Encuentros y Desencuentros

Capitulo 8

Al rato salí al balcón a tomar aire.
-Che boluda, fui a encarar al potro de tu amigo y me cortó el rostro totalmente.- apareció al lado mío Carola, yo estaba sola.
-¿Felipe?
-Si, ni idea. Me dijo perdón, no da.
-Qué raro, ni idea. Después le preguntó.
-Bue, ¿Qué te pasa? Estás re rara. Te vi con Agustín ahí abrazaditos cual pareja feliz, tremendos cuernos.
-Si me vas a boludear andate. No seas forra.- Estaba re borracha y no se controlaba, siempre hacía lo mismo. Cuando estaba en pedo no tenía filtro y empezaba a decirte de todo con el único fin de hacerte sentir mal.
-Loco están todos re histéricos, me voy a drogar chau.
-Qué pelotuda- le dije y me di vuelta.
La gente no se daba cuenta cómo se cagaban la vida de a poco drogandose, conseguían nada más que minutos de alegría pura.
-¿Tomas?
Yo seguía en el balcón de la habitación, era bastante grande, en una punta había un par de chicas y yo estaba sola del otro lado, desde ahí se veía el inmenso parque del colegio y el hermoso cielo, tenía una vista increíble. El amigo de Felipe, el de los rulos que me había encantado el primer día de clases se me paró al lado.
-Nono, gracias. Ya tomé suficiente por hoy.
-Ah bien, creo que sos la primera persona en esta fiesta que veo que se controla con el alcohol. Sos muy linda.
-Jajajaja, gracias. Vos también, desde que te vi el otro día quedé flasheada con vos.- algo que amaba de mí, era que nunca había sido muy tímida, nunca había tenido problema para relacionarme con chicos.
-¿Ya me habías estado fichando? Mira vos, me perdí semejante belleza. ¿En qué momento?

-El primer día, estabas cagandote de risa con Felipe y dos minas.
-¿Lo conoces a Feli? No te dije, soy Theo.
-Si, estuvimos hablando un montón estos días, pegamos alta amistad
-Para, ¿Sos Emilia?
-Si. ¿Por?
-Uh, me acorde de algo que tengo que decirle a una amiga, me tengo que ir perdón.- me dijo agarrándose la cabeza.
No entendía nada de lo que estaba pasando, se había dado media vuelta de repente y había arrancado a caminar para adentro. Cuando estaba casi por llegar a la puerta corrediza que comunicaba el balcón con la habitación se dio vuelta y volvió hacia mi.
Y me encajó un beso.