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Pasaron los días y Marinette y Adrien se pusieron de acuerdo con su proyecto, todo estaba listo incluso el vestuario

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Pasaron los días y Marinette y Adrien se pusieron de acuerdo con su proyecto, todo estaba listo incluso el vestuario. Marinette estaba aliviada de que la profesora entendiese la situación y le diera una oportunidad, era domingo por la tarde y ambos chicos estaban caminando por el parque, había un silencio cómodo para ambos, Marinette se sentía algo libre desde que no tiene a las chicas molestas a su alrededor. Pero... sus inseguridades seguían ahí, después de lo ocurrido con el akuma empezaron a haber cambios en el cuerpo de la chica. Su mancha arrasó con todo su brazo, la mitad de su cuello y cintura, cada día más se cubría como podía, tristemente también le estaban ocurriendo efectos secundarios, empezaba a tener pesadillas, de su nariz a veces caía sangre, le daban náuseas y cada vez era más pálida.

Adrien estaba enterado de todo esto, puesto a que la última vez que se vieron en la competencia, la chica comenzó a marearse y a botar sangre de la nariz, a los minutos quedó inconsciente, así que para ayudarla aprovechó y se convirtió en el superhéroe de París y la llevó a su habitación.

Las competencias se cancelaron hasta el fin de semana puesto a que los representantes tenían que viajar y otros tenían que asistir a otros trabajos, ambos grupos tenían tiempo para entrenar y organizarse, las competencias duraban poco pero hacían variedades de rondas.

-Marinette...

-¿Sí Adrien? -observó la azabache-

-¿Cómo te sientes? -preguntó con algo de preocupación-

-Eh...bien... -dijo en susurro-

-No te creo. -se levantó de la banca- Sé que me ocultas algo Marinette, somos amigos, puedes confiar en mí.

-Y-yo...

La azabache quedó en silencio, sin saber que decir. "¿Estuve a punto de ser akumatizada?" "Cada vez me consume más y más" "Ya fui marcada" Todo eso pasaba por su mente, pero algo le daba más vuelta en su cabeza "Soy Ladybug..." Ella quería decirle, aunque Tikki se enojara, solo habían pasado semanas para darse cuenta que su amor por su compañero era real, y que su compañía le hacía sentir bien y viva.

-¿Tú? -insistió Adrien-

-Yo...soy... -fue interrumpida por el sonido de un celular-

-Perdón, es mi padre. -dijo mientras miraba el celular y inmediatamente le contestaba- ¿si padre?

El chico estuvo por unos minutos hablando con su padre, cada respuesta era con fastidio y a veces ponía gestos que hacían que la azabache se riese.

-guarda su celular- Debo irme... discúlpame. -mira el auto aparcarse cerca de él- Luego habláremos de esto, ¿Sí?

La azabache solo asintió, ambos se despidieron y luego entre la gente desapareció el de ojos esmeraldas, la chica se quedó bastante tiempo ahí sentada pensando "¿Le diré? ¿Es buena idea? Merece saberlo..." pero haciendo caso omiso a sus pensamientos, se dirigió a su hogar, para poder hablar con su pequeña amiga rojiza y llegar a un acuerdo. Pasaron unos 20 minutos hasta que la azabache llegó a su casa, eran las 7:00 pm a tiempo para la cena, entró a su hogar y saludó a sus padres para luego ayudarlos y sentarse con ellos a comer.

Luego de esa cena familiar, con mucho amor y cariño, todos recogieron en compañía la cocina y la azabache se dirigió a su cuarto.

- ¿Tikki? -habló la azabache-

- ¿Si Marinette? -apareció la pequeña rojiza con una galleta-

-He pensado y... -fue interrumpida-

-Lo sé Marinette... Y, no te lo recomiendo, sabes que tu identidad puede estar en peligro, y más ahora que estás marcada. El te seguirá...

-Lo sé Tikki pero... quiero hacerlo, yo... quiero ser sincera con él.

-Bueno... es tu decisión, tu identidad y protección depende de ello.

-Bien, gracias Tikki.

-Ya es hora, Marinette. -dijo terminando la galleta- Hoy hay que patrullar.

-¡Sí! Tikki, motas.

La azabache había salido de su casa con un paraguas, ya que estaba lloviendo, y aún así eso no la detenía en proteger a los ciudadanos de París

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La azabache había salido de su casa con un paraguas, ya que estaba lloviendo, y aún así eso no la detenía en proteger a los ciudadanos de París. Llevaba el paraguas que tanto protegía, el que le había dado su amado, quien ahora era más abierto y más cercano a ella. Estaba sentada en las barandas del mirador de la Torre Eiffel.

-Vaya, que noche. -comentó el gato a la chica de traje rojo. - Hace frío, y no traje paraguas.

-¡Chat! ¿Por qué viniste sin paraguas? Te vas a resfriar, toma. -le ofrece el paraguas- lo necesitas más que yo, eres un gato después de todo. -sonríe-

-G-gracias M'Lady. - se sonroja y se sienta al lado de ella- ¿Hoy que nos toca?

-Realmente, hoy quie... -fue interrumpida por un relámpago- ¡Ah! -se aferra a Chat-

-Ahm... ¿le tienes miedo a los relámpagos? -ríe-

-S-sí, ¡y no te rías! -cae otro y esta se aferra más-

Éste, la abrazó y la acurrucó mientras pasaba todo eso, era una escena divertida, pero con un toque tierno. Ambos se miraron fijamente y empezaron a acercarse, sin apartar su mirada, todo se transmitía en cariño, estaban a punto de juntar sus labios pero un relámpago los separó, ambos al darse cuenta de lo que sucedía se sonrojaron, pero el chico de ojos verdes se sintió igual que la vez que había sucedido con Marinette, de pronto miró a su Lady, impactado por lo que había descubierto.

-M'Lady...tú...tú...

Ella al darse cuenta de que todo iba para mal, agarró el paraguas y lo tiró en la cara del gato, ella escapando.

-M'Lady, te encontré.

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Don't Cry My Princess |Wattys2019|[Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora