VII

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Katsuki
VII
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—♦—

Cuando Todoroki la ve, sabe que debe de hablarle. Casi corriendo tanto como su condición física le permite, esto es debido a que ha estado entre una larga tarde de videojuegos y una vida de ocio que jamás termina, logra llegar con la joven de trenzas.

—¡Hey! —exclama una vez estuvieron cerca. Tenya enrojece en el momento en que le ha hablado, haciéndose ir para atrás.

—Todoroki-san, buen día, no he podido ir a donde usted para poder agradecerle de frente por lo del otro día pero—

—No hace falta que seas tan formal —interrumpe rápido Shōto tratando de encaminarla a otro punto. Tenya aprieta los labios y desvía la mirada un breve momento.

—Lo intentaré —contesta ella desviando la mirada.

—¿Te parece ir al comedor...? —Él la mira, dudoso. Ella entiende que en ningún momento le ha dicho su nombre.

—Tenya Iida —completa. Shōto sonríe tras saber aquel dato—. Y sí, podríamos ir, después de todo es la hora de receso, no podemos estar esperando mucho más que luego se termina y nada que hacer.

—Aún me sigues pareciendo muy formal, relajate Iida —comenta Shōto encaminandola al comedor.

—♥—

Cuando Katsuki se da cuenta, la tan ansiada hora de salida ha llegado. Sin pensarlo dos veces va a la entrada. Posiblemente vea a Izuku. Posiblemente. Necesitaba darse prisa si quería verla.

Y en efecto, ahí viene. Charla con un compañero de cabellos negros muy animada lo que provoca en Katsuki un extraño sentimiento.

Celos, no. Definitivamente no. Era otra cosa. Algo más amargo que eso.

Y al no saber de qué se trataba, decide irse sin decirle nada, aun cuando ambos se topan e Izuku mira para atrás.

—¡Kacchan, hola! —exclama ella tratando de ver mínimo la cara del rubio.

Katsuki mira para atrás—. Adiós.

Y se marcha.

Izuku quiere ir tras él pero no puede permitirse eso. Perdería la primera hora y estar en un área difícil sin duda la limita más. Así que va junto con Hanta a su salón de clases, aun cuando el otro no entiende nada.

—♥—

La primera clase es con Kirishima Kai, el profesor del que todas hablan por ser tan malditamente apuesto. Izuku no le encuentra ningún tipo de atractivo ya que es mucho mayor que ella y realmente no es su tipo.

Ella los prefiere rubios.

Y con el rubor adornándole el rostro, trata de responder el porqué Katsuki la ha ignorado cuando llegó. Tal vez podría verle en la hora de la salida. Tal vez vaya de nuevo a sorprenderla.

—Oye, Midoriya-chan... —empieza Hanta en el momento en que el profesor ha dejado de hablar para dejarlos en equipos—. La tipa de hace ratos...

¿Cuál tipa? —pregunta Izuku sin comprender.

La rubia. —Oh. Cierto. Izuku le llama de forma masculina pero el resto no hace eso. Todos ven a Katsuki como es fisicamente pero no como es en el interior ya que casi nadie sabe que Katsuki es un chico a pesar de lucir como chica.

Es una amiga, supongo que estaba apurada —responde sonriente, tratando de sonar convincente para ambos.

—Oh, claro —contesta ahora él.

—Necesitamos ponernos al corriente con la clase, no con la vida privada de Midoriya —comenta Tokoyami dándoles a entender que él está en su equipo y que no han hecho absolutamente nada mas que hablar.

—Perdón... —susurran ambos con pucheros en el rostro y mejillas rojas.

A veces Tokoyami se sentía el papá de esas dos indefensas criaturas.

—♪—

Cuando termina de tocar, es bien recibida por los aplausos de sus compañeros de música. Tiene esa paraescolar, la única en donde se siente identificada al cien por ciento. Y todos la felicitan tanto.

—Kyoka, cada vez lo haces mejor. —felicita su profesora de música. Ella enrojece levemente y acepta el cumplido—. Sin duda te llevas tu acreditado, vas muy bien. Vas progresando bastante, a este paso lucirás excelente en la presentación de diciembre.

—Gracias profesora, aunque...

—Lo sé, ve al salón de danza para encontrarte con tu compañera —declara la profesora. Kyoka no lo duda y se marcha con el corazón latiente tan rápido como sus piernas la permiten.

Por obra del destino, tiene que trabajar con Momo Yaoyorozu, la mejor bailarina en su grupo. Ella debe de tocar la música que Momo usará en su presentación en diciembre y deben de ir practicando para que el evento sea fenomenal.

Y cuando la ve ensayando sola sin música, decide seguir la pista de baile con notas musicales. Sabe cada paso que da, sabe cada maniobra que dará después y sin duda qué acordes debe de tocar en el momento.

Momo para y se detiene a mirarla.

—Jirō-san, por fin llega. —Ella le sonríe tan divinamente.

—Yaoyorozu-san, por favor, volvamos al inicio para que quede todo perfecto. —Ahora ella habla con las mejillas rojas.

—Claro.

Uno.

Dos.

Y...

—♥—

Qué tarde ha salido de su paraescolar. Sin duda el teatro de la tarde es más agotador que el de la mañana. Corre rápido, tratando de llegar a la salida, empujando sin querer a una chica con su guitarra.

—¡Hey, fíjate por donde andas! —le había gritado.

—¡Perdón, se me hace tarde! —y eso ella había contestado.

Y cuando llega a la salida... Él no está.

Decide esperarlo unos minutos. Tal vez se le hizo tarde. Tal vez apenas viene. Tal vez... Él ya había llegado e ido tras ver que no estaba.

Tal vez jamás fue. Y ahí estaba ella esperando.

***
Hola~ perdón por tardar para traerles un capítulo:( hoy descubrimos una nueva pareja(?) ¿les gusta? Dicho esto, me debo de retirar, hasta luego~.

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Qué tiempos cuando shipeaba TodoIida

KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora