Un cuerpo débil caído en el medio de la nada, sus ropas rasguñadas y mugrosas, envuelta en el frio de la noche y por seres que desconoce, ya han pasado aproximadamente una semana desde la elección, que hizo que ella decayera, anduvo día y noche caminando por el bosque en busca de ayuda, pero nunca encontró quien sus brazos y piernas se fueron debilitando por la falta de alimento, lo único que su cuerpo a digerido es agua del rio Cha, sus recuerdos se volvieron borrosos ninguno sobrevivió al hechizo de la anciana.
La noche esta empezando aparecer la neblina acompañada de una brisa fría, el cuerpo de la indefensa niña se empieza mover para luchar contra el frio de la noche, sus labios empiezan a temblar, intenta cobijarse pero no tiene con que, lo único que lo rodea son piedras y hojas caídas de los arboles.
—Ayu......da —pide con su último suspiro, pero lo único que se escuchas es paso del viento por las ramas de los arboles, nadie puede escuchar su grito de augurio.
Pasan los minutos y nada, hasta que al reloj marca las 9:00 pm, aparecen ellos, los Roswell una familia de cazadores, con aproximadamente 300 personas la conforman, todos son de un mismo clan y un mismo propósito proteger al pueblo de los seres místicos de los cuales pocos saben de su existencia.
Pasos se escuchan a los lejos provocando el crujido de las hojas a su paso dandole aunque sea un poco de esperanza a nuestra pequeña Luna.
—Ayu....da—vuelve a decir con su último aliento antes de desvanecerse quedando completamente inconciente.
A lo lejos viene aquel joven cuya vida ha pasado en busca de aquella de chica que en su infancia conoció en este mismo bosque, él nunca ha estado interesado en cazar, porque nunca le ha gustado hacer el mal, pero debe mostrar un semblante de que esta interesado para no decepcionar a su padre y para poder venir a este bosque que hace siglos estaba habitado por el Clan de los lobos del Norte en busca de su salvadora y su primer amor.
—¡Padre!— llama el joven a su padre mientras se acerca a la joven en el suelo casi muriendo.
—¿Encontraste algo?— pregunta un señor de unos 50 años con un rifle en mano.
—Padre, no es algo, es alguien.
El señor se acerca hasta dónde se encuentra su hijo, así encontrando a la joven de cabello castaños en un estado de hipotermia casi al precipicio de la muerte.
—Hay que darnos prisa, hijo— le dijo su padre, mientras tomo en sus brazos al indefenso cuerpo, con la mentalidad de salvar su vida. La cacería podía esperar.
Pasan las horas y el cuerpo de nuestra pequeña aún no reacciona, ha estado tanto tiempo con hambre y frío, que se encuentra en un estado débil.
Por otro lado el padre de Damián la encuentra ayudando colocándo trapos calientes sobre su cuerpo y poniendo una vía de suero para que el cuerpo empiece a mejorar, la tenían pensado llevar a un hospital, pero tenían el miedo de que no fuera un ser humano cualquiera, ya que por sus aspectos parecían como otro caído abandonado, los cuales han sido criados por años por los Rosswell, familia de cazadores, con aproximadamente 300 integrantes cada uno con una historia atrás y con una descendencia de años.
La mañana siguiente:
El cuerpo se aquella joven ya se está reponiendo, gracias una misteriosa sustancia de los Rosswell, fabricada con unas hojas poco vista en el pueblo, ya que se encuentran traídas desde el puente de la biodiversidad, son verdes como cualquier otra, pero su sustancia no, eso sí, en las manos equivocadas pueden provocar la muerte ya que su sustancia es demasiado fuerte, pero como ya es costumbre para los Rosswell prepararla no habrá un efecto negativo en la joven.
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El secreto de la Luna
General FictionNada suele ser lo que parece, hasta que la verdad sale a la luz.