Capitulo 6

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El silencio seguía entre ellos, Rin llevo tímidamente sus manos a los costados de los lentes del peliplata.

—¿Pu-puedo? —pregunto en voz baja y él asintió.

Ella sonrió y con cuidado le retiro los lentes hasta poder ver eso ojos ámbar que no se movían para nada. Él llevo su mano hacia el rostro de la castaña, ella cerro los ojos y suspiró al sentir las tibias manos de Sesshomaru recorrer su piel.

Sesshomaru se detuvo en los pequeños labios de Rin. Los acaricio levemente, podía sentir un leve cosquilleo en sus dedos. Dejo de tocarla y retiro la mano, acercó más su rostro para sentir de nuevo su respiración. Rin cerro los ojos esperando lo que seguramente pasaría, un beso.

—¡Ya llegue! —grito Naraku al entrar a la sala.

Rin, nerviosa por la posición tan comprometedora en la que se encontraban, aventó a Sesshomaru para levantarse rápidamente.

—L-lo siento —se disculpó al ayudar al peliplata a ponerse de pie—. ¿Puedo entrar a su baño?

—Por allá —indicó Naraku con la mano derecha.

Rin hizo una reverencia y se fue corriendo por la dirección que le indicaron. Mientras que Sesshomaru, levanto su bastón y lentes.

—Parece que interrumpí algo —hablo Naraku burlón.

—No.

—¡Casi se besan! —grito emocionado.

—Cállate —parecía molesto—. Ella esta aquí.

—Entiendo, entiendo... —sabía que él no hablaría de lo ocurrido si Rin estaba tan cerca—. Hablaremos más tarde.

—Sube eso al auto —ordenó apuntando al sofá donde Rin había dejado las bolsas donde estaba lo que compraron para Yako.

—Bien —seguía burlándose.

El canino se acerco a su amo con la correa en el hocico para que él la tomará.

Rin, se encerró en el baño y se llevo la mano al pecho. Su corazón latía con rapidez, sentía sus orejas calientes y un cosquilleo en el estomago. Cerro los ojos por un par de segundos y la imagen de él tan cerca apareció en su mente. Abrió los ojos y parpadeo varias veces, se acercó al lavamanos para mojar un poco su rostro. Se miró en el espejo y tenía las mejillas rojas.

—¿Qué me pasa? —pregunto a su reflejo.

El sonido de su celular la trajo a la realidad, era un mensaje de Kikyo, preguntándole a que hora regresaría al colegio a lo que le respondió que ya iba para allá.
Salió del baño y fue a la sala donde estaban Sesshomaru, Naraku y el perrito.

—Debo irme —dijo apenada.

—Te llevamos, nosotros también vamos para el colegio —ofreció Naraku.

—No quisiera causar molestias —miro a Sesshomaru por unos segundos—. Además habría problemas si me ven llegar con dos profesores.

—Podemos dejarte un par de calles atrás —dijo Sesshomaru.

—Sí, además podemos esperar a que llegues primero.

—Esta bien —acepto.

Naraku sonrió. Los tres salieron del departamento y bajaron por el ascensor hasta el estacionamiento. Naraku subió a la parte del conductor, Sesshomaru en el copiloto, Rin y el canino en la parte de atrás.
Todo el camino fue en silencio, Rin evitaba ver a Sesshomaru para que Naraku no hiciera preguntas incomodas.
Al llegar, Rin les agradeció y se dirigió al colegio.

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