Capítulo 19: De paria a potentado

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Una semana más pasó volando.

Petria se declaró a Marco, pero él amablemente la rechazó intentando ser lo más caballeroso posible. Solo le dijo la verdad, suave pero sin adornos, sin engañarla con falsas esperanzas, aun no estaba preparado mentalmente para el romance.

Las relaciones en este mundo se planteaban en un modo diferente al de la Tierra, si hubiera dado el sí, sería más una proposición de matrimonio que una de noviazgo. La vida en este mundo era mucho más dura que en la Tierra y aunque había magia que podía prolongar la vida, lo cierto es que podías morir fácilmente en cualquier momento por un ataque de monstruo, por caer en un abismo por un fallo del mundo, por hambruna, por guerras, por una explosión de maná o por mil razones extrañas. Esa vida dura hacía que la gente viviera de un modo más intenso y rápido.

Marco no podía permitirse en este momento una relación así de seria ya que no podía ofrecer una estabilidad, no tenía un trabajo, ni un hogar propio y lo más importante, no sabía si algún día podría regresar a la Tierra. Además, arrastrar a Petria a otro mundo tan diferente como la Tierra sería muy cruel por su parte.

Por supuesto ella lloró nada más darle la respuesta, pero rápidamente se recuperó y se animó a sí misma diciendo algo así como...

"Marco dijo que AÚN no estaba preparado, je, je, no te me escaparás".

Todas las mujeres de la familia Allen eran sorprendentemente fuertes, en todos los sentidos de la palabra y tenían voces muy, muy graves también.

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Más y más días pasaron, los primos de Détora, Alm y Orber también se unieron a las lecciones de magia. El pequeño Ors quedó fuera, pese a sus llantos, porque aun era muy pequeño. A pesar de todo, eso no impidió a Marco enseñarle a aumentar su poder mágico y a ver sus estadísticas, aunque eso segundo fue toda una estupidez, ya que el niño aún no había aprendido a leer.

Anna le preguntó si tenía la intención de conquistar el mundo usando un ejército de niños mágicos. La respuesta de Marco a su broma hizo que las puntas de los dedos de sus manos temblaran un poco.

"No niego que es una gran idea, pero de momento me abstengo, la responsabilidad de gobernar no es para alguien como yo."

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Marco ya llevaba dos meses viviendo en Sutton y ya casi ocho en este mundo, pronto se cumpliría un año desde que llegó a Choripán, el tiempo realmente pasaba volando.

Según pasaban los días Marco se sentía cada vez más como un parásito en la casa de Johna y un poco más incómodo desde que se le declaró Petria y Anna se sentía más o menos igual. Era el momento de dar un giro a su vida y mejor golpear cuando el palo estaba aún caliente..

Johna y Rosetta se enfadaron cuando su hermana pequeña planteó que ya era el momento de comprar su propia casa. El enfado no duró mucho, cuando sus cabezas se enfriaron, pronto comprendieron que ya era el momento de que Anna comenzara a rehacer su vida.

Marco había ganado ya una increíble cantidad de monedas de platino en el puesto de salchichas de Joup, de hecho tenía tanto dinero que no podría gastarlo ni en diez vidas. Anna también tenía una enorme cantidad de dinero, no tanto como Marco, pero era una cantidad muy considerable, entonces la idea surgió un día.

"¿Y si montamos un negocio?"

Lo que al principio parecía una idea loca, cada vez fue tomando más forma y finalmente decidieron dar el paso adelante después de barajar varias ideas.

Y el gran día había llegado

Marco se despertó un poco antes de lo normal, casi parecía un mapache debido a sus marcadas ojeras. La noche anterior le había costado bastante coger el sueño, demasiados pensamientos dando vueltas en su cabeza. Incluso llegó a pensar en lanzarse a sí mismo un hechizo de sueño, pero como había riesgos de no despertar en un mes, finalmente se contuvo.

Guía básica de Supervivencia en un Universo fantástico (de mierda)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora