Capítulo II

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Los rayos luz empiezan a sobresalir por el horizonte dando así un nuevo amanecer acompañado por unos aullidos leves provenientes del bosque, hoy para la joven cuyo nombre no recuerda, su vida comenzará de nuevo, con un nuevo nombre y una tal vez diferente historia, ya no como proveniente de una manada licantropa sino como una simple vida mundana donde tendrá que aprender a vivir en ella.

En el cuarto oscuro donde la joven estancia los rayos del sol empiezan a colarse entre las rendijas de la ventana, mientras el cuerpo de la joven empieza a moverse entre las cobijas para cubrir su rostro de aquella luz irritante, pero lo que no sabe ella es que ya no se encuentra en aquel bosque abandonado y frío, sino en la cálida casa de los Roswell, que se encuentran preparando el desayuno como de costumbre.

—¿Crees que ya este despierta? — pregunta el joven a su padre mientras toma un trago de café algo que es sumamente delicioso para él.
—No lo sé, hijo — le contesta- Su estado estaba un poco delicado, pero con la sustancia que le dimos tal vez ya haya hecho su efecto.

— ¿Por qué crees que haya sido el destierro? — pregunta el joven por curiosidad.

—Hay muchos motivos para uno, Damián— le contesta pensado en lo que pudo haber sido — Los lobos son especies feroces que protegen a sus manadas de la vida humana, motivo por el cual siempre pasan ocultos en las sombras del bosque.

>>Ya que como la especie que son, las personas como nosotros los pasamos buscando para exterminarlos de la faz de la tierra se podría decir, porque nosotros también protegemos a los nuestros; un motivo pudo ser la desobediencia de algunas de las reglas de ellos o por alguna circunstancia diferente.

—Vaya, eso sí es tener una vida difícil— responde, mientras piensa que ese tal vez sea uno de los motivos por los cuales no le gusta ser parte de su familia de cazadores.

Él siempre a odiado el trabajo que hace su padre, odia ver como en los ojos de algún ser desaparece la chispa que da la circunstancias de que haya vida en ese cuerpo, ha visto como jóvenes niños mueren en las manos de los aliados de su padre, solo por ser diferentes. Él sabe el peligro que son, pero sabe qué sino los busca o los maltrata, ellos no atacaran.

—También nosotros...

Un ruido de un vidrio roto resuena en toda la casa proveniente del piso de arriba, donde alojan a la joven.

Ella ya despertó, quedando confundida ya que lo último que recuerda es haber estado en el bosque y las palabras que algún ser pronunció.
Sedienta un vaso de agua busco, uno que encontró sobre la mesa donde se encontraba una pequeña lámpara, intento agarrar, pero de su mano resbaló, aún sentía la debilidad por su cuerpo, pero a diferencia de antes su cuerpo se encontraba cómodamente.

Unos segundos después, un joven de cabello negro azabache entra en la habitación mirando directamente a los ojos de la joven, un cálido café lo recibió, aquellos ojos que sentía que alguna vez vio, tal vez en algún instante de su vida los vio o solo era algo que le gusto.

— Qué bueno que ya despertó— dice el joven con una cálida sonrisa que ella recibió.

— ¿Quién es usted? — pregunta la joven un poco nerviosa a causa que lo único que recuerda es que el bosque se encontró.

—Ohh, cierto, perdón por mi falta de educación— habla el joven apenado — Soy Damián Roswell.

—¿Cómo llegue aquí? — pregunta sin más preámbulos.

—La encontramos en el bosque tirada, así que mi padre la decidió traer a nuestra residencia — dice acercándose a dónde ella se encuentra así sirviéndole otro vaso de agua —¿Podría saber su nombre, bella dama?

El secreto de la Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora