Capítulo 20 "Déjala ir"

1.1K 83 47
                                    


El reloj marcaba las tres de la mañana, daba vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño. Había estado lloviendo parte de la tarde y de la noche, no había logrado localizarlo y le preocupaba que algo hubiera ido mal en su encuentro con Rebecca.
Una pastilla para dormir fue a parar a su boca media hora después, si quería conciliar un poco de sueño ese era su único salvavidas. Esperó unos minutos a que le hiciera efecto y se recostó en la cama viendo como en la televisión pasaban un documental sobre la corona británica.

Nueve de la mañana y su teléfono seguía apagado, no había llegado a la oficina ni se había reportado con su secretaria.
No entendía que había pasado para que despareciera de esa forma, estaba casi segura que la tarde de ayer regresaría con ella y estarían juntos. Llamó un sin número de veces al teléfono de su casa pero llegó un momento en que había terminado por llenar el buzón de mensajes.

¿Qué tan difícil era contestarle?

April entró a su oficina con una montaña de papeles y unas cuantas carpetas, se sentó enfrente de ella y esperó a que ella realizara esa llamada.
Después de tres tonos finalmente contestó.

— Scott, soy Charlotte..... ¿sabes algo de Andrew? — se mordió el labio nerviosa esperando la respuesta del castaño.

— No, desde que volví no hemos hablado, ¿por qué? ¿No se suponía que llegarían mañana? — sus esperanzas se fueron al suelo al escucharlo, ya había agotado todas las opciones posibles. Hasta había llamado a Ross el portero del edificio y le había dicho que Andrew no había puesto un pie ahí desde que se fue hace más de una semana.

— Si, eso se suponía pero Rebecca llegó y...

— Ya ya, no me tienes que contar qué pasó, la conozco bien — bufó al otro lado de la línea.

— ¿Tienes idea de dónde puede estar?, de verdad ya me estoy preocupando..... ¿si le pasó algo, si tuvo un accidente?.... y yo aquí sin saber nada — la sola idea de pensarlo la hacía temblar, le costaba respirar y sus ojos ardían.

— Respira, cálmate y toma algo para los nervios, voy a pensar donde puede estar y cuando lo encuentre te llamo — terminó la llamada y frente a ella April colocaba un té para los nervios, sabía que no la ayudaría, no cuando ni siquiera la medicación funcionaba como era debido.

~

Conocía a su amigo como la palma de su mano, había ido a los lugares que ambos frecuentaban e incluso esa habitación de hotel que de ves en cuando usaban pero no había rastros de él. Llegó a su edificio y esperó a que Ross le permitiera el paso, se extrañó cuando éste no le abrió el portón hacia el parqueadero y se bajó a hablar con él.

— Ross — le hizo un gesto con la cabeza y éste le respondió de la misma manera.

— Señor Aldridge.

— Subiré al apartamento de mi amigo — informó mientras tamborileaba sobre el mesón de madera.

— No se encuentra — contestó aclarándose la garganta.

— Por favor eso se lo puedes de decir a la novia de mi amigo, se que Andrew está arriba — replicó agarrándose el puente de su nariz.

— Esas fueron sus órdenes — se disculpó y encogiéndose de hombros abrió las puertas.

— Sabes que aveces no piensa bien el hombre — bromeó dirigiéndose de nuevo a su carro.

Nunca había sentido tan largo el viaje hasta el piso del castaño, las puertas se abrieron directo en su apartamento gracias a que se sabía la clave de acceso de memoria. Lo buscó con la mirada y lo único que veía era oscuridad en ese amplio penthouse.
Caminó hasta la habitación y lo encontró acostando en la cama con esa caja que ya había visto un par de veces durante esos largos seis años. Estaba dormido y por lo poco que se podía ver tenía la nariz roja y los ojos hinchados.

Siempre fuiste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora