5 | King Steve

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Billy entró a la fiesta como si ya fuese el dueño de ella. Era temprano, apenas comenzaba a llegar la gente y él se tomó el trabajo de saludar a una por una de las chicas que ya se encontraban en el establecimiento, comenzando por Candice. Sus fosas nasales sintieron la colonia de Billy aún más fuerte de lo normal, e incluso mezclada con el olor a humo de sus cigarrillos.

"Ve a la fiesta de Halloween." Le había indicado ella, entregándole el papel anaranjado que envolvía la escuela con la dirección de la casa de Tina, la chica que le permitiría la entrada a montones de adolescentes. "Y destroza a Harrington."

Había algo en la voz con determinación de Candice que le decía a gritos que lo estaba utilizando, pero a Billy no le importaba. Necesitaba hacer algo con su vida, necesitaba entretenimiento e ignorar los problemas de la vida. Ni siquiera sabía quién era ese tal Harrington, pero ya había escuchado más de una vez como todos en la preparatoria citaban sus comentarios graciosos y lo reconocían como "el rey de la diversión" o "el rey Steve".

- ¿De qué estás disfrazado? -le preguntó Candice en ese breve segundo en el que se saludaron.

- Terminator, ¿no es obvio? -respondió. -Me pareció perfecto para la ocasión, ¿Tú quién eres? -dudó analizando el abrigo de la pelirroja y la ajustada ropa negra que llevaba.

- Soy Rachel de Blade Runner. -dijo con orgullo. Amaba esa película y había leído el libro más de tres veces. Era muy sencillo para ella sentirse identificada con un personaje frío y sin empatía como el de una androide que consiguió engañar al protagonista.

La imponente figura de Billy se dirigió a un grupo de chicos bebiendo abruptamente y él se sumó seguro de que les demostraría a todos que era el mejor en todo lo que hacía. Todos rodearon al chico nuevo cuando este comenzó a beber de manera salvaje. Los chicos aplaudían y las chicas sonreían. Candice abrió un tanto su boca y miró a sus amigas realmente impresionada.

- ¡Cuarenta y dos! -gritó emocionado Eric, a un lado de Billy, quien escupió hacia arriba y tomó con su mano el cigarrillo que le ofrecieron. - ¡Hay un nuevo rey de la cerveza! ¡Billy!

- ¡Así es como se hace, Hawkins! -exclamó el triunfador, mientras todos gritaban su nombre. -¡Así es como se hace!

Él cruzó su mirada por un breve segundo con Candice. Ella le sonreía y lo aplaudía. Ambos sabían perfectamente con quién iría a presumir su éxito.

Al rato, después de una pequeña escena entre la pareja del momento, Candice escuchaba a Tammy y Ashley debatiendo de la notable tensión entre Nancy y Steve.

Su mente parecía casi fuera de la fiesta. La gran mayoría se divertían o se encontraban totalmente atrapados en sus historias personales. El punto era que todos tenían una razón para estar allí, pero ella no.

Popularidad, todo se basaba en aquel primitivo concepto. Pero fuera de eso, no había nada que ella pudiera apreciar más en esos instante que encontrarse fuera de allí. Las fiestas la incomodaban, no solía beber y el ruido de la música y la gente por todos lados la irritaban. Su cabeza dolía y su estómago se revolvía de los nervios y la ansiedad que estar en una fiesta representaba para ella. Sin embargo nadie sospechaba en lo más mínimo de que algo así le pasara a aquella chica que sonreía animadamente y bailaba como si se estuviera divirtiendo. Candice sabía que no podía permitir que esa información saliera de su cabeza si quería continuar siendo quien era.

De todas formas la falsedad y las mentiras eran agotadoras y agobiantes. Sentirse tan apartada emocionalmente de toda las personas que la rodeaban le daban un leve grado de empatía hacía Nancy Wheeler, la princesa que simplemente no encajaba ahí. La diferencia era que todos conocían como era la novia de Steve, pero nadie recordaba a la vieja Candice y ella quería que las cosas se mantuvieran así.

FIRE - Billy HargroveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora