Se Que No Es Cierto

Capítulo 12: Bienvenida

Camile guardo la fotografía , que parecía ser parte de un pasado el cual ella no recordaba. (por alguna extraña razón) 

Unos minutos después llegaron las ancianas con algunos analgésicos y vendas para cubrir la herida de Camile, luego de "Curada" enviaron a Camile a descansar.            

 Brindándole un poco de alimento para sacarla de allí lo mas rápido posible, Camile al llegar a su "Habitación" por no llamarla calabozo, sacó la tan anhelada fotografía; tratando de hallarle una explicación y recordando cada lugar recorrido junto a el amor de su vida. Y en todos y cada uno de los recuerdos nunca detectó haber estado en el espantoso lugar que en ese momento era su lugar de vivienda (ya que nunca se le podría llamar hogar).

Así que con la nueva revelación que poseía se propuso a hallar la verdad y salir de ese horrible lugar. Luego tres golpes a la puerta rompieron su ausencia mental y la trajeron de nuevo a lo que se podría llamar realidad, Camile salto de golpe y se envolvió en las sabanas para simular dormir escondiendo su fotografía en el interior de la vieja almohada. Luego alguien entró a la habitación, era Astrid para verificar si estaba bien luego del "Incidente", siempre tan sarcástica como de costumbre. 

Antes de marcharse de la habitación Astrid comentó:

-Terminó tu castigo, puedes salir al patio a convivir con los demás de tu clase- y Cerró la puerta de un portazo.

Camile pensó en lo molesta que podía ser esa mujer solo por creer que era la única "cuerda" de todo aquel lugar. Pero no enfatizó en eso si no en lo provechoso que podía ser salir de la habitación y hablar con más personas que la pudieran ayudar a siquiera saber más sobre aquel manicomio. Se les permitía salir al patio solamente en la hora del almuerzo por lo que Camile debía esperar hasta el otro día por lo tanto se dedicó a pensar ¿qué pasaba? y ¿cómo? de un día para otro su vida se tornó de cabeza. 

Luego se recostó sobre la cama mirando ese espantoso techo con especial atención viendo cada grieta, moho, telaraña, o alguna característica que hiciera ese techo diferente. Luego sintió una extraña sensación  de vacío, que después se transformo a una soledad desgarradora para al final convertirse en un miedo irracional. El aire en aquella habitación se sentía pesado,así pareciera estar vacía ,algo que no se podía asegurar porque no significa que si no vemos alguna presencia extraña esta no esta allí.

Camile no se podía mover y mortificada comenzó a escuchar unos pasos leves que al pasar unos segundos parecían ser una maratón de corredores, inmediatamente estos se detuvieron y se escuchó el sonido ensordecedor de unas largas uñas escribiendo algo muy deprisa en el antiguo piso de madera, que se ubicaba bajo su cama.  Al pasar unos minutos Camile recuperó la movilidad de su cuerpo y se dirigió a ver que había debajo de su cama. Para su sorpresa era un nombre Anna Miller,  aquello era ¿una señal? ¿una advertencia? Lo que fuera debía averiguarlo.

Al día siguiente Camile despertó lista para su nuevo día de investigación, esperó  el almuerzo para conocer a sus nuevos compañeros. El panorama era muy deprimente había personas vagando por todo el patio, con la mirada perdida, su ropa desaliñada y todos parecían vestir el mismo aterrador uniforme que parecía más el uniforme de una cárcel, había unas caras más devastadoras que otras, algunos de los reclusos estaban tan sucios y olían fatal, al final del pasillo se veía un hombre comiendo sus propias eses y las enfermeras parecían solo ignorarlo.Otros iban desnudos, exponiendo su piel sucia con su propia orina y excremento. Ellos parecían más prisioneros de un campo de concentración que pacientes.

Algunos  reían por ver su reflejo en el sucio estanque que estaba ubicado a la mitad del patio, algunos hablaban solos y otros jugaban entre ellos, algún viejo juego de mesa. Camile no sabia que hacer ni a quien dirigirse ella se limito a sentarse en una vieja silla cerca del nauseabundo estanque.

 Hasta que una mujer anciana con un cigarrillo en su boca y un aspecto un tanto aterrador ,se acercó a ella y le dijo:

- Sangre nueva- en voz baja. Y luego lo gritó tan fuerte como para que todos los internos la escucharan. 

De inmediato la mayoría de reclusos se acercaron a darle la "Bienvenida" a la sangre nueva. Entre cuatro internos agarraron a Camile de brazos y piernas, por consiguiente la llevaron a la mitad del patio, y los demás reclusos procedieron a desgarrarle las vestiduras hasta dejarla en ropa interior. 

-Este es mi patio, se cumplen mis reglas, nadie hace nada sin que yo sepa, yo soy la líder de este lugar, y ellos son mi familia- Declaró la anciana- sigue mis reglas y te vuelves mi familia o te vuelves mi enemiga - finalizó la vieja mujer.

Con cada frase que terminaba realizaba una quemadura en el pálido y desnudo cuerpo de Camile, así la mantuvieron por una hora, hasta que sus extremidades se pusieron moradas por la falta de movimiento. Las enfermeras se limitaban a reír y gritar "¡Bienvenida cariño!" . Algunos reclusos manoseaban su cuerpo, la mordían, o se limitaban a observarla mientras que  estaba suspendida en el aire por aquellos fuertes presos que parecían no cansarse. Hasta que la anciana  se le acercó y  con un gesto le señaló a los hombres que la bajaran, al que estos atendieron inmediatamente. 

La mujer le  tendió la mano a Camile y le susurró al oído:

-Eres mi aliada o mi enemiga tu decides- comentó la anciana mientras  la ayudaba a levantar.

La joven dubitativa respondió: -Soy tu aliada, sólo si me ayudas a saber que pasa en este lugar

-Aparte de nueva con condiciones, me agradas. Pero todo tiene un costo mi niña- Prosiguió la anciana- Te ayudaré pero si me demuestras tu lealtad, mientras tanto cuéntame sobre ti, Se muy bien cuando alguien esta loco. Pero tu mi niña no tienes una pizca de loca.-

Camile se limitó a asentir y a sentarse junto a la mujer,que tenía gafas y unos enormes ojos ovalados y negros que causan espanto al no poder diferenciar el iris de la pupila, era de estatura promedio; su complexión era  delgada, su piel era pálida como la de la muerte, sus arrugas hacían ver el paso de los años por su piel y que estos no han sido los mejores. Parece ser la única que viste con un uniforme de buen aspecto. 

La anciana le pidió a las enfermeras que trajeran un nuevo uniforme para La joven, las enfermeras parecían hacerle más caso a ella que hasta la mismísima directora. Y de inmediato se dirigieron a la bodega a cumplir su mandato. 

Ambas se Analizaron durante un par de segundos hasta que Camile le dijo a la anciana,con una mirada penetrante y tan segura que ya no parecía ser esa frágil joven a la que estaban torturando hace tan solo unos minutos.

-¿Quién es Anna Miller?