Después del paseo y todo lo que me enseñó. Saqué el móvil para saber la hora en la que estábamos, parecía como si llevara milenios aquí. Al mirar la hora vi que eran las doce de la noche, la verdad que me sentía cómoda, era agradable estar con él, hacia buena compañía, alfin y al cabo, somos socios y teníamos que llevarnos bien.
Me encogí por el frío que hacía, no es que hiciera mucho pero se notaba el relente de la noche. Este se percató de mi gesto y me observó.
—¿Tienes frío? —preguntó.
—Lo miré con la ceja levantada, era una pregunta demasiado obvia —No que va, solo estoy encogida por qué estoy más cómoda —Dije sarcástica. —¿A ti que te parece? —Añadí.
Este rió y me miró, parándome delante de él.
—Por dios Molly, no seas sarcástica conmigo que no te pega. Por cierto vienes demasiado desabrigada para estar aquí.
—De eso ya me he dado cuenta, gracias por la aportación —giré los ojos y seguí caminando esquivándolo.
Tenia ganas de llegar al hotel y que el espacio cálido me acogiera.
Jared llegó a mi altura y caminó a mi lado. Subió su brazo hasta colocarlo en mis hombros. Le miré de reojo y seguí caminando.
—Lo hago por qué tienes frío, no te emociones —dijo dándome una palmadita con el brazo que tenía en mis hombros.
Llegamos al hotel y me aparté de él para subir a mí habitación, tenía ganas de ponerme el pijama y así entrar en calor.
Subí, me puse el pijama y me tumbé en la cama, acto seguido empecé a notar la calidez que las mantas emanaban y me quedé dormida.
Al día siguiente me desperté, vestí y preparé las maletas por qué hoy volvíamos a España.
Salí de mi cuarto al tenerlo todo preparado y ahí estaba Jared esperándome con su traje de color azul oscuro apoyado en el marco de la puerta.
—¿Desayunamos? —Preguntó observándome.
—Vale —respondí.
El moreno camino delante de mi y le seguí.
Llegamos a la cafetería y nos sentamos para pedir lo que queríamos. Me pedí unas tostadas de tomate y un café con leche. Jared pidió lo mismo que yo.
Era extraño que se estuviera comportando conmigo de esa forma. Era amable y simpático sinónimo totalmente opuestos a su personalidad conmigo.
Pasamos el desayuno entre risas y bromas. Todo esto me resultaba algo extraño. pero tenía que aguantar como es, por el hecho de que somos socios. Pero podríamos a llegar a formar un gran equipo, claro, eso sí no fuera tan visceral conmigo. Tendré que saber llevarlo. Y me costará pero eso he de hacer.Terminamos de desayunar y nos fuimos para el hotel a recoger nuestras cosas para volver a España. Llegamos y me adelanté para poder organizar un poco mi maleta ya que no me había dado tiempo a terminarla. Así que empecé a paso apresurado a meter toda la ropa en ella, por suerte no había traído mucha, así se me hizo mas fácil guardar todo, cogí la bolsa de aseo que se encontraba reposando encima del lavabo y comprobé que estaba todo ahí. Después miré el pequeño estuche de pinturas que me traje por si había algún caso "especial" y entre comillo la palabra especial por si salíamos a pasear o algo por el estilo. Y mira por donde si salimos a cenar y tuvimos reunión con los accionistas aunque eso ya me lo esperaba, a eso veníamos.
Tres golpes secos se escucharon en mi puerta y sabia quien era, ya me estaba metiendo prisa cogí todo lo que tenia sobre la cama para después cerrar la maleta y acto seguido bajarla al suelo y tirar de ella, abrí la puerta y ahí estaba el, tan sutil como siempre.
- Ya era hora de que salieras. -Dijo observándome y no dije nada, solo le sonreí y pasé por su lado.
Noté perfectamente como se quedó mirándome.
-¿Nos vamos? - pregunté girándome hacía él y mirándole con una sonrisa retadora.
-si, claro. Primero las damas. -Me hizo un amago con la mano.
- Ems... por si no lo sabias estoy delante tuya -señalé el espacio que había entre él y yo el cual indicaba que estaba delante por unos cuantos pasos.
Este no dijo nada y solo soltó una carcajada seductora que para nada me esperaba que riera así.
Salimos del hotel y nos fuimos hacia el sitio donde el tenia su avión privado llegamos y nos montamos, yo como siempre al lado de la ventana, me gustaba ver como despegábamos y sentirme en lo mas alto, sentirme que podía tocar las nubes aunque no fuera así.
Miré por el rabillo del ojo y vi como desde el otro asiento del avión me observaba de una forma extraña, era como si quisiera inspeccionar cada parte de mi cuerpo, como si me estuviera desnudando con la mirada. Me sentía atractiva para sus ojos, me sentía poderosa como sin en ese instante tuviera el control sobre él. Por lo que me limité a mirarlo seductoramente para ver si era verdad lo que estaba notando o solo eran imaginaciones mías. Pero no, era cierto lo que había notado y sentido, así que quise ponerlo a prueba y empecé a morderme el labio mirándole. En sus ojos podía apreciar la lujuria que estos transmitían, sus ojos azules chispeaban como si de una hoguera se tratara. Se levantó de su asiento y pensé que este juego había terminado, pensé que no le ponía en los mas mínimos, me di por vencida y me puse a mirar por la ventanilla. Acto seguido sentí como alguien se sentaba a mi lado y mire sobre mi hombro encontrándome con la atenta mirada de Jared.
-¿Me estabas provocando? -Dijo acariciándome el pelo y susurrándome lo al oído.
Sentí un escalofríos por todo mi cuerpo al sentir su aliento golpeándome en el cuello. Bajó sus labios hasta mi nuca y comenzó a darme besos, de ahí pasó hacía mi cuello y sentía el calentor que emanaba mi entre pierna. Me mordí el labio.
-No,en ningún momento te he estado provocando -dije haciéndome la fuerte.
-No, parecía que no, al contrario, además por si no lo sabias cuando la gente me provoca de esa forma tan sutil pero tentadora no escapan de mi. Me gusta terminar lo que empezaron. -Dijo con sus labios reposados en mi cuello.
-¿También si te lo hacen los chicos? -Pregunté por que la verdad que me picaba demasiado la curiosidad.
-De mi vida privada no hablo, solo quiero que tengas claros que lo que se empieza me gustan que se termine.
No se donde le dio pero de repente el sillón donde estaba acostada se echó hacia atrás y a continuación se subió sobre mi. Sabia que iba a tener sexo en un avión. En un ágil movimiento me plantó un beso demasiado tentador y empezó a meter la lengua, al mismo tiempo que hacia eso también metía la mano en mi camiseta, sentía su tacto cálido. Una vez que cogí confianza con sus caricias quise llevar el control, ya que este juego lo había empezado yo. Sería quien lo terminaría, me giré sobre el poniéndolo debajo de mi y con mis manos desabroche cada botón de su camiseta para después empezar a dejar un recorrido de besos por todo su cuerpo, acabamos desnudos y como pude me acomodé en sus parte y comencé a moverme con movimientos lentos y suaves, este levantaba su pelvis para así poder entrar mejor en mi. Comenzamos a movernos con mas intensidad y llegamos al clímax. Salí de él y nos vestimos rápidamente. Seguro su piloto estaría acostumbrado a escuchar gemidos aquí pues con la experiencia que tenia a la hora de desvestirme seguro que mas de una vez lo había hecho aquí.
Me quedé en mi sitio y este se fue al suyo, me acomodé y me quedé dormida.
Cuando me desperté ya habíamos llegado a España, así que me acompañó hacia mi casa y antes de bajarme del coche me cogió del brazo.
-Lo que ha pasado en el avión tiene que quedar entre tú y yo,nadie más lo puede saber ¿Entendido? -Dijo agarrado de mi brazo.
Asentí.
-No, eso no me vale quiero que salga de tú boquita.
-Esta bien, entendido, esto quedará entre nosotros. Además no me parece bien que alguien sepa que me tiro a mi socio. Por si no lo sabias, de mi vida privada no hablo -me zafé de su agarre y salí del coche, cogí mi maleta y di un portazo.
Entre a casa y subí corriendo a mi habitación para darme una ducha relajante y acostarme a descansar. Había madrugado mucho. Brais estaba en la empresa así que no tenia por que preocuparme, estaba en buenas manos. Me duché, salí y me puse otra ropa y me eché a dormir. Ya comería después y arreglaría la maleta también.
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Cayendo en la tentación (Completada)
Novela JuvenilDespués de lo que Molly vivió en Londres. Vuelve a su ciudad Natal para poder olvidarse de todo aquello que un día le hizo sentir cosas distintas. Aquellos recuerdos que viven con ella, desea que se esfumen como el viento. Cosa que será imposible...