Andrei sentía que estaba caminando sobre algodón mientras recorría los pasillos de aquella oficina, se habían detenido en el piso 21, dos pisos antes del que correspondía a las oficinas de su padre lo que le daba algo de tiempo para hablar con Hernán antes de que él los encontrara. Todas sus verdades salían a la luz de la peor manera, su diagnóstico con Hernán salvándolo en un bar y ahora su nombre, en la presentación del proyecto más importante que a la fecha había desarrollado su ahora novio.
No se había equivocado cuando había pensado que sólo le podía traer problemas al moreno, porque estaba a punto de arruinar la noche más importante de lo que iba de su vida profesional.
Hernán saludó a las personas que se encontraban en el lugar y lo presentó con la mayor de las sonrisas como su novio, cada vez que lo escuchaba su corazón crecía un poco más y se estaba odiando por no permitirse disfrutarlo como quería. Si tan sólo hubiese confesado antes, en alguna de esas noches donde quitaban todas sus capas y hablaban sin miedos. Sabía que Hernán reconocería el nombre de su padre, por eso no lo había mencionado cuando habían comenzado a conocerse, porque no quería que pensara que usaba aquello para darse relevancia y porque quería que se encantara de él, de su esencia y no que sintiera curiosidad por el hombre que le había dado la vida y que era una especie de ídolo para todos los que compartían la pasión por la arquitectura; cuando había descubierto que Hernán no era como cualquiera habían aparecido otras preocupaciones y ahora que estaban bien, su nombre era la siguiente revelación que planeaba llevar a la cama. Pero nada salía como lo había planeado.
Se sirvieron una copa de champagne y luego de un par de conversaciones casuales inevitables, llegó el turno de Hernán de presentar su proyecto, le dio un último beso porque a pesar de la situación no quería ponerlo nervioso antes de tener su momento y lo observó entre los presentes mientras destapaba la maqueta que representaba el que sería el primer edificio inteligente del país.
Escuchar a Hernán hablar lo transportó de inmediato a esa primera vez que lo vio, en ese auditorio en la universidad cuando estaba dando vuelta la página y cerrando por completo el capítulo de su vida donde no avanzaba y vivía con miedo de recaer, ese día la voz y pasión de Hernán le habían dado un nuevo aire, una nueva inyección de energía e incluso algo en lo que pensar. Si no hubiese seguido al moreno ese día hasta el estacionamiento, nada de lo que estaba viviendo hubiese sucedido, no lo hubiese visto tener aquella crisis y quizás no habría llegado a ese bar donde Gonzalo le había dado éxtasis contra su voluntad, pero tampoco habría conocido lo que era enamorarse y hacer el amor, y eso no lo cambiaba por nada.
Hernán terminó su presentación entre aplausos, se veía tan feliz, tan satisfecho y Andrei no podía sentirse más orgulloso de él, porque sabía cuanto había trabajado y cuanto había soñado por ese momento, en una de sus cenas había mencionado levemente ese proyecto y sus ojos se habían iluminado al hacerlo, le había prometido que cuando lo inauguraran estaría en primera fila, y eso había sido tan emocionante para él porque le hablaba de que Hernán lo veía en su futuro, a pesar de llevar sólo un mes, que parecía mucho más, Hernán entendía su relación del mismo modo que él lo hacía.
Vio como los socios saludaban a Hernán y la revista de arquitectura tomaba las fotos y hacía las preguntas correspondientes, José Miguel y Mauricio se acercaron primero, y en cuanto el tercer hombre, su padre, saludó con un abrazo a Hernán y le dio la bienvenida oficial entre una ronda de vítores, se ocultó entre la gente para que no pudiese verlo, prolongando ese momento por el tiempo que pudiese, Hernán lo merecía, merecía los aplausos y el reconocimiento, merecía su momento de gloria y aunque estuviese destinado a terminar esa noche con un duro golpe, al menos ese instante quería que fuese perfecto.
- ¿Qué te pareció? - le preguntó el moreno emocionado cuando lo encontró entre la multitud luego de completar su entrevista y posar para todas las cámaras.
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Esqueletos en el armario
FanficHernán es arquitecto y un trabajólico que luego de un par de años de haber egresado y desempeñarse en trabajos menores pero obteniendo reconocimiento, ha logrado transformarse en más reciente socio del taller de arquitectos más grande del país y Lat...