CAPITULO 46

1.4K 63 6
                                    

Martina

Llegamos al aeropuerto de Miami para tomar el último avión que sale hacia Argentina, nos esperan 12 horas de vuelo aproximadamente por lo que estaríamos llegando a Buenos Aires muy temprano en la mañana.

Me estaba muriendo del frío, pero había guardado mi campera en el equipaje de mano que llevaba papá e iba más adelante con Nico y con casi todas las maletas, cuando Sebastián se percató que me estaba congelando se sacó su campera y me la dejó.

Cuando estábamos en el mostrador de la aerolínea entregando el equipaje que iba a bodega se nos acercó una fan y nos sacamos una foto con ella. Me podía imaginar los titulares de la prensa en cuanto empezara a circular esa foto en las redes sociales, pero eso era algo que ya no me preocupaba.

Nos despedimos de Nico antes de pasar a la sala de abordar, él también tenía un vuelo pendiente pero su destino era Colombia.

Finalmente, cuando abordamos le regresé la campera a Sebas y yo me puse la mía, ocupamos nuestros asientos que estaban uno al lado del otro, papá tenía un asiento que estaba diagonal a nosotros, pero un poco más adelante.

Usamos las cobijas que te dan en los aviones para cubrirnos, estábamos cansados y esperábamos poder dormir algo. Sebas tomó una de mis manos entre las suyas para empezar a jugar con mis dedos y hacerme masajes en el pulgar mientras esperábamos para despegar, era una manía de él que para ser sincera me gustaba.

Estuvimos planeando todas las cosas que podríamos hacer una vez que llegáramos a Argentina, después de casi una hora de vuelo pensamos que lo mejor sería descansar así que nos cubrimos de pies a cabeza con las cobijas y dormimos uno al lado del otro, no sin antes darnos algunos besos y caricias.

Llegamos a Buenos Aires sin ningún contratiempo y fuimos directo a casa con papá. En casa nos esperaban mamá y mi hermano Francisco que en cuanto llegamos no tardaron en hacer sentir a Sebas como parte de la familia. Después de desayunar todos juntos Sebas y yo fuimos a mi habitación, le hice un espacio en el armario para que pudiera poner sus cosas, luego de deshacer las maletas de los dos no recostamos en mi cama para reponernos del viaje, pero terminamos por quedarnos dormidos.

Cuando desperté estaba sola en mi cama, el lado de la cama donde claramente había estado acostado Sebastián estaba frío lo que indicaba que hacia un buen rato se había levantado. Mire la hora en mi celular y eran las 2:10pm por lo que me levante para ir en busca de Sebastián.

Pude escuchar la voz de Sebas mientras bajaba las escaleras...

Yo pienso que no hay que darle tanta importancia a eso, cuando Martina se despierte lo hablamos con ella y lo que ella decida hacer para mi va a estar bien.

¿Sobre qué debería tomar una decisión? – Pregunte cuando entre en el espacio de la sala donde estaban todos reunidos

Sebastián estiro su mano en señal de que me acercara a él, así que me senté sobre sus piernas y él me rodeo con sus brazos, me paso su celular y vi unas fotos de nosotros anoche en el avión mientras nos acomodábamos en nuestros asientos, después cuando nos habíamos cubierto por completo con las cobijas y por último una fotografía donde Sebas tenia su mano sobre mi mejilla y nos estábamos besando.

Me tomó un minuto procesar lo que estaba viendo. Evidentemente nos habían sacado esas fotos sin nuestro consentimiento y ni Sebas ni yo fuimos nos dimos cuenta de esto en ningún momento, y ya estaban circulando en Internet con la promesa de ampliar la información sobre el tema en un programa de televisión. No estaba dispuesta a prestarme a ese juego, soy el tipo de persona que cuando quiere contar algo lo cuento y ya está, pero si no quiero no lo hago y la prensa debería aprender a respetar.

No vamos a hacer nada, estoy de acuerdo con Sebastián no hay que darle tanta importancia a eso. Lo que importa es que las personas que nos quieren y están cerca de nosotros saben que estamos juntos y nos apoyan. ¿Verdad? - Le pregunte a Sebas mientras apoyaba mi frente en la suya

Asi es amor, eso es lo más importante. - Me contesto él antes de dejar un tierno beso en mis labios.

Después de almorzar un bife delicioso con unas papas fritas y coca cola Fran, papá y Sebas se sentaron frente a la televisión para jugar fútbol en la consola de PlayStation, me lleno el corazón por completo ver a los tres hombres más importantes de mi vida jugando y riendo juntos, era como si Sebastián perteneciera a este lugar desde siempre. Mamá y yo estuvimos ultimando los detalles sobre el outfit que iba a llevar en la noche de los premios Martín Fierro.

Al final de la tarde Sebas y yo salimos hacia el estudio de tatuajes donde teníamos una cita, decidimos hacernos un pequeño tatuaje de una cruz en la parte interna del tobillo del pie izquierdo, para nosotros representa nuestra conexión con Dios y al mismo tiempo entre nosotros.

El sábado lo disfrutamos en familia ya que acompañamos a Fran a su entreno de fútbol, pero una vez que llegamos a la cancha mi hermano se llevó a Sebas para presentarlo a todos sus amigos del equipo. Mamá y yo estábamos bastante entretenidas hablando cuando Sebastián me sorprendió por la espalda mientras dejaba un beso en mí mejilla, cuando giré para quedar frente a él me di cuenta que se había cambiado de ropa y ahora llevaba el uniforme del equipo de mi hermano

- ¿En qué momento te cambiaste vos? ¿Vas a jugar con los chicos? - Le pregunté mientras lo veía uniformado de pies a cabeza

- Si muñeca, tú hermano y sus amigos me invitaron a jugar en la práctica de hoy con ellos - Contesto

- ¿Y dónde sacaste vos el uniforme y todo el equipo? - Pregunto curiosa

- Pues cada uno me prestó algo, muy de buenas que hay uno de esos manes que calza lo mismo que yo y tenía estos para prestarme. - Le escucho decir emocionado.

Se que le encanta jugar fútbol, pero no lo puede practicar muy seguido por todos sus compromisos. Se despide de mi con un beso y sale corriendo a donde están todos reunidos para iniciar la práctica.

Mientras lo veo desde la gradería no puedo evitar pensar que es por ese tipo de detalles que me enamore de él. No hacia ni 15 minutos que habíamos llegado y ya estaba hablando con los amigos de mi hermano como si los conociera desde chicos y no solo eso, sino que consiguió que lo invitaran a practicar con ellos y no le importó que le tuvieran que prestar hasta los zapatos con tal de poder jugar... Definitivamente Sebastián es una persona increíble.

Terminamos el día con un asado en casa con la familia y amigos, solo recibí comentarios positivos acerca de él y yo no podría estar más feliz de tener una persona tan maravillosa a mi lado.

EL AMOR ES MÁS FUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora