Capítulo 12: Despedida

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Llevar el cadáver de Hans durante un viaje tan largo sería una carga demasiado dura para la familia Allen, así que Marco logró convencerlos para enterrar a Hans en un buen lugar.

Tras preguntar a algunos de los temerosos ciudadanos que no habían huido, una anciana les habló de un paraje cercano, que según ella era muy hermoso. Tras unas convincentes bofetadas, los caballeros y el Barón los acompañaron a pie, siguiendo al nuevo carromato que habían conseguido como compensación.

Aunque Anna se había negado al principio, Marco empujó toda la indemnización hacia la madre y la niña, no se quedó ni con un cobre.

-Se que no ayudará a aliviar el dolor, pero al menos aliviará vuestras necesidades.

Détora se asombró del poco apego al dinero que tenía el "Dios Demonio", lo más normal es que cualquiera hubiera tomado una pequeña parte del dinero como gastos de compensación o por la escolta ofrecida.

"Tal vez el dinero sea una minucia sin importancia para los dioses demonio."

Marco se sorprendió bastante cuando la pequeña le dio un fuerte abrazo.

.............

No mucho más tarde, llegaron a una pequeña colina con una suave pendiente situada al oeste de la ciudad, en la que crecían muchas flores, un buen sitio para descansar. La anciana no mintió, era el lugar más hermoso que había cerca de Almund.

Marco pateó a los caballero y al Barón, obligándolos a cavar una fosa, cada vez que alguno flojeaba, el Barón Izanir recibía un fuerte latigazo con la fusta para los caballos. Mientras los caballeros y el Barón cavaban azarosamente, trajo dos grandes piedras que encontró no muy lejos, junto al curso de un pequeño arroyo.

"Veamos si esa habilidad con el extraño nombre de [Dios Artesano] sirve realmente para algo útil."

Tras regresar con las dos piedras vio que los caballeros ya habían acabado su trabajo. Agarró la gola de la armadura del barón, levantándolo en el aire hasta ponerlo a su altura, el mithril se arrugó como si fuera lino.

-Barón Gutter Von Izanir IV, señor feudal del Señorío de Foi, a partir de este mismo momento esta colina pertenece a la viuda de Hans, la Señora Anna Allen. Si usted o cualquiera de sus lacayos por algún motivo invade estos terrenos, yo personalmente me encargaré de que sus cabezas cuelguen de la torre más alta del castillo después de demoler toda la ciudadela. ¿Me he explicado bien?

-Si, me ha quedado muy claro Sir Iñigo Montoya.

[...........]

Marco había olvidado que le dio un nombre falso al Barón. Cielos, sonaba muy extraño ser llamado así sin al menos haberse dejado un bigote.

-Bien, entonces largo de mi vista.

Anna y Détora no podían creer lo que estaban viendo, el aterrador Barón Izanir, junto con sus hombres, corría con el rabo entre las piernas tan rápido como le permitían sus cortas piernas. Incluso cayó rodando un par de veces colina abajo.

Marco sonrió con satisfacción y tras darse la vuelta, agarró una de las dos enormes piedras.

La primera roca fue modelada de un modo sencillo, era una tapa rectangular que iría colocada sobre la tumba, Marco usó tanto maná que el árbol que había tras él creció más del doble de su tamaño original. Se encogió de hombros pensando que no era tan malo un poco más de sombra.

Después labró el nombre de Hans con cuidado y un pequeño epitafio que había sugerido Anna.

"Una lápida simple sería algo muy frío, creo que sería mejor hacer algo más bonito que les deje recuerdo agradable de su padre y marido."

Guía básica de Supervivencia en un Universo fantástico (de mierda)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora