Narrador omnisciente:
Por más que intentes ocultar lo que eres, siempre seguirás siendo aquello que ocultas, eso es lo que sucedió con Aurora, su bestia había permanecido oculta por un año, por un plan que hasta el día de hoy ella no tenía idea, sólo una persona Damián.
Él busca como remediar aquella situación, que puede volverse peligrosa si alguien los encuentra, romper el círculo de confianza lleva a situaciones como la muerte, pero ser parte de lo que odian los cazadores es el doble de lo peor que puede suceder, más si el propio primogénito de Darío lo oculta.
Podría provocar todo aquello que Damián estuvo evitando por años y que hasta el día de hoy no iba a romper con su palabra.
-Aurora, necesito que me escuches- le dice Damián a la chica que se encuentra en el suelo retorciendose de dolor.
No recibe ninguna respuesta por parte de ella, pero eso no lo detiene, puede que en su alma sea una bestia, pero tiene la mentalidad de un humano así que tiene activado sus cinco sentidos.
-Debes repetir estás palabras: "Hay tres cosas que no se pueden ocultar: el sol, la luna y la verdad- le dice las viejas palabras de los Ivanovic para calmarse.
No hay respuesta alguna por parte de ella, pero sus gritos se vuelven más fuertes, Damián sólo espera que no baje alguno a ver que pasa y el ver como distraerlo.
-Esas tontas palabras no van a servir, tonto mundano- le habla Marcos que se habría ido a no ser de que los gritos de esta joven lo trajo de vuelta sabiendo que esta poniendo su vida en riesgo.
-¿Que sugieres?- pregunta Damián serio mirando cuidadosamente al sujeto que ha visto varias veces, pero que casi no ha entablado conversación.
-Hay que llevarla a dónde los rayos de luna le peguen- dice sin más intentando levantar a Aurora.
-Pero todavía no es el momento...
-Pero si no la llevamos, morirá- interrumpe Marcos con el cuerpo de Aurora en brazos aún cuando le está lastimando.
No puede dejarla que muera, sería como romper su propio pacto.
-Ve a la piedra de la vida, cerca de rio Cha- le dice Damián recordando las palabras que le habían dicho - Yo iré a ver si por acá no se levantaron sospechas.
-¿Piedra de la vida..- intenta preguntar hasta que se ve interrumpido.
-No preguntes, sólo llevala, sabrás cuál es por que sobre ella recaen los rayos de la luna.
Toma el camino Marcos junto el cuerpo inconciente de Aurora, su transformación interna ya seso, pero le falta la parte difícil y la mas dolorosa ser una loba físicamente.
-Niña boba- empieza hablar Marcos mirando la cara serena de Aurora- No podrías haberte resistido más, sólo haces que los planes se vuelvan más difíciles.
Un crujido de una rama quebrar detuvo los pasos de Marcos, él presentía una presencia humana y no una buena, ya que era nada más y nada menos, que el viejo Darío.
-Hermosa coincidencia, Marcos- habla Darío acercándose con su pistola en mano apuntando al cuerpo que yase en sus brazos.
-Darío - habla sin una pizca de gracia o gratitud.
-Siempre te ha gustado jugar al gato y el ratón- dice Darío con una chispa de diversión.
-Prefiero las escondidas- contesta un enojado y a la vez nervioso Marcos
-Si que lo haces- contesta sonriendo mientras se acerca una vez más a Marcos.
"NECESITO AYUDA" grita interiormente Marcos para llamar a su gente, el cuerpo de Aurora ya no va a resistir más.
-Pero sabes algo, siempre he sido bueno para las escondidas- dice dandole un balazo en la pierna haciendo que el cuerpo de Marcos y Aurora caigan al suelo.
-Siempre te gusta formar espectáculos- habla Marcos intentado no mostrar en su rostro ni una pizca de dolor.
-Es lo que mejor hago- dice dandole otro balazo en el hombro izquierdo.
-¿Disfrutas vernos morir?
-No sabes cuanto- dice acercándose hasta dónde yase el cuerpo de Aurora - Siempre mandando personas de sangre sucia.
-Tu eres el que no sabe distinguir.
-Claro que lo sabía- dice Darío mirando aún el cuerpo- Solo estaba esperando el momento precisó para que se volviera mi carnada.
Cinco hombres ayudantes de Darío aparecen junto con el grupo de fríos pertenecientes de Marcos, totalmente muertos.
-Ya no tienes como defenderte, Marcos- dice riendo como si fuera un villano cuando simplemente es un humano idiota.
-Claro- dice Marcos intentado levantarse aún cuando si pierna no se lo permite - Sabes que me gusto mucho, ver a tu esposa morir por mí- agrega dando en el punto débil de Darío.
-Será mejor que te calles- dice un furioso Darío apuntando a Marcos.
-¿Que se siente perder aquello que amás?- pregunta riendo Marcos - Su sangre era dulce y para que no decir, su belleza era innata.
-¡Te dije que te callaras!- le grita dándole otro balazo en el estómago.
Algo que disfrutaba ver Marcos, es ver como los humanos sentían dolor por aquello que amaban sabiendo que hasta ellos mismos mataban a su propia gente o los lastimaban.
-Y sabes que te va a doler más - dice Marcos haciendo presión en la herida del estómago - Que en su vientre habitaba un hermoso niño.
La bala que iba a ser impactada en el pecho de Marcos, termino dando en el hombro de Damián que se interpuso del cuál salió un grito de dolor.
-La ira nubla el juicio, es lo que siempre me solias decir y eso es lo que estás haciendo, papá- dice Damián con la una cara de dolor mientras presiona la herida en su brazo.
"Llevala a la piedra" le susurra a Marcos que se encuentra junto a Aurora.
-¿Tu también los apoyas?- dice Darío apuntando la frente de Damián.
-Padre, yo soy como ellos- dice Damián mirando fijamente a Darío.
-Mientes...
-Yo no soy aquel niño que salvaste en el bosque- empieza hablar Damián- Yo soy tu verdadero hijo.
-No puedes ser él...
-Hay cosas que no tienen explicación y está es una- dice Damián.
-Ese niño murió junto a mi mujer- habla.
-Mi madre nunca existió.
-No juegues con mi mente- dice apuntado la arma a la cabeza de Damián.
-Yo soy el elegido y mi madre o tu mujer es la luna.
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El secreto de la Luna
General FictionNada suele ser lo que parece, hasta que la verdad sale a la luz.