Ashley sintió como las manos de Billy sostenían su cintura y la empujaban abruptamente a su cuerpo perfumado, devorando sus labios sin culpa alguna.- Billy, es el baño del gimnasio y ya es tarde. -murmuró con la respiración entrecortada la chica que era reconocida como la más respetuosa y tranquila de las amigas de Candice. -La escuela podría cerrar y dejarnos a nosotros adentro.
Billy tomó su rostro con rudeza, entrelazando mechones cortos y castaños de la chica con sus dedos.
- Y me importa una mierda... -le respondió, volviendo a besarla y quitándole esos shorts que tanto le gustaban como lucían en cierta chica.
Su mente imaginó lo satisfactorio que sería ese momento si la chica que estaba desnudando fuera Candice, ¿por qué tenía que ser tan complicada y atractiva? Le parecía que ella era totalmente conciente de eso y que también lo usaba para torturarlo. ¿No entendía que si dejaba que pasara lo que Billy esperaba ambos se beneficiarían? La pelirroja no tendría que volver a escucharlo nunca más y él se liberaría de una vez por todas de la calentura que tenía desde el primer momento que la había visto.
- En serio que no podría tener más ganas de follar a una animadora. -añadió en un gruñido mientras bajaba sus pantalones. La chica se incomodó levemente al notar que ni siquiera le importaba su nombre, pero pronto más inseguridades la inundarían como de costumbre.
- ¿Por eso te acercaste a Candice antes de irte? ¿Esperabas que ella te siguiera para hacer esto? -respondió, apartándose y hablando como si fuera la mismísima Velma de Scooby-Doo. Él puso sus ojos en blanco ante sus deducciones innecesarias. -¡Por Dios, soy la segunda opción!
Ella ni siquiera lo volvió a mirar a los ojos, solo tomó su ropa del suelo y cuando quiso volver a vestirse, Billy la tomó de la muñeca.
- ¿Qué haces? -preguntó molesto. -Deberías agradecer que al menos eres una opción.
Ashley sintió un nudo en la garganta al quedarse congelada frente aquellos fríos y crueles ojos azules.
- No voy a ser la segunda opción después de Candice. -susurró intentando disimular con torpeza lo herida que estaba. -Resulta que últimamente todas lo somos para todos los chicos... pero en serio fui estúpida al no darme cuenta que esta vez no sería diferente.
Sus ojos casi se habían cristalizado, ni ella misma podía tolerar la envidia que en ese momento sentía respecto a quien llamaba su amiga.
- Si tanto querías a esa animadora... -añadió molesta, apuntando al pecho descubierto del joven con su dedo índice. -¿Por qué no pudiste masturbarte en el maldito baño y tuviste que utilizarme?
Billy abrió sus ojos levemente sorprendido ante la escena que le estaba montando. ¿Todas las chicas en Hawkins eran igual de dramáticas?
- Diablos, Alice... el sexo es una de las pocas cosas que me mantienen cuerdo en este horrendo pueblo. -confesó, sin demasiadas esperanzas de que la chica se compareciera de él. -¿Tengo cara de que me importe mucho lo que hago?
Ella negó con la cabeza y se colocó su short.
- Es Ashley.
Finalmente camino hacia la puerta del baño de mujeres, pero antes se volteó para sacar por su boca sus últimos venenosos pensamientos.
- De todas formas me das pena. -dijo confundiendo a Billy, quien arqueó una ceja y recargó su espalda sobre una fría pared. - Tú no tienes idea de quién es Candice Vanderwall. Esa cara bonita no es más que maquillaje y kilos y kilos de mentiras. Te usará cuando le sirvas y luego te descartará, igual que lo hizo con todos antes de volverse popular.
- En serio no podría importarme menos la vida de Candice, Andy. -la interrumpió molesto. El discurso de la chica ya le provocaba vergüenza ajena.
- ¡Es Ashley! -le gritó antes de cerrar la puerta dando un fuerte golpe.
Billy tomó un cigarrillo de un bolsillo y lo encendió totalmente tranquilo. ¿Cuándo había pensado que involucrarse con ese tipo de chicas era un buen plan? Las chicas lindas y deseadas eran incluso más complicadas que las chicas buenas, por eso ningunas de esas eran su tipo. ¿Tan aburrido estaba como para querer involucrarse en esos juegos?
...
Al día siguiente el placer culposo de los ojos de Candice fumaba otro cigarrillo en su cafetería favorita, bueno, en realidad era la única hasta el momento en Hawkins. El sol se estaba ocultando y parecía una burla del universo encontrarlo antes de una breve reunión con Tammy en la cafetería. Billy estaba solo, pero probablemente tendría una cita, su camisa se veía estratégicamente desabotonada y su colonia la reconoció desde la entrada.
- No podría haber un aroma más apestoso. -murmuró para si misma y por suerte para ella nadie la había notado hablando sola.
Billy finalmente levantó la mirada cuando la vio acercándose, como si fuera el sueño más demencial que podría haber experimentado.
- ¿Estas siguiendome? -preguntó molesto. Se encontraba de pie, con todo su peso recargado sobre un brazo en la enorme, alta y alargada mesa donde habían algunas personas esperando sus cafés. -Genial, ahora tengo una acosadora.
- Por favor, lo dices como si fuera un gusto para mí verte más de lo normal. -respondió. -Pero encontrarte aquí me ahorra lo que pensaba proponerte de todas formas.
Él levantó la mirada y esperó a que continuará, no había una sola idea en su mente que pudiera predecir lo que ella le diría.
- Coincidimos en algo si crees que la escuela es un asco... -mencionó ella y Billy la interrumpió.
- Este pueblo es un asco.
- Bueno, mi punto es otro. -retomó su explicación. - Los adolescentes son estupidos, superficiales y es fácil agradarles cuando les demuestras que eres superior a ellos.
La gente entraba y salía, pero la atención de Billy ahora se encontraba sobre la chica, de alguna forma lo que decía le resultaba intrigante pero a la vez interesante.
- Propongo que tengamos una tregua sobre nuestra rivalidad y hagamos una alianza. -dijo ella, acercándose peligrosamente al chico. Él se vio totalmente tentado ante la inesperada cercanía. - Solo piénsalo... -su pequeña y delicada mano se colocó entre el cuello y el rostro de Billy y luego se deslizó suavemente hacía su pecho. -Juntos seríamos un gran equipo. - Al instante reconoció que Candice estaba intentando manipularlo y añadiendo el contacto físico, pero a él no había nada que le encantara más en ese momento. -Podríamos dominar el mundo si quisiéramos.
Él apagó su cigarrillo, ella apartó su mano de él y se cruzó de brazos.
- ¿Qué dices? ¿Estas listo para algo de destrucción? -le preguntó con confianza y Billy le sonrió ampliamente.
- Siempre.
ESTÁS LEYENDO
FIRE - Billy Hargrove
Fanfiction"Ella era la abeja reina de la preparatoria de Hawkins hasta que Billy Hargrove llegó." "¿Ellos dos? ¿Juntos? ¡Ja! Sería como ver a un águila con un león. Ambos son depredadores, pero no se asemejan en lo absoluto." No van a parar hasta que alguno...