Capitulo 11: Una noche especial

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Ross.

-¡Quiero volver! -grita Annie ni bien cruzamos la puerta de mi apartamento.

-Estas demasiado ebria -le informo -y yo también.

-¡Pues entonces terminemos la fiesta aquí!

Annie camina tambaleante hasta la sala, cuando llega allí y ve el minibar camina hasta el para poder servirse algo de beber, me adelanto y la detengo para que no siga bebiendo. La tomo del brazo y hago que retroceda, pero como siempre la niña rebelde me empuja y hace que dé un paso hacia atrás, ella sigue su camino y por fin llega al minibar, se sirve un vaso de wiski y lo toma de un solo trago.

La veo servirse otra copa y me acerco hasta ella para quitársela, cuando lo hago ella me fulmina con la mirada e intenta quitarme el vaso, con cada paso que da para quitarme el vaso, yo doy un paso atrás y con cada intento fallido me rio a carcajadas. Puedo ver en el rostro de Annie el enojo por mi burla, llevo el vaso a mis labios y bebo el contenido ambarino, haciendo enojar mucho más a mi pelirroja. Antes de darme cuenta Annie me empuja, haciendo que ambos caigamos.

Al caer nuestros rostros quedan muy cerca el uno del otro, nuestras respiraciones se mezclan entre ellas, la miro a los ojos y el color verde que tienen sus ojos se intensifica tanto que parece que brillan. Despejo los mechones que cubren el hermoso rostro de Annie y mientras lo hago otra parte de su rostro llama mi atención.

No puedo no mirar esos hermosos, rosados y tentadores labios de la mujer que tengo delante.

Solo estamos a un movimiento de poder unir nuestros labios y yo quiero acortar esa distancia, con mucho cuidado intento llegar a sus labios y cuando ella ve mi intención hace la cabeza hacía atrás, poniendo mucha más distancia entre nosotros. Suelto un suspiro y dejo caer mi cabeza hacia atrás, no puedo pedirle un beso ahora. No cuando ella hace algunos años atrás me lo pidió y se lo negué con mucha facilidad, ahora es ella quien lo hace y me lo merezco.

-Creo que debo irme a mi casa -masculla Annie.

-Puedes quedarte -le ofrezco -, solo que tendrías que dormir en el sofá o conmigo.

-Prefiero mi cama -resopla con pesar.

La miro y puedo ver como muerde su labio inferior.

¡Dios, es tan hermosa!

Annie se levanta y camina por la sala, parece que está buscando algo y no sé qué es así que me pongo en pie e intento ayudarla. Unos minutos después Annie deja de buscar lo que sea que esté buscando y me pregunta por el baño, le indico el de mi habitación y ella va casi corriendo hasta allá o por lo menos intenta.

Antes de desaparecer por el pasillo veo como lleva una mano hacia su boca, entonces me doy una idea lo que va hacer en el baño y por ello la sigo, no entrare junto con ella al baño o por lo menos si no escucho algo extraño. Llego a mi habitación y me quedo sentado en la cama, escucho como vomita y espero hasta que termine, no entre a ayudarla porque sé que si lo hago ella terminara por asesinarme. Annie es una mujer independiente.

O eso demuestra desde que llego de Inglaterra.

Escucho como tira la cadena del váter y unos minutos después sale del baño secándose la boca con el dorso de la mano, su mirada se encuentra con la mia y puedo ver un poco de vergüenza, supongo que es porque jamás le ha sucedido antes. Golpeo la cama junto a mí para que ella se siente y parece meditarlo por unos segundos, luego camina hasta sentarse junto a mí.

-Te quedaras -sentencio -, tú te quedas con mi cama y yo iré a dormir al sofá.

-No -me contradice -, quiero irme. Porque si me quedo no se lo podría suceder...

Nunca Lo Imaginé ||Libro 3|| Trilogía Nunca ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora