Alianzas

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Ciertamente, que a aquella periodista se le hubiera ocurrido quedarse esperando bajo la ventana de Blackpink, fue una suerte tanto para ella como para las chicas. La pasión que Jung había profesado hacia el grupo en su adolescencia (y a día de hoy), la convertía en la persona perfecta para desempeñar el trabajo de investigación en la cadena. La vuelta de Blackpink era el acontecimiento social y musical del año, así que, a tan sólo un día de su presentación en el Seoul Stadium, el reportero jefe había creído completamente conveniente mandar a una corresponsal veinticuatro horas al día para montar guardia bajo la vivienda de las chicas, con una silla de playa, una manta, y bastantes capítulos de una serie descargados en su teléfono. Aunque desde que había salido el teaser del comeback, no podía reproducir otra cosa. Tenía sentimientos encontrados sobre aquel vídeo de quince segundos. Estaban todas guapísimas y radiantes, pero es que estarían de aquella forma incluso vestidas de indigentes. Su problema era que no parecía que estuviera viendo un vídeo de Blackpink, sino de cualquier otro girl group mojigato. Imaginaos su impresión, cuando la ventana que estaba custodiando se abrió de par en par y Jennie Kim, esa Jennie Kim, sacó medio cuerpo por ella, y comenzó a saludarla agitando un brazo en el aire. Tuvo que esforzarse por no caerse de la silla. Sabía que tenía que grabar aquello, era su trabajo, pero Jennie parecía llamarla, pedirle que fuera a su encuentro. Cruzó la carretera, embobada y temblorosa, sin mirar siquiera si estaban pasando coches en ese momento, y se colocó en la acera justo debajo de la ventana. Iba a decir algo, pero sólo le salió un incomprensible balbuceo.

-¡Hola! - saludó Jennie con una sonrisa -. ¿No tienes frío ahí abajo?

¿Le estaba preguntando a ella? ¿Jennie Kim se estaba preocupando de si tenía frío? Jung se señaló a sí misma, boquiabierta, esperando una confirmación, y Jennie asintió.

-Eh... yo... uh...

-¡Vamos, sube! - exclamó entonces -. ¡Es el segundo portal, te espero aquí!

Y cerró la ventana, dejando en la calle a una Jung casi desmayada. Jennie, con la espalda apoyada en la ventana cerrada, suspiró, mirando a sus tres compañeras.

-¿Parecía dispuesta a subir? - inquirió Jisoo rápidamente. El papel de esa reportera era fundamental en su plan.

-Parecía que iba a tener que llamar a una ambulancia.

-Bueno, Jen, pues aprovecha eso - dijo Jisoo -. Está enamorada de ti, así que si te quitas la sudadera, te quedas con la camiseta esa apretadita, y le tocas un poquito la rodilla, la tenemos en el bote .- Las otras tres se quedaron en silencio mirando la sonrisa triunfadora de la mayor -. ¡No me miréis así!

-Jisoo, me estás prostituyendo.

-No - negó, alargando mucho la o final -. Estoy dándole un incentivo a la muchacha para que colabore. - Bajó la voz, pero no lo suficiente para que Rosé y Lisa no la escucharan -. Y así le das un poco de celos a Limario...

Lisa emitió un quejido, y las demás no supieron si era por la afirmación sobre ella o por el mote que Jisoo había empleado. La mayor dio una palmada.

-Voy a esperarla en la puerta.

-Yo voy a prepararle algo caliente - sugirió Rosé, y todas ignoraron a la mayor cuando gritó el nombre de Jennie en referencia a algo caliente.

La morena se acercó a Lisa cuando estuvieron solas y la abrazó por la cintura. La rubia le posó los labios en la frente.

-¿Te ha molestado lo que ha dicho Jisoo?

Lisa negó.

-Sabes que no soy celosa - dijo, y pensó sin embargo, en las caras que le había puesto Jennie a algunos fans cuando había visto carteles de shippeos de la tailandesa con alguno de los chicos de BTS -. No puedo serlo si duermes en mi cama cada noche.

Treinta segundos más tarde, sonó el timbre. Se miraron sorprendidas. Para haber llegado tan rápido, la muchacha habría tenido que correr. Lo que no sabían es que Jung había derribado a dos niños por el camino sin importarle nada más que las cuatro chicas que la esperaban arriba. Fue Jisoo la que le abrió la puerta, con su sonrisa que Rosé había calificado como sonrisa de visual.

-¡Pasa, pasa! - la invitó, percatándose de los temblores de la muchacha mientras la seguía hasta el salón, que se incrementaron aún más cuando vio a las otras tres esperándola ahí -. Siéntate, mujer.

Jung agradeció aquello enormemente, y casi se dejó caer en el sofá. Diez segundos más con ellas, las mujeres más guapas del planeta, mirándola fijamente, y hubieran tenido que sacarla del piso en helicóptero. Rosé le puso una taza en las manos.

-¿Tú eres la chica de la rueda de prensa?

-¿Os... os acordáis de mí?

-Claro, eras...

-Jung.

-¡Jung! Me acordaba, eh. - Jisoo le quitó el bolso de las manos y cogió un rotulador. Firmó justo encima de la serigrafía de su propia cara -. Te lo firmamos. ¿Tienes más cosas? ¿Quieres una foto? - Le quitó el móvil y se hizo un selfie con él -. Trae, que te firmo la funda también. Jen, ¿tienes pintalabios? ¿Qué tal si le das un beso y así se le queda la marca?

Todas pensaron que Jisoo se estaba pasando, pero Jung parecía estar en una nube, asintiendo a todo lo que decía, y sacando todo el merchandasing imaginable de su bolso. Lisa se preguntó por qué demonios llevaba el lightstick encima, pero se lo firmó igualmente.

-Dios mío, esto parece un fanfic - musitó, pensando que no la estaban oyendo, pero aunque Jennie, Lisa y Rosé no tenían ni idea de qué era aquello, Jisoo abrió mucho los ojos y se abalanzó a ella.

-¡¿Lees fanfics?! - exclamó -. Oh dios santo, ¡yo también! Ninguno en los que yo salga mucho, que me da cosita, pero madre mía, todos los demás. El mejor, No Soy Para Ti, ¡semejante obra de arte! Eso sí, no pude mirar a estas dos a la cara en una semana, pero....

-Jisoo... - intervino Lisa para callarla.

-Calla, rarita.

Jennie, Lisa y Rosé compartieron una mirada de no estar entendiendo nada en absoluto, mientras las otras hablaban casi en otro idioma para ellas.

-Jung - dijo entonces Jennie, y la periodista dejó de mirar a Jisoo para prestarle a la morena toda su atención -. Necesitamos que nos hagas un favor, ¿crees que podrás?

Jung se quedó mirándola, sin comprender muy bien. Jennie se sentó a su lado, tal vez muy cerca, y Jisoo sonrió triunfante. La pobre chica enrojeció hasta las orejas y asintió fervientemente. Rosé le tendió a su amiga un pen-drive, y a la vez Jennie se lo ofreció a Jung, que lo cogió titubeante.

-Tienes en tus manos, Jung, el nuevo comeback de Blackpink.

Jung lo miró como si fuera de oro.

-¿Está... está Boys aquí?

Todas intercambiaron una mirada. No exactamente. Gracias a que Rosé había llevado su portátil y había hecho un par de años atrás un curso de producción y montaje musical, y poseían un micrófono en el apartamento que se podía conectar a su ordenador, su plan había sido más sencillo de lo que habían esperado. Her, la canción compuesta por Rosé para todas, había sido grabada y arreglada en tan solo una semana, en la que Rosé apenas había dormido, y las otras tres, al no tener ni idea de arreglos o producción, se habían ocupado de darle mimos y llevarle cafés. Lisa, por su parte, había tenido que montar la coreografía en un día, y en el reducido espacio de su habitación, ya que no podían simplemente poner aquella canción en la sala de ensayo, que estaba videovigilada. Estaban dispuestas en hacer la performance de esa canción en vez de Boys, y después, que fuera lo que Dios quiera. Pero había un problema: no sabían cómo demonios iban a reproducir la canción en el Seoul Stadium. Entonces a Jisoo se le había ocurrido la idea de usar como aliada a aquella chica que haría literalmente todo lo que Jennie le pidiera, y además, tenía pase de prensa para el evento. Sólo tendría que colarse en la sala de control, que se decía pronto, y poner el pendrive.

-No - zanjó Lisa -. Pero es una larga historia, ¿tienes tiempo?

Jung asintió de inmediato. ¿Qué podría tener que hacer más importante que compartir oxígeno con Blackpink?

Un pequeño homenaje a mi fic favorito de las Jenlisa. Esto se acaba chavalas.

La última canción (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora