5.

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Frente al espejo sólo se veía una mota gigante castaña y unos ojos que no eran "verde oliva" como mamá siempre me decía, sino más bien eran color vómito o color sapo. Y también un poco de ojeras, claro. El caso es que en las mañanas no era que me viera muy atractiva, además al despertar Edward no estaba.

Entré a la ducha y sentí como las gotas de lluvia artificiales relajaban todo mi cuerpo...¡Qué va! El agua salió congelada y tuve que esperar, allí con frío y sueño parada a que se regulara, no sé a quién carajo le salen "gotas artificiales de lluvia", gente estúpida (Mi humor en las mañanas no es lo más agradable). Al estar lista, bajé hacia la cocina y al entrar no pude evitar reírme, mamá había obligado a Edward a lavar los platos que ibamos a usar en el desayuno (a mamá le gusta tanto la comida recién hecha como los platos recién lavados).

-Mamá, no seas confianzuada. ¿Sabes su nombre por lo menos?

-Por supuesto, Edwin-dijo y vi como Edward le susurraba al oído algo-Digo, Edward -sonrió.

-Ajá..bueno me avisan cuando terminen de lavar para poder desayunar-iba a salir de la cocina directo a la sala hasta que..

-No señorita, por levantarse tarde lavarás los platos también.

-¡Pero me levanté a las 7:06!-me queje golpeando el piso con mi pie, cual niña chiquita.

-Por eso, seis minutos tarde, a lavar-dijo y se fue de la cocina, me hice junto a Edward.

-¿Cómo llegaste a lavar los platos con mamá?-me reí.

-Yo sólo quería un vaso de agua, bajé y me pusieron a lavar platos-se encogió de hombros.

-¿No tienes que ir a tu casa por ropa y no sé, bañarte?-le pregunté.

-¿Me estás diciendo que huelo mal?-volteó hacia mí, quedando a centímetros de mi rostro, joder, está muy cerca. Observé sus labios y al volver la vista a sus ojos, me di cuenta de que él miraba los míos. Dios, esto no puede pasar, Edward comenzó a acercarse. Pero me separé, caminando hacia el refrigerador para sacar el jugo de naranja, mi refrigerador es de una especie de material "espejo" así que pude ver el reflejo de Edward. Estaba con el ceño fruncido mirando al suelo, me encantaría saber qué está pensando.

Nos encontrabamos desayunando, en silencio. Yo observaba a Edward, tratando de descifrar sus pensamientos, observando sus gestos. Debe pensar que soy una estúpida por quererlo besar.

-Así que, Edward ¿verdad?-preguntó papá a lo que Edward asintió-¿Vas en el mismo curso que mi hija?-volvió a asentir-Y no hablas mucho, ¿correcto?

-Lo siento señor Parnell, solo estoy pensativo-me miró por unos milisegundos y volvió la vista a mi padre.

-Oh, no importa, los chicos que hablan mucho me fastidian. Y no es muy común esto de que un chico que no conozco se quede a dormir con mi hija -le sonrió a Edward y se levantó de la mesa-pero espero verte otro día, por ahora tengo que irme a trabajar-tomó su chaqueta y salió por la puerta. Todo volvió a ser silencio.

Hasta que se oyó el sonido de la puerta abrirse.

-Está lloviendo a cántaros allá afuera, cariño, ¿te llevo al trabajo? -mamá se levantó beso mi mejilla y la de Edward. Tomó su paraguas y salió por la puerta con papá.

Silencio, de nuevo.

-¿Irás al instituto?-dije "rompiendo el hielo".

-¿Por qué preguntas eso?-me preguntó.

-Bueno, está lloviendo, yo no pienso ir, ¿tu sí?-me sonrió y negó.

-Buscas cualquier excusa, eh-rió-¿y puedo pasar este día de agosto junto a ti?-pregunto, mirándome.

-Si eso quieres, pero debes ir a tu casa a ducharte y por ropa.

-Me puedo duchar aquí y respecto a la ropa..-alcanzó su mochila con su mano izquierda y de ella sacó ropa.

-¿Por qué...?-lo miré raro.

-Siempre está la posibilidad de que me quede en la calle, ¿no?-dijo encogiendose de hombros, como si fuera lo más normal del mundo.

-Eres la persona más rara del mundo, Edward.

-¡Por supuesto que no! Primero está Peter-reí-luego tú-le pegué en el brazo-y luego yo.

-Hablando de Peter, creo que lo llamaré-Edward asintió, pero estoy casi segura de que lo vi rodar los ojos.

Luego de tres tonos respondió, lo puse en altavoz.

-¡Ay, nena, cuéntamelo todo! ¿Qué hay con Edw..-colgué, estoy segura que mi cara está más roja que el culo de un alcalde gordo. Edward volteó y alzó una ceja hacia mí.

-Iré a ducharme..-rió-¿dónde está el baño?

-Subiendo las escaleras, última puerta-dije incómoda, Edward subió las escaleras con su mochila.

Dios, qué vergonzoso, mataré a Peter por ser tan tía chismosa. Últimamente, he dicho muchas veces "Oh Dios', "Dios mío", "Dios". Pero no soy tan religiosa como se daría a entender. Ni creyente he de ser.

Subí las escaleras en camino a mi cuarto, pero la puerta del baño se abrió, de ella salió Edward, con el cabello goteando por su rostro, con solo una toalla rodeando su cinrura. Su abdomen también tenía gotas, y sus labios estaban ligeramente entreabiertos, me observó con sus bellos ojos grises y se acercó, tomándome de la cintura, haciendo que nuestras narices rozaran, cerré mis ojos esperando el momento en que nuestros labios se unieran, hasta que sentí agua en mi cara. Abrí los ojos y vi a Edward, seco, vestido y frente a la parte de arriba de las escaleras, mirándome raro. ¡Malditas hormonas! Fue una puta alucinación, ¿por qué tengo que ser una adolescente hormonal?

-Y yo soy la persona más rara-rió.

-Cállate-subí las escaleras y lo golpee en la cabeza. Entré a mi habitación con Edward detrás mío.

-¿Por qué no abres las cortinas? Para ser un día en el que faltas al Instituto es deprimente-abrió una cortina y la lluvia se dejó ver, Edward la cerró inmediatamente-mejor así-asentí. Caminé a mi armario, saqué un gorro, guantes y un abrigo negro, Edward me miró raro.

-¿Piensas que me quedaré aquí cuando está lloviendo afuera? No solo me encanta el sonido, me gusta sentirla-le sonreí y empecé a caminar a las escaleras.

-¡No me dejes! Quiero ir a "sentir" la lluvia-me siguió.

-Te congelarás si sales en ese buso tan delgado. Ven, papá tiene un abrigo de su juventud, para ésta época los adolescentes lo tomarán como vintage, tumblr.

Caminamos a la habitación de mis padres, abrí el armario y le entregué el abrigo a Edward.

Salimos de la casa y empezamos a caminar en silencio, a unos cuantos metros vi una silla y la señalé, Edward asintió. Caminamos hasta ella y nos sentamos. Miré al cielo, dejando que mi rostro se empapara con gotas de lluvia reales, no como la ducha de las fanfics. Sentí el brazo de Edward moverse, no le puse atención, luego de unos segundos, él entrelazó nuestros dedos, lo miré a él y luego a nuestras manos.

Demasiado perfecto para ser real.

¿Soy la única que piensa que el final estuvo jodidamente gay? Iugh El capítulo está extremadamente corto a mi parecer pero, es lo que hay. Como podrán notar, cambié el nombre y la portada, ojalá no les moleste y si se molestan, no me interesa, qué flojera volver a cambiar todo.

Espero les haya gustado, recuerden votar y comentar.

P.D.: ¡Eh, 185 personas! Podrían votar si quieren, no sé sólo digo.

Gracias de todas formas❤️

Marginalisert.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora