De Fiesta

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A pesar de que el tío Scrooge detestara celebrar cualquier tipo de festejo, eso no significaba que los hermanos Duck se quedarán sin celebrar sus días de vida desde que rompieron el cascaron.

Della y Donald Duck.
Donald y Della Duck.

Un par de gemelos que no eran como cualquier otro. Della era la mayor por unos segundos, siempre dispuesta a enfrentar los más terribles peligros que se le pusieran en su camino. Donald... Donald no era tan intrépido como su hermana, aun tenía el sentido común en su lugar, pero esto no era limitante para seguir a Della a dónde fuesen. La voz de la razón que evitaba que la otra terminara matándose en una imprudencia.

Sin duda, inseparables.

Y ahí estaban, el par de hermanos en medio de la multitud de amigos y conocidos que cada uno pudiera contar. Quién diría que tantas aventuras por el mundo traerían consigo DEMASIADAS amistades.

-Cuándo me dijeron que invitarian a "todo mundo" ¡No creí que era en serio!
-Oh vamos tío Scrooge. Solo son unas cuantas personas.
-Si. Además, también son tus amigos.
-Yo no tengo amigos.
-¡Tío Scrooge! ¡No seas grosero!

Pero el mayor se negaba a siquiera mostrar una ligera sonrisa por sus sobrinos. Era de esperarse viniendo de él, quien por algún motivo, odiaba las fiestas. 

-Solo estoy aquí porque ustedes lo pidieron.- Gruñó.
-Y por eso te queremos Tío Scrooge.- Añadió Della.
-¿Mis ojos me engañan o ese es el viejo tío Scrooge? - Uno más se sumó a la conversación.
-¡Primo Gladstone!
-¿Tú? ¿Qué haces aquí? - Claramente había un individuo no tan contento con la presencia del mencionado
-¿Cómo qué que hago aquí? Claramente vine a felicitar a mis primos favoritos ¿O no puedo hacerlo?
-¡NO!
-¡Donald! - Reprochó Della. -Espera un momento primo, Donald y yo necesitamos hablar. A solas. Ya sabes, charla de hermanos. -Y diciendo esto, jalo a su hermano a unos cuantos metros para hablar.
-P-pero Della...
-Nada de peros. Sé que no te agrada pero creo que con la extraña suerte que emana Gladstone, la fiesta será un éxito y no terminará tan mal como el año pasado.
-Oh bueno... tienes razón. - Aceptó refunfuñando.
-Además, me lo vas a agredecer. ¿A que no adivinas a quienes más invité?
-No me digas que----

En seguida, la charla fue interrumpida por el resonar del choque del cristal de una copa con un cubierto de la vajilla fina. Era Duckworth que se encontraba junto a Scrooge al tope de las escaleras, lugar perfecto para dar un anuncio. 

-Su atención por favor. Gracias.
-Gracias Duckworth... - El mayor aclaró su garganta para dejar salir unas cuantas palabras. Él no era de sentimentalismos ni nada por el estilo, pero se había prometido que al menos una vez al año daría su máximo esfuerzo para hacerles saber a sus sobrinos que los apreciaba. A u manera claro. 

-Si no fuera por la insistencia de mis sobrinos y el chantaje de Duckworth, no estaríamos teniendo esta fiesta en estos instantes. Como sabrán, no soy fanático de este tipo de reuniones sociales, solo son un desperdicio de dinero y...

-Ahem... Sr. McDuck... - Interrumpió el mismo mayordomo apenas este se empezaba a desviar del tema.
-E-eh, quiero decir... Lo que quiero decir es que a pesar de las desventajas de una fiesta, aquí estamos todos reunidos por algo en común: el aprecio a Della y Donald. Ya sé que no se los digo a menudo y que soy solo un viejo cascarrabias para ustedes, pero estoy orgulloso de ustedes y de lo que se convertirán.

En lo bajo de las escaleras podían divisarse a ambos hermanos sorprendidos al punto de las lágrimas, subiendo en seguida hasta donde se encontraba su tío.

-Aw, tío Scrooge ¿Te sientes bien?
-¿Quién eres y qué has hecho con nuestro tío?

Bromearon ambos ante el notorio sentimiento del mayor.

-¡Ya! Acabemos esto de una vez... ¡Por los hermanos Duck! - Exclamó en brindis para seguir evitando que sus sobrinos le siguieran burlando. 

Todos con alegría alzaron las copas en honor a los hermanos festejados, pero el resonar del azote de la puerta principal abriéndose de par en par dio paso al estridente sonido de unas cuantas trompetas al son de una canción conocida para los festejados.

Estas son las mañanitas

Que cantaba el rey David

Hoy por ser día de tu santo

Te las cantamos a ti

- ¡Panchito! ¡José! ¿Pero cómo?
- Feliz cumpleaños Donald.
- ¡Della! ¿Tú los trajiste?
- ¡Duh! ¡Claro que si, cabeza de huevo! Son nuestros amigos. Más tuyos que míos. Creí que te alegraría verlos.

Donald no pudo más que solo abrazar fuertemente a su hermana en agradecimiento. Desde que terminaron la universidad y su sueño de formar un grupo musical con ellos fueron destruidos por la vida adulta, no había conseguido los medios para ir a visitar a sus amigos extranjeros ni porque tuviera la excusa de ser el sobrino del pato más rico de la ciudad. Este ni un centavo le dabas.

Despierta, mi bien, despierta
Mira que ya amaneció
Ya los pajaritos cantan
La luna ya se metió

Aunque la canción podía continuar parta rato, esta se vio interrumpida por las rápidas acciones del festejado quien no dudó en ir a encontrarse y abrazar a sus viejos amigos.

- ¡Donald, compadre! ¡Felicidades! -Exclamó con euforia el mexicano.
- ¡Meu amigo! ¡feliz aniversário para você! -Le siguió el brasileño.
-Chicos, no creí que los vería de nuevo aquí en Duckburg.
-Agradécele a sua irmã Della. Ella fue quien nos contactó.
-Además... 

Intervino Panchito mientras que del sombrero que traía, sacaba otros dos de encima para entregarlos a los otros dos presentes.

-¡Somos los Tres Caballeros! ¿No? Siempre vamos juntos.
-Donde vaya el primero...
-¡Van siempre los otros!

Rieron los otros mientras se saludaban con ese característico coro que se habían creado en su amistad hace unos años.

.

.

.

.

 - Ah, que tiempos ¿A poco no compa?
- ¡Es necesario que recuerdes esa fecha?
- Pues... si, si es que quieres una explicación a lo que pasó. Ya me diste rollo, ahora te aguantas. Además, no creo que puedas desamarrarte tu solito.

Donald solo rodó los ojos, cansado y molesto, a punto de estallar en otra rabieta solo por sentirse humillado.

-Calma compa o te va a salir una úlcera. Ya mero termino la novela...


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Hey~ 
Hola ¿Cómo están? ¿Todo bien? ¿Ya comieron?
NO ESTOY MUERTA, ANDABA EN CRISIS EXISTENCIAL. Oficialmente soy pasante, solo me falta presentar el examen de titulación en noviembre (espero poder) y seré adulta con título. La verdad es que me he hundido en un hoyo existencial puesto que no sé que hacer con mi vida y a duras penas tenía ganas de escribir algo o de dibujar (que es lo que me encanta), pero pues... así es la vida. Sé que esto no compensa el tiempo que los mantuve esperando pero es algo que apenas logré escribir. Espero poder seguir con la siguiente parte muy pronto.

Gracias por tanto y perdón por tan poco.

- Jess con sombrero.

¡Que viva la reunión!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora