Capítulo 35: Al descubierto.

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Ross.

Luego de las felicitaciones y el almuerzo casi todos vuelven al trabajo, antes de que Annie pueda volver a huir le pido hablar, pero ella se escusa diciéndome que primero debe arreglar unas cosas con Logan y Kevin sobre la información que encontró en estas semanas que no estuvo aquí. Dicho eso sale de la sala dejándome parado allí con mil cosas que decir. Suelto un suspiro y decido sumergirme en trabajo hasta que pueda hablar con Annie o, de lo contrario, me volveré loco e iré detrás de ella sin importarme lo que me pidió.

Me siento apartado de todos y tomo algunos papeles para poder trabajar. Unas cuantas horas después se me hace imposible seguir trabajando, necesito hablar con Annie y ya estoy cansado de sus evasivas.

Salgo de la sala de juntas y camino directo a la oficina de presidencia, Lee intenta impedirme el paso y con una simple mirada le dejo claro que meterse en mi camino será una muy mala idea de su parte, así que él simplemente se queda sentado en su silla. Abro la puerta de la oficina y allí me encuentro a una Annie muy animada con Logan, lo que me deja claro que no están trabajando en lo más mínimo, cierro la puerta con fuerza y ambos dejan de reír.

–No recuerdo haberte dejado pasar –musita Annie y su ceño se frunce.

–Tenemos que hablar –demando y me planto frente a ella, aunque el escritorio está de por medio –y no pienso irme de aquí sin que lo hagamos.

Logan intenta bajar los ánimos y yo le lanzo una mirada de pocos amigos, a lo que él responde levantando las manos a modo de rendición y diciendo que lo mejor será que se retire para que nosotros podamos hablar, pero Annie no se lo permite y le pide que se quede aquí. La miro y ella me devuelve la mirada, aunque su mirada es algo diferente a la última vez que la vi. Intento hacer que mi mejor amigo se vaya y nos deje solos, pero el muy idiota no tiene la intención de irse por petición de Annie y eso me molesta porque ella y yo debemos hablar en privado, sin la presencia de nadie más.

–Eres tú quien quiere hablar –espeta Annie con desinterés –, yo no lo quiero hacer o por lo menos no ahora mismo, pero veo que a ti te urge hacerlo. Entonces dime que es lo que quieres.

–¿En serio harás esto? –inquiero y ella se encoje de hombros –¡Bien! Lo haremos así entonces. ¿Dónde mierda estuviste todo este tiempo?

–Te dije que necesitaba un poco de tiempo –su tono tranquilo me pone de los nervios, parece que no notara mi molestia –, así que me lo tome y ahora volví porque me siento mejor. Necesitaba procesar los últimos acontecimientos que han pasado en mi vida y poner mis ideas en orden.

–Me alegra saber que ya has ordenado tus ideas –mi tono de voz es elevado, a pesar de que esa no es mi intención. Pero toda esta situación me tiene agobiado –, espero ser una de esas ideas a la que debías acomodar en tu cabeza. La he pasado muy mal estas semanas, el no saber dónde estabas o como estaban ustedes.

Annie deja escapar una risita carente de gracia y mira a Logan, como si él entendiera lo que quiere decir sin soltar palabra alguna.

–Pues ya he notado la preocupación que tenías –suelta por lo bajo ella, pero logro escucharla.

Ese comentario me golpea muy fuerte en el rostro y Logan parece notarlo.

–Te dije que no la estaba pasando muy bien –habla mi amigo.

–Si eso es todo lo que tenías para decirme ya puedes retirarte, tengo mucho trabajo por hacer.

Annie toma algunos papeles que hay en el escritorio y comienza a ignorarme, cruzo mirada con Logan y este se encoge de hombros como si no entendiera nada de lo que está pasando, y no es el único porque yo tampoco entiendo nada de lo que está pasando. Es como si Annie me odiara ahora mismo y no solo eso, sino que es como si yo fuera la peor escoria del mundo que no merece ni el más mínimo interés.

Nunca Lo Imaginé ||Libro 3|| Trilogía Nunca ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora