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Estaba traumado a más no poder. Su mente estaba constantemente atacandolo con horribles pensamientos sobre como había estado viviendo dentro de ese lugar. Sus ojos nunca habían mirado el lugar donde estaba parado realmente.

Winter no fue el primero, ni seria el ultimo en sufrir la ira de madam, por las estúpidas ideas de salir de alli. Ya otros habían pasado pro el mismo destino,pero Snow prefirió ignorarlos para poder ser feliz, eso ya no era una opcion.

No quería pensar esas cosas,no quería tenerle miedo a madam, pero su mente estaba tan abrumada que no podía pensar en algo mas que eso.

El sexo ya no era algo que disfrutara, no sentía nada,solo miedo a hacer algo mal y terminar como tantos otros pobres jóvenes que habían estado en esas mismas habitaciones.

Acaso eso era toda su vida? Solo cojer con gente adinerada hasta secarse, eso es vivir?
Esas preguntas inundaban la mente del joven.

No pasó mucho hasta que la mujer notó el extraño comportamiento del rubio, no podía permitirse perder a Snow de la forma que había hecho con los otros.

Había algo especial en el rubio, algo muy especial, una mezcla perfecta entre la inocencia y la lujuria que volvía loco a los clientes. La casa ahora solo constaba del rubio como único trabajador, traer a winter solo buscaba atraer clientes de otras sucursales para hacer trios, pero las cosas se complicaron.

La falta de experiencia en el mundo real de Snow lo hacia totalmente manipulable. Lo bueno y lo malo se determinaban dentro de esas paredes, en el exterior no había nada para el rubio. Lo único que debía estar en su mente era el sexo y las ganas de tener sexo.

Perder a Snow implicaba perder todo y madam no podía permitirlo de ninguna manera.

El rubio pasó a estar drogado todo el tiempo que fuera posible. Era slgo bueno a los ojos de la mujer: el rubio seguía trabajando para ella y, al mismo tiempo, no estaba abrumado por sus pensamientos.

Cantidades excesivas de sedantes se le suministraban al rubio, sin que este se diera cuenta. Se asustaria si de un día para otro le dieran drogas, asustarlo lo haria menos eficiente en el trabajo y tendria mas ganas de irse de alli, eso no podía pasar; comenzaron a poner la droga en su comida y bebidas, era perfecto, el menor nisiquiera estaba enterado.

Era el plan perfecto.

El Placer De Ser SOMETIDO (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora