes. —¿Irás a la preventa del videojuego de Resident Evil?

𝙾𝚗𝚕𝚢 𝙱𝚎 𝙿𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝 |𝐴𝑘𝑎𝑠ℎ𝑖 𝑆𝑒𝑖𝑗𝑢𝑟𝑜|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora