Ross.
-¡Quiero volver! -grita Annie ni bien cruzamos la puerta de mi apartamento.
-Estas demasiado ebria -le informo -y yo también.
-¡Pues entonces terminemos la fiesta aquí!
Annie camina tambaleante hasta la sala, cuando llega allí y ve el minibar camina hasta el para poder servirse algo de beber, me adelanto y la detengo para que no siga bebiendo. La tomo del brazo y hago que retroceda, pero como siempre la niña rebelde me empuja y hace que dé un paso hacia atrás, ella sigue su camino y por fin llega al minibar, se sirve un vaso de wiski y lo toma de un solo trago.
La veo servirse otra copa y me acerco hasta ella para quitársela, cuando lo hago ella me fulmina con la mirada e intenta quitarme el vaso, con cada paso que da para quitarme el vaso, yo doy un paso atrás y con cada intento fallido me rio a carcajadas. Puedo ver en el rostro de Annie el enojo por mi burla, llevo el vaso a mis labios y bebo el contenido ambarino, haciendo enojar mucho más a mi pelirroja. Antes de darme cuenta Annie me empuja, haciendo que ambos caigamos.
Al caer nuestros rostros quedan muy cerca el uno del otro, nuestras respiraciones se mezclan entre ellas, la miro a los ojos y el color verde que tienen sus ojos se intensifica tanto que parece que brillan. Despejo los mechones que cubren el hermoso rostro de Annie y mientras lo hago otra parte de su rostro llama mi atención.
No puedo no mirar esos hermosos, rosados y tentadores labios de la mujer que tengo delante.
Solo estamos a un movimiento de poder unir nuestros labios y yo quiero acortar esa distancia, con mucho cuidado intento llegar a sus labios y cuando ella ve mi intención hace la cabeza hacía atrás, poniendo mucha más distancia entre nosotros. Suelto un suspiro y dejo caer mi cabeza hacia atrás, no puedo pedirle un beso ahora. No cuando ella hace algunos años atrás me lo pidió y se lo negué con mucha facilidad, ahora es ella quien lo hace y me lo merezco.
-Creo que debo irme a mi casa -masculla Annie.
-Puedes quedarte -le ofrezco -, solo que tendrías que dormir en el sofá o conmigo.
-Prefiero mi cama -resopla con pesar.
La miro y puedo ver como muerde su labio inferior.
¡Dios, es tan hermosa!
Annie se levanta y camina por la sala, parece que está buscando algo y no sé qué es así que me pongo en pie e intento ayudarla. Unos minutos después Annie deja de buscar lo que sea que esté buscando y me pregunta por el baño, le indico el de mi habitación y ella va casi corriendo hasta allá o por lo menos intenta.
Antes de desaparecer por el pasillo veo como lleva una mano hacia su boca, entonces me doy una idea lo que va hacer en el baño y por ello la sigo, no entrare junto con ella al baño o por lo menos si no escucho algo extraño. Llego a mi habitación y me quedo sentado en la cama, escucho como vomita y espero hasta que termine, no entre a ayudarla porque sé que si lo hago ella terminara por asesinarme. Annie es una mujer independiente.
O eso demuestra desde que llego de Inglaterra.
Escucho como tira la cadena del váter y unos minutos después sale del baño secándose la boca con el dorso de la mano, su mirada se encuentra con la mia y puedo ver un poco de vergüenza, supongo que es porque jamás le ha sucedido antes. Golpeo la cama junto a mí para que ella se siente y parece meditarlo por unos segundos, luego camina hasta sentarse junto a mí.
-Te quedaras -sentencio -, tú te quedas con mi cama y yo iré a dormir al sofá.
-No -me contradice -, quiero irme. Porque si me quedo no se lo podría suceder...
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Nunca Lo Imaginé ||Libro 3|| Trilogía Nunca ✔
Teen FictionÉl tiene treinta y cinco, y yo veinte. Ross Gring es un mujeriego sin escrúpulos. Annie Smith es una chica fuerte. Amos nos conocemos de toda la vida, somos algo así como familia, pero no es así realmente. Siempre lo ame en secreto y él nunca lo ima...