CAPITULO 34

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Martina

Llegamos a un edificio de apartamentos donde el auto entró directamente al sótano y estacionó cerca del elevador. Sebastián y yo nos despedimos del conductor y le dimos las gracias por ayudarnos con el transporte durante todo el día, no sin que antes Sebas le recordara que debía pasar por mi muy temprano en la mañana para llevarme de regreso al hotel.

Sebastián y yo entramos en el elevador y él oprimió el número doce que era el último número que había en el tablero, aún no se cerraban las puertas del elevador cuando Sebastián tomo mi cara en sus manos, llevando mi boca hacia la suya.

El beso empezó dulce, pero no pasó mucho tiempo antes que todo empezara a subir de tono. Me alejé de su boca, presionando mi frente con la suya – Pará! Pará que hay cámaras - Dije en un susurro sobre sus labios, mirando hacia la cámara de vigilancia que estaba ubicada en una esquina superior del elevador.

Discúlpame linda, es que te he extrañado demasiado – Se excusó Sebas mientras me daba un beso en la frente y me abraza muy fuerte.

Cuando las puertas del elevador se abrieron Sebastián me tomó de la mano y me guío hasta su apartamento. Al entrar él encendió las luces y cerró la puerta mientras dejaba las llaves sobre una mesita que estaba junto a la entrada.

El apartamento era hermoso, tenía una sala amplia que se comunicaba con el espacio del comedor lo suficientemente amplio para el comedor de seis puestos que había ahí, la cocina era abierta tipo americana tenía una barra de desayuno con dos asientos altos. Los muebles, las paredes y toda la decoración estaban hechos en tonos grises y blanco. Un ventanal de vidrio que iba del piso al techo y de un extremo al otro de toda la habitación permitía tener una vista panorámica de una ciudad de Bogotá nocturna.

Pude sentir la presencia de Sebastián en mi espalda, lo que me hizo salir de mis pensamientos. - Y? Que te parece amor? – Preguntó susurrándome al oído

Me encanta bebé - Dije con sinceridad

Sebas me tomó de la mano y me guío por el resto de apartamento. Me enseñó un cuarto que usaba como oficina, ahí tenía su guitarra y algunos de sus reconocimientos colgando de las paredes. Otro cuarto que usaba como cuarto de visitas pero me explicó que en realidad los únicos que lo usaban eran sus papás cuando viajaban a Bogotá. Había un baño para las visitas y al final del corredor unas escaleras que llevaban al segundo piso.

Muñeca necesitas algo o quieres algo de tomar antes de subir? - Preguntó

No, gracias. Estoy bien así amor - Respondí

Entonces Sebas empezó a subir las escaleras llevándome con él. En el segundo piso había un espacio abierto que él había adecuado como sala de televisión con un sillón enorme y una mesa de centro, más allá había una puerta que supuse llevaba a la habitación de Sebastián.

La habitación conservaba el mismo estilo en la decoración que el resto del apartamento, la cama ocupaba la mayor parte del espacio, estaba segura que era del tamaño Grand King como las de los hoteles. Me mostró el vestidor que era una habitación adjunta y que tenía dos armarios que iban de pared a pared - Este es el mío - Explico Sebas mientras deslizaba la puerta para que pudiera ver toda su ropa y sus zapatos organizados ahí. - Y este es el tuyo, puedes dejar algo de ropa y zapatos aquí, así la próxima vez puedes viajar más ligera de equipaje.

Sí la nuestra no fuera una relación a distancia pensaría que me estas invitando a mudarme contigo - Comenté

Sí la nuestra no fuera una relación a distancia tú ya vivirás conmigo hermosa - Aseguró él

Lo que Sebastián había dicho me tomó por sorpresa pero no puedo negar que me había encantado el detalle, todos los días descubría algo de él que me hacía enamorarme más.

Antes de darme cuenta Sebastián ahuecó mis mejillas con sus manos y tiró de mi rostro hacia el suyo apretando mis labios y los suyos. Tan pronto como él introdujo su lengua en mi boca me perdí. Sebas me hizo girar y me empujó contra la pared, haciendo que su entrepierna se presionara con la mía y pude sentir su erección.

Sebastián me cargó y me llevó de nuevo a la habitación, tendiéndome en la cama. Me inmovilizó debajo de él, sus dedos se aferraron a mi cabello y consiguió soltar la cola alta con la que iba peinada. Agarre el dobladillo de su remera y empecé a levantarla por su espalda hasta retirarla por completo. Moví mi mano a la cinturilla de sus pantalones, le quite el cinturón, desabroche el botón y abrí la cremallera.

Muñeca me estas matando ahora mismo - Aseguró él mientras mordía el lóbulo de mi oreja

Sebastián trabajaba rápidamente en sacarme toda la ropa, a los pocos minutos me encontraba totalmente desnuda. Sebas besaba mis pezones al mismo tiempo que se mecía entre mis piernas.

Más tarde mientras dejaba un beso en mis labios pude sentir sus dedos deslizarse en mi interior. Cuando él sintió que estaba lista retiro sus dedos, tomó cada una de mis manos y entrelazó sus dedos con los míos para llevar mis manos por encima de mi cabeza.

Sebas se puso de rodillas y mientras besaba mis labios empujaba hacia adelante, haciéndome sentir llena completamente. Él mantuvo el ritmo por un tiempo haciéndonos disfrutar a los dos.

Cuando empezó a moverse más rápido provocó que yo emitiera pequeños gemidos. Después liberó mis dedos y rodeó con sus brazos mi cabeza, apoyó sus codos sobre el colchón como si quisiera protegerme de algo. Finalmente empujo su cadera más fuerte y más deprisa hasta que los dos alcanzamos el orgasmo y yo tuve la sensación de haber explotado en diminutos pedazos.

Después de escuchar su fuerte exhalación, Sebas se desplomó sobre mí y yo no pude evitar hacerle una caricia en el cabello y pasar mi mano por su espalda.

Te amo linda – Me dijo Sebastián mientras se movía hacia un lado. Cuando quedamos uno frente al otro, tiró de la manta para cubrirnos un poco. Nos besamos y abrazamos fuerte por algún tiempo, y no recuerdo el momento en el que me quede dormida.

EL AMOR ES MÁS FUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora