Capítulo 18

665 64 57
                                    

Andrei había llegado a un bar no tan alejado del departamento de Felipe y de inmediato había pedido un trago, sólo quería uno, para disminuir los nervios y darse valor, y luego volvería a esperar a Hernán. Se lo bebió con calma, porque no quería que se le subiera a la cabeza y utilizó esos minutos para terminar de ordenar sus ideas, no quería comportarse extraño durante la cena y enviarle señales incorrectas a Hernán porque sabía que su estado de alerta había quedado activado desde la noche anterior.

Durante su tiempo ahí no faltaron hombres que lo abordaran, intentando crear conversación, invitándole un trago, otros coqueteando descaradamente y preguntándole si estaba solo o esperando a alguien, y los había rechazado a todos de manera severa, para que no volviesen a intentarlo. Sería tan fácil volver a ser esa persona, la que hacía lo que quería sin pensar en nadie ni en las consecuencias, que sólo disfrutaba el momento, con quien fuese y como fuese.

Pero Hernán no necesitaba a esa persona, y él quería ser lo que necesitase.

Mientras se encontraba perdido en una de sus divagaciones un nuevo sujeto se le acercó, Andrei se preparó para decirle que no estaba interesado, pero al verlo lo reconoció de inmediato, era uno de sus tantos compañeros de fiesta cuando estaba fuera de control, uno con él que había hecho muchas locuras y cometido muchos errores. Le pidió que lo dejara, pero era insistente, tanto que tuvo que amenazarlo con pedir a seguridad que lo sacaran del lugar; el tipo no reaccionó bien y aunque finalmente hizo como le pidió, antes de irse se acercó tanto a él que le dio un fuerte beso en la mejilla.

Andrei sintió que con eso había tenido suficiente, se terminó su trago y pasó al baño antes de irse, sin embargo comenzó a sentirse extraño, el calor de su cuerpo había comenzado a aumentar, rápidamente, y la cabeza le empezó a dar vueltas, las luces estaban más brillantes y sentía que caminaba sobre algodón. Conocía esa sensación, esa euforia y desconexión , y sabía exactamente como había ingresado en su cuerpo.

Gonzalo, el tipo de su pasado que lo había abordado, lo encontró cuando salía del baño con intenciones de irse y lo llevó con él, Andrei no quería hacerlo, pero hace años que no tomaba algo así y lo estaba golpeando tan fuerte que sólo se estaba dejando llevar; Gonzalo lo abrazó riendo y recordándole algunos momentos que pasaron juntos, pidiéndole que disfrutara el viaje. La droga en él trajo de vuelta varias emociones y recuerdos, todas arremolinándose en su interior, haciéndolo sentir ese vacío que no se llenaba con nada; estaba asustado porque sabía que en ese estado era vulnerable, su cuerpo no reaccionaba como él quería y lo que podía llegar a hacer no era bueno para su relación con Hernán, y él no quería hacer nada, nada con otro que no fuera él. Gonzalo lo besó en el cuello, tomándolo con fuerza, tocando cuanto podía de él, haciendo que las ganas de llorar fueran tan grandes que su cerebro comenzó a pedirle que las detuviera como fuera.

---

Hernán sentía que estaba reviviendo uno de los peores momentos de su vida, el tipo tenía sujeto a Andrei de la cintura y lo estaba besando en el cuello moviéndose en dirección a su boca, sabía que tenía que salir de ahí, porque no quería verlo, pero sus piernas hicieron todo lo contrario, caminando hacia ellos porque parte de su cerebro necesitaba convencerse de que ese era Andrei, aunque desde el lugar donde ya estaba podía reconocer la camisa que le había prestado esa mañana.

Y cuando estuvo tan cerca para comprobarlo, agradeció no haber salido de ahí. Andrei estaba evitando su boca, intentando alejarlo de él y pidiendo que lo soltara con las últimas fuerzas que le quedaban antes de que la droga terminara de hacer efecto en él.

Se veía fuera de sí, muy sudado y agitado, y su rostro se veía extraño; Hernán se preocupó aún más al verlo porque ese no se parecía al Andrei que conocía y amaba, era una versión demasiado vulnerable, una versión destruida, como lo era él cuando tenía una crisis.

Esqueletos en el armarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora