Me gané un te quiero

327 27 0
                                    

Esa voz hizo que me faltara el aire, que los latidos de mi corazón se aceleraran en decimas de segundos y que un corrientazo pasara por mi columna.
Me levante y me voltee lentamente y lo que vi me dejo anonada, Jeremy estaba más divino que nunca con sus jeans cintura baja, su camiseta tipo polo y su cabello y un poco despeinado que me dejo sin aliento, me miraba con esa mirada traviesa que tanto adoraba y me dedicaba una hermosa sonrisa tierna. Y mi reacción ni yo misma me la esperaba.
-Jeremy-dije mientras salí a su encuentro y lo abrace como tenía tiempo deseando hacerlo, me empine y le tire los brazos a cuello y aspire su aroma, y así nos quedamos unos segundos.
-Veo que te también te alegra verme. -dice un tanto divertido.            
-Mas de lo que estoy dispuesta a aceptar- y después de esto, lo beso como si mi vida dependiera de eso.
Cuando termino de besarlo veo que me mira con autentica devoción.
-Tenía miedo de tu reacción al verme aquí. -dice mientras toma mi rostro entre sus manos.
-Nada me ha encantado más que verte aquí-digo con una sonrisa nerviosa.
-Vamos, ya es hora de irnos de este lugar- me tiende su mano que yo tomo felizmente, ya me hacía falta ir a todos lados de la mano de Jeremy.
Apenas salimos del aeropuerto hay vamos al estacionamiento, ahí veo que Jeremy le hace un gesto con la mano a una persona que luego se acerca conduciendo el auto en el que nos trasladaremos y me alegra más al ver que tenemos chofer y lo tengo para mí todo el trayecto.
Apenas entramos al auto me acerca a él y me abraza y yo decido reposar mi cabeza en su pecho, pero solo recordar que estoy aquí por trabajo y que no he visto por ningún lado al señor Collins doy un respingo y decido que Jeremy me aclare ese tema.
- ¿Cómo es que estas tu aquí y no he visto al señor Collins por ningún lado? -veo que hay un amago de sonrisa en sus labios y tiene esa mirada traviesa nuevamente.
-No has venido aquí por trabajo, todo ha sido una emboscada para poder raptarte una semana completa para mí y poder hablar de nosotros.
Me quedo boquiabierta y por el momento no se ni que decir.
-O sea, todo esto fue un plan orquestado por ti. -estoy estupefacta.
-Así mismo.
- ¿No crees que un poco ostentoso venir a otro país solo para hablar?
-Kathy, estaba realmente desesperado solo quería poder tener un tiempo en el que no discutiéramos, apartado de todo y de todos y poder hablar con sinceridad de lo que sentimos y queremos -su mirada es intensa que hace que me derrita por dentro.
-Tengo que aceptar que me sorprendiste, pero me ha encantado mucho tu idea. - en ese momento me besa con pasión y desesperación.
Pero yo decido frenar todo antes de que nuble mi razón con sus candentes besos.
-Primero es necesario hablar para no entrar en nuevas discusiones y dañar todo.
-Tienes razón- me da un reconfortante apretón de manos y vuelvo al lugar donde antes estaba tan cómoda, su pecho.
Después de un largo rato llegamos al hotel, apenas se estaciono el coche salí disparada, valla que estaba cansada de estar sentada por largo tiempo, primero en el avión y ahora en el coche.
Cuando llegamos Jeremy me mira un poco nervioso y eso me hace poner nerviosa a mí.
-Kathy ya estoy registrado en el hotel, pero ¿Quiero saber si te gustaría compartir habitación conmigo o deseas una aparte? – en su mirada veo la súplica que sus palabras no me dicen.
-Jeremy discúlpame, pero – juego con su nerviosismo y lucho por no sonreír. Pero me duele el alma al ver como cierra los ojos y agacha la cabeza – nada me gustaría más que volver a dormir a tu lado.
Inmediatamente sube la cabeza y tiene los ojos muy abiertos, pero enseguida cambia el gesto, me carga empieza a dar vueltas.
-Jeremy basta, todo nos están mirando. -digo mientras rio a carcajadas.
-Que se vallan todos a la mierda, hoy nada ni nadie me importa solo tu. -me roba un pequeño beso y nos dirigimos a la recepción del hotel.
En un perfecto italiano Jeremy habla con la recepcionista y me registra en el hotel y recibo una llave electrónica para la habitación.
Un encargado le pide a Jeremy mi maleta y él se la da encantado porque la verdad si esta pesada, entramos al ascensor y nos disponemos a ir a nuestra habitación.
Ya en la puerta el abre y recibe mi maleta y le da un billete al muchacho que ayudó a cargar mi maleta. Una vez dentro de la habitación veo que es impresionante y muy lujosa, empiezo a mirar a todos lado admirando tanta pomposidad.
-Estamos en una suite de hotel, para ti solo quiero lo mejor. -me toma de las manos y me lleva a una salita contigua a la habitación, se sienta en el sofá y me sienta en sus piernas, veo que llego la hora de hablar.
-Kathy, una vez más quiero disculparme por mi actitud del otro día. -cuando ve que lo voy a interrumpir me tapa la boca con un dedo- déjame terminar por favor.
Asiento, sin pronunciar palabra.
-Quiero que tengas claro que por Charlotte hace mucho no siento nada, mi reacción se debió a que me di cuenta de que estaba sintiendo cosas por ti, que me estaba empezando a enamorar y eso nunca estuvo en mis planes y no quiero sufrir, me dio miedo pensar que podías hacerme daño si te enterabas de lo que sentía y mi reacción se debió a eso. – vi que tomaba una larga respiración y cuando me mira a los ojos veo sinceridad en ellos. – quiero intentarlo de nuevo contigo.
-Antes de responderte yo también quiero pedirte disculpa por mi reacción después de lo sucedido en tu casa, solo quiero que no hablemos más del tema. Y sí, quiero intentarlo de nuevo contigo-digo con una sonrisa de oreja a oreja.
La reacción de Jeremy no fue la que esperaba, pero deduzco que es porque tiene algo planeado.
-Te tengo una sorpresa, descansa un rato y luego colócate ropa informal no necitas nada elegante para donde vamos. -me besa y me lleva de la mano a la habitación y me acuesta en la cama para que pueda descansar.
- ¿No me acompañaras en la cama? – pregunto un tanto triste.
-Mi niña si me acuesto contigo harás de todo menos descansar – dice con gesto pícaro.
-Está bien, dormiré sola que conste que te invite y tu fuiste el que no quiso. -escuche como reía mientras me dejaba sola en la habitación e iba a la salita contigua.
Me quedo dormida en cuestión de minutos, no se cuánto tiempo pasó, pero estaba bastante descansada cuando sentí unas grandes manos recorrer mi rostro.
-Es hora de levantarse mi niña – me da un pequeño beso- tenemos el tiempo justo para lo que tengo planeado.
Me estiro, me vuelvo a estirar y me revuelvo por toda la cama y veo que le hace mucha gracias a Jeremy porque me mira con una sonrisa burlona.
-Que perezosa eres, pareces un gato de tanto estirarte.
Le saco la lengua en un gesto infantil me levanto para ducharme y alistarme porque veo que Jeremy tiene afán.
Cuando ya estoy lista y me voy a secar el cabello con el secador para alisármelo.
-Te ves hermosa con tu cabello ondulado al natural, por favor déjalo así. – y me mira con esos ojos de perrito y hace un puchero adorable que imposible negarme.
Ya estando lista salimos del hotel y no espera el mismo auto y señor que nos trajo del aeropuerto, puedo suponer que Jeremy contrato un chofer.
- ¿Hacia dónde vamos? – pregunto después de llevar unos cuantos minutos de camino.
-Vamos al Jardín de los Naranjos.
-OK.
-Estoy seguro de que te va a gustar.
-Si estoy contigo cualquier lugar estaría perfecto. – y me subo un poco y lo beso, hace mucho que no me besa y ya extraño el sabor de sus labios.
No demoramos mucho en llegar, cuando se baja me tiende la mano y como de costumbre caminamos tomados de la mano por el lugar.
Inmediatamente el olor a cítrico inunda mis fosas nasales y veo que los pinos y los naranjos proyectan un sendero de sombras muy bonito. ¡me encanta este lugar! Y eso que es poco lo que he visto.
Nos sentamos un rato en un banco y conversamos de cosas banales hasta que Jeremy cambia su gesto relajado a un gesto totalmente serio y sus ojos se oscurecen un poco, y ya no sé que pensar de todo esto.
-Kathy – se detiene un momento e inspira lentamente y yo estoy más nerviosa aun- no sé que nos depara el futuro, pero tengo la plena certeza de quererte en mi presente, quiero compartir contigo mi vida desde ahora, quiero ser feliz a tu lado y quiero hacerte eternamente feliz, mi niña hermosa quédate conmigo y se mi novia por favor.
Sus palabras, la entrega con la que dijo cada una de ellas toco mi fibra sensible y sentí que estoy locamente enamorada de este hombre, en ese momento mis ojos se llenaron de lagrimas
-Dime que si estas llorando es de emoción y no porque vas a rechazarme – y veo el temor en sus ojos.
Me lanzo a sus brazos y lo abrazo fuerte, así nos quedamos un momento hasta que ya más calmada lo miro a esos hermosos ojos azules y con todo el amor de mundo le digo.
-Nada me haría más feliz que ser tu novia Jeremy. – lo veo sonreír y es la sonrisa más hermosa que he visto en mi vida. – gracias por tomarte la molestia de hacer todo esto y de hacer este momento tan especial.
- Todo sea para hacerte feliz ¿Te gusto todo? - me mira curioso.
-Me encantooooo- suelto un gritico.
- Bueno, ahora te gustara más. Ven hay algo que quiero que veas. – Se levanta y me ayuda a mi a hacerlo y caminamos a un lado del parque.
Estamos en el mirador del parque, y me explica que lo que se ve al fondo al otro lado del rio es el Barrio del Trastévere y se puede ver la cúpula de Roma la de la Basílica de San Pedro. A medida va cayendo la noche el atardecer nos brinda el mejor espectáculo, definitivamente el mejor y más bonito atardecer que he visto en mi vida.
- ¿Te gustó? – susurra en mi odio cuando ya ha caído la noche y estamos abrazados mirando el horizonte.
-Jeremy es lo más hermoso que he visto en mi vida ¡gracias!
-No me lo agradezcas. Solo dime ¿Me gane un te quiero? – me mira con esos ojitos de corderito.
Asiento, pero él está expectante y yo retraso un momento decirle lo que quiere escuchar porque me da mucha gracias la cara que tiene, cuando ya no puedo más, las palabras salen de lo más profundo de mi alma.
-Te quiero Jeremy – le digo mientras acaricio su rostro lentamente.
Él tiene los ojos cerrados disfrutando mis caricias, pero cuando los abre veo en ellos deseo, fuego, pasión y amor.
-Vamos, es hora de demostrarle a mi novia lo mucho que la deseo– dice con voz rasposa y sexi.
Suelto una risita de la emoción de ver como me ha llamado y me encanta. Subimos al auto que debió de estar esperándonos todo este tiempo y estoy deseosa de llegar pronto al hotel para disfrutar de las intimas caricias de Jeremy.
Apenas llegamos al hotel me tomo de la mano y me llevaba con mucha prisa, casi que iba corriendo, ni siquiera esperamos el elevador subimos por las escaleras y yo sentía que mis pulmones iban a colapsar en cualquier momento.
Cuando entramos a la suite lo primero que hizo fue darme un poco de agua, yo le agradecí con un gesto con la mano ya que no podía hablar. Cuando vio que termine de tomar el agua me retiro el vaso de las manos y se me tomo de las cadera para acercarme a su más que dura entrepierna.
-Mira como me tienes Kathy. -dice mientras veo que su hermosa mirada azul se va oscureciendo más y más por el deseo.
-Desnúdame Jeremy - y mi voz no parece mía, es simplemente sexi.
Mi petición lo toma por sorpresa pero se recompone y me regala una sonrisa perversa que me deja ver lo bueno que lo vamos a pasar.
-Tus deseos son ordenes mi niña. -me dice con una mirada ardiente y cargada de sensualidad que hace que mis piernas tiemblen.
Empieza a besarme con auténtica pasión y a quitarme poco a poco cada prenda a medida que se toma su tiempo para acariciarme mientras lo hace. Cuando ya estoy en ropa interior se aleja un poco para admirarme.
-Quiero ver como te desnudas, desnúdate para mí – y mi voz es apenas un susurro lleno de excitación.
-Con que así quieres jugar ¡eh!- dice mientras se va quitando prenda por prenda sin quitarme en ningún momento la encendida mirada de mis ojos.
Cuando ya ha quedado únicamente en bóxer se vuelve a acercar a mi para darme un beso desesperado, morboso y lleno de pasión. Cuando ya me tenia completamente desnuda me acostó en la enorme cama, pero él no se acuesta ni a mi lado ni encima mío y eso me desconcertó, pero no más de lo que me pidió a continuación.
-Quiero que te toques y llegues al clímax por ti misma, permíteme ver el espectáculo de verte jadear, gemir y llegar al orgasmo por ti misma.
Pero lejos de sentirme incomoda o pudorosa me sentía deseada, hermosa y con ganas de brindarle a Jeremy lo que me pedía.
Lo vi alejarse un poco de la cama supongo que para tener una mejor perspectiva.
Inicie por tocar mi clítoris despacio haciendo pequeños círculos mientras movía pausadamente mi pelvis en busca de placer, placer que yo misma me estaba proporcionando.
Cada vez acariciaba más rápido mi clítoris y me sentía cada vez mas cerca del orgasmo, tenía la respiración forzada y de mi garganta brotaban jadeos demasiado eróticos.
-Me encanta los sonidos que haces cuando estas entregada a la pasión, son mi combustible y me vuelven loco. - y veo que mientras habla le cuesta respirar, así que tomo valor y le pido que haga lo mismo que yo.
-Tócate Jeremy, mastúrbate también. – dije mientras arqueaba mi espalda en busca de más placer.
Jeremy se situó a un costado de la cama para que yo pudiera ver mientras se masturbaba para mí.
Empezó a mover su mano arriba y abajo alrededor de su enorme miembro, al cabo de unos minutos pude notar como su agarre era cada vez mas fuerte y sus movimientos mas rápidos. Escucharlo mientras emitía sonidos broncos por el placer me tenía a mi al borde del orgasmo con solo verlo y escucharlo.
Cuando vi que se mordía el labio superior y posteriormente echaba su cabeza hacia atrás fue lo más erótico que vi en mi vida. Y con la visión de Jeremy dándose placer me corrí de una manera escandalosa y muy placentera.
Aun tenía los ojos cerrados cuando sentí un liquido caliente y viscoso sobre mi vientre y sin abrirlos sonreí de saber que Jeremy había decidido correrse encima de mí.
-Ahora estas formalmente bautizada-dice con una risa socarrona.
-Jeremy por Dios. - y comencé a reír por el término que utilizó.
-Ya vengo voy a lavarme – me levante para ir a darme una ducha después de que Jeremy decidiera marcarme como un perro.
Cuando volví del baño estaba acostado y me tendió lo brazos apenas me vio.
-Ven mi niña, hora de acurrucarnos.
Me acomodé en sus brazos y me sentí completa, empezó a trazar pequeños círculos en mi espalda que me relajaron tanto que empecé a dormirme, apenas notó que me estaba durmiendo el muy morboso con tono sensual me levanta.
-No te duermas mi niña que todavía no he terminado de darte placer- y me coloca la mano en su miembro erecto listo nuevamente para la acción y en cuestión de segundo a mi se me quita el sueño.
Y con una sonrisa picara lo miro mientras se me tira encima y me abre las piernas con su rodilla para acomodarse dentro de ellas, y hacemos locamente el amor una vez más.
Durante el resto de los días que estuvimos en Italia visitamos el coliseo romano, la Piazza del Popolo, La Plaza de España entre otros bonitos lugares que quedaron grabados en mi memoria y en las fotografías de mi celular.
Llegado el viernes, sentía ganas de quedarme aquí por siempre y Jeremy me había medio tentado a quedarnos hasta el fin de semana, pero era la Boda de Manuel y de verdad quería estar con mi amigo en ese día tan especial, así que nos dirigimos al aeropuerto para volver a casa más enamorados que nunca.
-Quédate conmigo este fin de semana-y me acaricia la mejilla con el dorso de sus mano y eso ayudo a que no pudiera negarme.
-Pero debo pasar primero por casa a recoger el vestido que utilizare mañana para la boda de Manuel.
Asiente mientras nos montamos al taxi.
Cuando entro en casa no veo a Sara y asumo que esta trabajando y caigo en cuenta que no llame a mi amiga ningún día de mi estancia en Italia, que mala amiga soy, me hago una nota mental de llamarla apenas lleguemos a la casa de Jeremy.
Cuando me subo al taxi Jeremy inmediatamente me abraza.
-No tardaste, pero ya te extrañaba
-Pero que meloson estas -digo a punto de carcajearme.
-Uno tratando de ser romántico y vienes tu a quitarle las ganas a uno-dice con fingido enojo.
Su actitud me hizo mucha gracias, nunca había visto a este Jeremy juguetón y definitivamente me encanta.
Apenas llegamos a su casa lo primero que hice fue llamar a Sara.
-Ya estaba por llamar a la interpol para poner la denuncia por tu secuestro- y ese fue el saludo de mi querida amiga
- ¿No me digas que estabas preocupada? - le espeto a modo de broma.
- ¿Cuándo regresas? - su pregunta me tomo por sorpresa, pero no quiero revelarle de que iba el viaje ni mucho menos que estoy en la ciudad con Jeremy quiero ver su cara mañana, así que me decido por mentir.
-Regreso mañana a eso de las 4 de la tarde. -miento descaradamente y le hago una seña a Jeremy para que guarde silencio.
- ¡Que! No asistirás a la boda de Manuel- grita y me toca apartarme el celular de la oreja para n o quedar sorda.
-Si, tranquila. Tengo mi vestido y me alistare en el aeropuerto, solo pasare por casa a dejar la maleta y enseguida a la ceremonia.
-Ah ok, amiga. Bueno espero te de tiempo y no llegues tarde.
-Si amiga.
- ¿Y que tal todo por Italia, cuéntame lo que viste por allá?-
-Te cuento mañana ¿Vale? Chao. – y me toco cortar la comunicación bruscamente porque Jeremy estaba besándome el cuello y metiendo su mano dentro de mi pantalón y mis bragas.
Apenas cuelgo tiro el celular al sofá de la sala y apoyo mi cabeza en el pecho de Jeremy entregada por completo a sus caricias. Suelto un grito ahogado cuando siento que introduce un dedo en el interior de mi vagina y comienza a moverlo dentro y fuera que me hace perder la razón.
Cuando retira el dedo de mi mojada vagina me siento abandona, pero cuando me voltea veo un brillo de travesura y perversión en sus ojos, solo cuando acerca su dedo lleno de mis fluidos a mi boca entiendo porque, inmediatamente la abro y pruebo mis fluido, después de todo no es tan desagradable como pensé más bien es erótico.
-Me gusta cuando estas receptiva- dice y su mirada se oscurece, me doy cuenta de que cuando esta excitado ojos se oscurecen.
No me da tiempo de responder porque se abalanza sobre mi y acapara mis labios como si no hubiera mañana, me carga y yo rodeo su cintura con mis piernas y hacemos el amor nuevamente en su cama.
Nos despertamos muy temprano en la mañana producto de habernos dormido temprano el día anterior, y decidimos pasar todo el día acostados y solo levantarnos para arréglanos para la boda de mi amigo.
A las 4 de la tarde nos estamos ya casi listos, o más bien yo estoy casi lista.
- ¿Que te harás en el cabello? -pregunta bastante interesado y a mi me causa escalofríos de pensar que quiera que valla con mis ondas rebeldes al matrimonio.
- ¿Por qué la pregunta? - digo temerosa de su respuesta.
-Por esto- y alza la mano para molestarme una peineta muy hermosa con filigranas y pedrería muy sofisticada. -Me gustaría que te recogieras un lado de tu cabello con ella y dejaras tus bonitos rizos en un solo lado, lo compre el día que llegue a Italia pensando en que te lo colocaras hoy.
Y mi corazón se derritió en ese preciso instante.
-Esta hermoso, Jeremy. Gracias- me levanto de un brinco y lo beso.
El me acomoda el cabello y me coloca la peineta con cuidado y me acomoda el cabello un largo rato, cuando ya esta feliz con el resultado me mira con una sonrisa de suficiencia y dice.
-Mejor imposible mi niña.
Y viéndome en el espejo de verdad que me voy mu bonita con mis rizos a un lado. Punto para Jeremy.
-Ahora sí, vamos. -y le tiendo la mano como ya es costumbre y nos vamos.
Al llegar al salón donde se iba a llevar a cabo la ceremonia civil de mi amigo ya Sara estaba en el lugar, y su cara de asombro me hizo gracias al ver que llegaba a tiempo y de la mano de un impresionante hombre de cabello negro y ojos azules.
Y me molestó ver como todas las mujeres del lugar chorreaban la baba por Jeremy, mi Jeremy, mi novio.

Ardiente deseo (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora