Casa

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Lisa estaba inquieta en su silla de peluquería. Hacía mucho tiempo que no tenía encima las manos de tres personas diferentes haciendo lo que ella podía hacer sin ninguna dificultad. Dos mujeres se ocupaban de su pelo, alisándolo con tenacillas y colocando su flequillo, mientras un asistente la maquillaba. Se estaban esforzando claro, aquella sería la primera vez que Blackpink se dejara ver como grupo después de los cuatro años, y todo tenía que ir como la seda. Los relaciones públicas de YG le habían dado instrucciones claras sobre cómo deberían actuar y lo que deberían decir; nada de malas caras, nada de malas contestaciones, nada de hablar demasiado.

Lisa suspiró. Aquella rueda de prensa se emitiría en directo a todo el mundo por el canal de YouTube, y ya le constaba que había miles de fans en línea esperando que el evento comenzase. Se sentía terriblemente expuesta. Ella no era buena actriz. Todo se le notaba en la cara, y eso le había traído muchos problemas en el pasado.

- ¿Qué te pasa con Jennie-unnie? - preguntó Rosé sentándose a su lado en aquel vuelo de una punta a otra de Estados Unidos. Lisa se sobresaltó y la miró sin entender.

- ¿Cómo?

La australiana le tendió su móvil, que reproducía en YouTube una de las numerosas entrevistas que habían hecho en Nueva York, como si lo explicara todo. Lisa no parecía entenderlo.

- ¿A qué te refieres?

- Bueno, os lleváis comportando raro unos meses, pero he visto esto, y ha sido ya el colmo - explicó -. No sabes disimular, Lis. ¿Te gusta?

Lisa chistó para callarla. Lo que le faltaba, que todo el avión se enterase de sus vergonzosos secretos. Se asomó entre los asientos, para comprobar que Jisoo y Jennie seguían dormidas, luego negó con la cabeza.

- No, no me gusta - negó.

- ¿Seguro?

- Bueno, a ver, cuando éramos trainees tenía un crush con ella - se explicó -. Pero cuando éramos trainees tenía un crush con todas.

- Ah, gracias.

- Quiero decir, Jennie es muy guapa, pero no me gusta.

- Jisoo es literalmente la persona más guapa del planeta y a ella no la miras así.

Lisa suspiró. ¿Desde cuándo era Rosé tan persuasiva?

- No se lo digas a nadie - rogó, rindiéndose. ¿Le gustaba Jennie? Sí. ¿Iba a dejar que aquella tontería interfiriese en sus carreras? En absoluto.

- Entonces es cierto - exclamó Rosé, emocionada -. Oh dios mío, ya oigo campanas de boda.

- Tu flipas, tía.

- ¿Por qué no se lo dices? - preguntó. Para ella todo era tan sencillo...

- ¿A Jennie? ¿Estás loca?

No. Definitivamente eso era lo último que debía hacer. Su secreto había estado muy bien guardado durante casi un año, y así debía seguir. O eso creía ella. No había nada que se le escapase al blink.

- ¿Por qué no? Ella es bisexual.

- No tengo que gustarle sólo porque sea bisexual.

- No, pero tienes opciones.

- Sabes que no podemos.

- Pues ha estado revolcándose con Kai durante meses y no ha pasado nada.

La última canción (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora