Machu🔅
Fuimos a las canchas y estuvimos ahí un largo rato. Le había mandado más de 25 mensajes a Emilia preguntando qué cuándo podríamos volver a casa.Y su respuesta fue, mañana en la mañana si es posible. Y con Ulises fuimos a su depa, bueno en realidad es el depa de los papás de Emi, sus padres querían que Emilia se case con Ulises pero ella no quería, y ellos no le iban a obligar.
—Así que planea estar con Claudio toda la tarde.—Habla Ulises interrumpiendo mis pensamientos.
—Ya wey, sos ella lo quiere.
—¿Y?—Bufa—No quiero que la lastime.
—¡Mientes!—¿Hay algo en ella que te gusta más de lo normal?
—Explicate.—Responde él.
—Te gusta Emilia.—afirme.
—¿Cómo me va a gustar?—Pregunta confundido.—Es mi amiga desde siempre.
—Ulises, eso no importa.—Suspira.—Si te gusta no podes hacer nada.
—Si está con Claudio tampoco.—Dijo cabizbajo.
—Claudio tiene un futuro hecho.—Defiendo yo.
—Da igual, lo ama, y creeme que lo ama hace un montón.
—Ulises estas sintiendo cosas por Emilia.
—No se.—Dijo cabizbajo.—¿Qué te pareció Kevin?—Pregunta.
—Es lindo.—Suspire.—Ojalá nos volvamos a ver.
—Ya te gustó wey.—Dice Él.
Y preferí no responder, ya que no sabía ni que decir para defenderme.
Emilia💠
Me desperté y Claudio seguía durmiendo. Machu había mandado más de 25 mensajes preguntando si podían venir a la casa ya. A lo que le había respondido que no, hasta mañana.
Me quedé observando a Clau, se veía tan lindo, y sabía que esto era tan temporal, que hasta miedo me daba.
—Sos hermoso.—Dije en susurros.—Que pena que esto sea tan imposible.—Me acurruque con él y luego de unos minutos me dormí.
Claudio💠
Lo último que sentí fue un susurro de Emilia.
—Sos hermoso. Que pena que esto sea tan imposible.—Sentí que me abrazo.
Cuando la volví a mirar ya estaba dormida, la verdad no quería que esto sea imposible como ella dice. Mi amor por ella es demasiado fuerte, me gusta desde que éramos niños, y que me siga gustando luego 7 años me sorprende.
—No sabes lo importante que sos para mi.—Susurre, y bese su comisura.
Agarré mi celular y me fije la hora, eran las 10 de la noche. Me levanté, le di un beso, y me puse mi boxer y pantalón. Fui a la cocina, empecé a cocinar algo para ella.
Luego de un rato deje la comida servida en la mesa, y la ví bajar las escaleras, tenía mi camisa puesta.
—¡Wow!—Tenía mi boca abierta.—Me gusta como te queda mi camisa, no se, te queda sexi.—Sonreí. Ella se acercó a mi. Me beso y agarre su cintura, ella cruzó sus brazos hacía mi cuello.—Dejemos acá esto, porque después seguimos y necesitas comer.—Susurre en sus labios.
—Mmm, como quieras, lindo.—Dijo y se sentó en la silla.—Empezamos a comer, y se que ella no quería sacar el tema, pero de voy a romper mí relacion con Antonia.
—Emi.—Llamé su atención.
—¿Si?
—Voy a terminar con Tony.—Ella me mira sorprendida.—Quiero estar con vos encerio, boluda.
—¿Qué?¿Es neta?—Pregunta.
—Si, quiero estar con vos.—Ella asiente.—Sos hermosa.
—Vos sos hermoso.
Terminamos de comer y ella subio a la habitación.
Estuve un rato pensando y luego subí.
—Mi amor.—La llamé.
—¿Qué pasa lindo?—Pregunta.
—Te amo muchísimo.—Confesé.—Ella no dijo nada, y me besó. La tiré en la cama, le comencé a besar el cuello.
No planeaba volver a hacerlo con ella, ya que como fue su primera vez iba a tener algunas complicaciones para caminar. Me acosté con ella y entre algunos besos, pláticas nos reíamos.
—Lo quiero volver a hacer.—Dijo ella en súplicas.
—Hermosa, después no vas a poder caminar, y mañana te quiero ver linda como siempre, pero es para nuestra cita, cuando te de la noticia de mi separación.—Ella sonrío.
—¿Estas súper decidido?
—Si, Emi, si.Por vos todo.—Sonríe. Agarré mi celular, y ví mensajes de Tony, que decían Vení, mis papás necesitan hablar con nosotros.—Emi, hermosa, tengo que irme.
—Ay. Bueno.—Dijo ella, con un tono triste.—Mañana nos vemos, ¿No?—Sonreí.
—Mañana te voy a dar la mejor noticia de tu vida.—Bese sus labios, me puse mi ropa, y salí de la casa.
Emilia💠
Cuando Claudio se fue trate de dormirme, pero no lo logre. Agarre mi celular, y ví que tenía mensajes de Ulises. Decidí llamarle.
—Amm.. ¿Hola?—Pregunta con un tono dormido.
—Soy Emilia.—Reí.—Te extraño.
—Emi, ahora te acordas de mí eh.—Fingió un tono triste.
—¿Puedes venir?—Pregunté.
—Voy.—Dijo y cortó la llamada.
Fuí a bañarme, al salir me puse mi pijama.
Bajé y fui a la cocina para traer una chocolatada con galletas.
—Hola.—Ulises entra a la casa.—Lo que sea que haya en la cocina, yo quiero.—Dice él. Lleve dos vasos para la chocolatada y un plato de galletitas.—¿Para qué tenía que venir?—Pregunta sentándose en el sofá.
—Quería que mi amigo del alma me haga compañía.—Dije dando una mordida a mi galleta.