Capítulo 49 "Deseas que te haga el amor"

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No iba a negar que había deseado que aquel momento desde que llegaron al salón y vio que todo estaba como ella lo había planeado, la gente disfrutaba de la fiesta o al menos eso hacían cuando Andrew y ella abandonaron la fiesta para darle paso a su tan esperada luna de miel.

Observó con atención al hombre que tenía en frente, sus penetrantes ojos azules brillaban aquel día con mas intensidad que nunca. Su rostro se mantuvo completamente relajado mientras subieron en aquel monstruo de metal que los llevó diez pisos arriba hasta su suite. Verlo con esa sonrisa hacía que su corazón diera volteretas sin parar.

— Me muero por saber que hay bajo este precioso vestido — susurró con voz ronca arrancándole un suspiro — esta noche te haré el amor hasta el cansancio.

Todo en ella se estremeció.

— Sabes que amo ese brillo especial que tienes en los ojos desde que llevas a Heather en tu vientre — sus palabras causaron un cosquilleo en su vientre. Con firmeza la tomó de la cintura pegándola a él.

— Y yo amo que tu nos ames — respondió rodeando su cuello con los brazos . Los ojos se le empañaron y es que entre las hormonas del embarazo y tener un marido tan malditamente tierno y perfecto era una misión casi imposible dejar las lágrimas a un lado.

— Desde el primer momento en que te vi tu sonrisa me cautivo — susurró acariciando su espalda — recuerdo que estabas con tus amigas y tu reías a carcajadas, la risa más dulce que he escuchado... se que por no decirte mis sentimientos antes perdimos mucho tiempo Char, pero quiero que sepas que desde aquel momento hasta ahora mis sentimientos no han cambiado, eres lo más importante que tengo.

— Y no me queda ni la más mínima duda de eso — susurró.

Andrew inclinó su rostro regalándole una sonrisa. Con delicadeza colocó un mechón rebelde que había escapado de su perfecto peinado detrás de su oreja, rozó lenta y tiernamente su mejilla logrando que estas agarraran color. El sonido de las puertas del ascensor abriéndose la sacaron de su transe y fue entonces que se dio cuenta que finalmente estaban en la suite.

¡Lo único que pasaba por su cabeza era que quería estar con él!

Se lanzó a sus brazos ni bien el castaño cerró la puerta atrapando sus labios ansiosa de él. Sus manos la estrecharon contra su cuerpo mientras la besaba con la misma intensidad que ella lo hacía. Soltó un gritito cuando sintió que la levantaba del piso llevándola en brazos hasta la puerta de la que era su habitación pasando el umbral de esta como los recién casados que eran.

— Tengo una sorpresa para ti — informó mordiendo su labio con picardía una vez tocó el suelo otra vez — pero para eso necesito que me ayudes con el vestido.

— No tienes que pedirlo dos veces — en un par de zancadas lo tuvo frente a ella dispuesto a sacarle aquel vestido.

— ¡Hey! Con cuidado Campbell fueron miles de libras que mi padre estaría encantado de cobrarte — le advirtió — además quiero que quizás en un futuro nuestra princesa lo use.

— Lo haré con cuidado cariño date la vuelta — le ordenó el castaño para quitarle el vestido.

Hizo lo que le pidió, se dio la vuelta dejando que las fuertes y grandes manos de su marido se encargaran de los delicados botones de su vestido. Se estremeció cuando con lentitud bajó su vestido por sus hombros hasta que este cayó a sus pies dejando ver aquel precioso conjunto de lencería blanca que llevaba puesto. Era una obra de arte, delicado y elegante, con pequeñas flores de encaje que cubrían sus pechos y una delgada cinta que estaba amarrada en forma de lazo sobre su vientre.

— Eres la mujer más hermosa — comentó Andrew quien se colocó frente a ella para admirarla con dedicación haciendo que sus mejillas volvieran a sonrojarse.

Siempre fuiste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora