Abrió los ojos y se dio cuenta que ya se había hecho de noche, ella yacía desnuda a su lado con las piernas enredadas a las suyas. No pudo evitar sonreír y sentirse feliz por tenerla con él, era una sensación que no había sentido antes pero que lo hacía sentir inexplicablemente bien.Acarició su espalda desnuda y la observó por lo que pareció apenas unos segundos cuando en realidad fueron minutos enteros. Ella empezó a removerse y él sonrió, parecía un ángel caído del cielo pero debía admitir que en la cama parecía todo menos uno.
Abrió sus ojos y se quedó viéndolo por varios minutos, él acarició su mejilla haciendo que ella se estremeciera ante su contacto y finalmente volvió a escuchar su dulce voz.
— Hola — susurró ella, todavía adormilada.
— Hola preciosa, ¿descansaste? — ella asintió y alargó su brazo para atraerlo. Se acomodó entre sus brazos otra vez y suspiró, él no dijo nada simplemente la abrazó — ¿quieres comer algo?
— Si, pero no quiero que salgas de la cama y dejes de abrazarme — replicó ella dejando un reguero de besos sobre su pecho.
— Despertaste mimosa — susurró el en su oído a lo que ella asintió sin soltarlo un centímetro — Char vamos a que comas algo, te veías tan pálida cuando llegaste.
— Ya.... pues poco te importó que así estuviera, igual me llevaste a la cama — respondió ella. Bajó su mirada y tenía una ceja alzada, esa mujer era increíble. Él soltó una carcajada y negó, claro que se había preocupado por ella pero la pasión los había consumido y había pasado a segundo plano todo.
— Claro que me importó....me importas y mucho — Confesó.
Agarró su cara y la acerco a él para besarla, ella aprovechó para recostarse encima de él y hacerle casi imposible la misión de levantarse.
Andrew contuve el aire cuando sintió sus pechos sobre él, estaba provocándolo y estaba consiguiendo volver a encenderlo.— Cariño..... Char.... por favor — ella dejó de moverse encima de él y sonrió.
— Ya, está bien..... ¿me preparas algo de comer? — preguntó mordiendo su labio.
— Lo que quieras preciosa— rozó su nariz con la de ella e hizo todo el esfuerzo para levantarse.
Caminaba por la cocina buscando qué podía hacer para comer, abrió la nevera y sacó de ahí algunas verduras que puso a saltear un wok.
Sintió sus manos rodear su pecho mientras dejaba algunos besos en su espalda, volteó y la vio usando una de sus camisas, se veía extremadamente sexy y lo único que le provocaba ahora era subirla sobre la isla de la cocina y hacerla suya otra vez.— Estoy conteniéndome para no creas que solo quiero llevarte a la cama — agarro sus manos ya que ella no paraba de provocarlo.
— ¿Y no es lo que quieres? — replicó ella con una sonrisa malévola en la cara.
— Si quiero eso— él sonrió y ella se mordió el labia provocándolo— pero también quiero muchas cosas más de ti.
— Ya lo sé — contestó la castaña meciéndose en su puesto.
— ¿En serio lo sabes? Porque cuando llegaste me acusaste de zorro — Andrew encontraba muy divertida esta conversación en especial por las caras que Charlotte hacía.
— Porque lo eres — se cruzó de brazos y su cara volvió a ser esa que tenía cuando estaba acusándolo hacía unas horas.
— No lo soy..... son puras calumnias tuyas — rodó los ojos y avanzó con paso firme hacia él.
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Siempre fuiste Tú
RomansaCharlotte Miller, la joven empresaria dedicada a hacer inversiones por todo el mundo regresa a Londres con un solo propósito: recuperar eso que le ha sido arrebatado. En sus planes Andrew Campbell era solo un medio para vengarse de aquellos que le h...