No puedes morir después de haber luchado tanto.

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Mar POV.

Todos permanecimos junto a Snape con la respiración contenida desde el momento en que cerro los ojos. Aunque hubiese hecho miles de atrocidades nadie merecía morir de está forma. En cuanto Snape abre los ojos, siento como todo el aire retenido abandona mis pulmones y el mundo continúa su paso. Snape nos mira a todos incrédulo, sorprendido de que le hayamos salvado la vida, pero no dice nada. 

El silencio que nos rodea se rompe cuando la voz de Voldemort comienza a sonar por los suelos y las paredes. Voldemort ya no habla solo para los que se encuentran en Hogwarts, sino que también hablaba para todos aquellos que se encontraban alrededor de Hogsmeade o luchando. Hablaba alto y claro para que todos fuéramos capaces de escucharle. 


Habéis peleado valientemente—dice Voldemort con voz fría y aguda— Lord Voldemort sabe valorar el coraje. Aun así, habéis sufrido grandes pérdidas. Si continuáis resistiéndoos a mí, todos moriréis y no quisiera que esto pasara. Cada gota de sangre mágica que se derrama es una pérdida y un desperdicio. Lord Voldemort es piadoso. Ordeno a mis tropas retirarse inmediatamente. Tenéis una hora. Preparad vuestra muerte con dignidad. Tratad a los heridos. Ahora te hablo a ti, Harry Potter. Has permitido que tus amigos mueran por ti en vez de enfrentarte conmigo. Esperaré durante una hora en el bosque prohibido. Si cuando acabe esa hora no has venido a verme, si no te has rendido, entonces la lucha se reiniciará. Pero esta vez yo mismo entraré en batalla y te encontraré, y castigare a cada hombre, mujer o niño que trate de protegerte. Una hora.


La voz se apago de golpe, como si hubiese sido apagada por alguna clase de interruptor. Snape seguía sin decir nada, con la mirada clavada en Harry y un rostro lleno de preocupación y tristeza. Tanto Hermione, como Ron y como yo negamos rápidamente con la cabeza ante la idea de que Harry fuese al encuentro con Voldemort.


Ni se te ocurra escucharlo. —le digo a Harry y, aunque intento que suene como un conseja, se que suena más como una orden—

Todo irá bien. —recalca Hermione, con firmeza— Sólo.. volvamos al castillo, si ha ido al bosque tenemos que pensar en otro plan.


Con ayuda de Ron, levanto a Snape del suelo. Ron lo agarra por la izquierda y yo con la derecha, intentando mantenerlo todo lo firme que podemos. Salimos de la habitación y caminamos por el túnel con Hermione y Harry en cabeza, ya que ambos tenían las manos libres para usar sus varitas y iluminarnos el camino. 

En cuanto entramos al castillo, el silencio nos rodeo de nuevo. Los suelos estaban llenos de sangre y de polvo, mientras que las gárgolas que una vez se encontraban decorando el castillo, ahora se encontraban rotas en mil pedazos y llenas de sangre. 

Continuamos nuestro paso y nos adentramos en el gran comedor. Las mesas de las casas ya no estaban y la habitación estaba repleta tanto de estudiantes heridos como de los que habían perecido en la batalla. Madame Pomfrey se encontraba caminando de un lado a otro intentando ayudar a todos lo estudiantes posibles. 

En cuanto todos nos vieron caminar con Snape, el silencio inundo la sala y las miradas de odio se clavaron en Snape. Los entendía. Entendía porque lo miraban así y porque se había hecho el silencio, pero al fin y al cabo era una persona más y no podía dejarlo morir de la manera en que Voldemort lo había planeado.


Madame Pomfrey, necesita ayuda. —digo mientras siento a Snape en uno de los escasos sitios libres—

No pienso ayudarle, no se lo merece. —niega Pomfrey rápidamente—

Se que no lo merece por todo lo que ha hecho, pero al fin y al cabo es una persona como usted y como yo. Así que, por favor, ayúdele. —le ruego a Madame Pomfrey—

Solo porque me lo pides con esa amabilidad. —dice Pomfrey con una leve sonrisa—


Le sonrió en forma de agradecimiento y observo como casi todos mis seres queridos se encuentran en la sala ayudando a los heridos o simplemente reponiendo fuerzas para lo que se nos viene encima. De nuevo, no logro divisar a mi hermana entre la multitud y el miedo empieza a apoderarse de mi. Desde que comenzó la guerra no la he visto y todo esto me da muy mala espina. A pesar de que puedo observar que Draco sigue vivo y en perfectas condiciones, no puedo evitar sentir que mi hermana está en serios y graves problemas. Si no le pasara nada estaría aquí con todos nosotros, así que.. ¿Dónde demonios estaba? ¿Dónde se ha encontrado mi hermana durante toda la guerra?. Suspiro y me hago una cola alta para quitarme todo el pelo de la cara y poder ver con más claridad.


¿Has visto a Harry? —me pregunta Hermione—

Pensaba que estaba contigo. —le digo—

Y era así, pero me di un segundo la vuelta para hablar con Seamus y cuando me gire ya no estaba. —suspira Hermione, mirando alrededor de toda la habitación—

Hablamos de Harry, seguro que ha ido a cualquier tontería y vuelve en unos segundos. —le recuerdo a Hermione poniendo mi mano sobre su hombro y dándole un suave apretón—

Espero que tengas razón. —dice Hermione con una leve sonrisa—


Hermione se aleja de mi lado y se dirige junto a George y su familia. En cuanto George la ve, la rodea entre sus brazos y la besa apasionadamente. Sonrió al ver que a pesar de que estamos en medio de una guerra, siempre tenemos tiempo para sonreír y estar con aquellos que más amamos. Me siento en uno de los bancos libres, observando cada movimiento y deseando que mi hermana aparezca de una vez por todas. De reojo, veo como Draco se sienta a mi lado, pone su mano sobre la mía y me da un fuerte apretón en un intento de tranquilizarme.


¿Crees que ella está bien? —le pregunto a Draco—

Quiero creer que si. —responde Draco soltando un suspiro— Pero algo en mi interior insiste en que algo va mal y me temo lo peor de lo peor. 


Draco traga duro y veo como unas lagrimas resbalan por sus mejillas. Las seco rápidamente con la manga de jersey y le froto suavemente la espalda a Draco. Draco suspira y deja caer su cabeza en mi hombro mientras sigo acariciando su espalda en un intento de hacerlo sentir mejor y de calmar todos los demonios que están en su cabeza. Se como se siente Draco; a traicionado a los suyos, a dado su vida por salvarnos, su padre cree que está muerto y está muy preocupado por mi hermana. Todos los males nos están rodeando, como si hubiésemos abierto la caja de pandora y nos mereciéramos todo lo que nos está pasando.


No encontramos a Harry. —dice Ron, llegando junto a Hermione y situándose frente a nosotros—

Vamos a buscarlo. —digo mientras me levanto— ¿Te importa esperarme aquí, Draco?

Claro que no. —responde Draco— Iré preguntando de mientras si han visto a tu hermana.


Asiento y, junto a Hermione y Ron, me encamino fuera del gran comedor, buscando por todas partes alguna señal de Harry. Justo cuando estábamos por darnos por vencidos y convocar algún hechizo, Neville aparece en nuestro campo de visión.


Neville, ¿Has visto a  Harry? —le pregunta Ron—

Y..yo e..eh..—murmura Neville nervioso—

¡Neville, es urgente! ¡Si has visto a Harry necesitamos saberlo ahora mismo! —grito, perdiendo los papeles—

Lo vi hace un rato. —responde Neville— Me ordeno que matará Nagini.

¿Dónde está ahora? —pregunta Hermione— Neville, ¿Dónde está Harry ahora mismo? 

Ha ido a reunirse con Voldemort. —responde Neville soltando un suspiro— Ha ido en busca de su muerte para salvarnos a todos. 




Complicated Love IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora