Capítulo 20

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Había pasado un año desde que Ethan y yo habíamos empezado a salir, ahora habíamos llevado la relación a otro nivel, en el sentido de que nos fuimos a vivir juntos, él quiso venir a vivir aquí a Murcia para éste cerca de mi y dejar todo lo relacionado con su pasado. Sophie cuando le contamos la noticia se puso a dar brincos como loca decía que siempre había querido que fuera su mamá, y ahora el destino hizo eso.

Le di toda la empresa a Jared, al fin y al cabo el fue quien me ayudó para levantarla, y Ethan amplió su empresa de textiles trayendo la a España que había abierto por todos los lugares de aquí. Hizo como una franquicia.

Y yo, bueno, mi vida había cambiado tanto que ahora daría el paso más grande de mi vida, habíamos ampliado la familia y estaba embarazada de nueve meses, el bebé iba a salir ya. Por lo que me encontraba en el hospital postrada en la cama ya que había roto aguas, pero el niño, no se decidía a salir.

—Vamos a llevarla ya a paritorio esto está a punto —dijo un marrón a un celador para que me condujeran a paritorio.

Me dolía demasiado y podía sentir perfectamente como ya quería salir. Notaba como que algo resbalaba. 

Ethan se puso a mi lado y me agarró de la mano con fuerzas mientras corrían conmigo hacia la sala. Al llegar dejaron entrar ya que era el padre.

—Vamos Molly, un empujón y está fuera —dijo el matron mirando debajo de la sábana que me habían puesto ya que la cabeza estaba al borde.

Empuje una, dos y tres veces cuando por fin oí el llanto de mi hijo, había salido genial. Me lo pusieron en el pecho mientras me cosian. El bebé no dejaba de llorar y yo lloraba con él, Ethan lo miraba con cara de felicidad. Habíamos construido nuestra propia familia. Fuera de los perjuicios y opuestos al mundo.

Se llevaron al bebé y terminaron de coserme.

—Vamos a ver cómo está el pequeño y enseguida lo traemos. —Dijo una enfermera simpática.

Se fue con el bebé y me quedé allí con Ethan.

—Ya tenemos a nuestro bebé

—Si, por fin. Espero que Sophie no coja envidia.

—Tranquila, Sophie no se pone celosa, al contrario, me preguntaba que cuando iba a venir su hermanito.

Sonreí y depositó un beso en mis labios para después irse.

Me llevaron a la habitación y acto seguido me trajeron al pequeño Neithan.

Lo miraba asombrada de como una cosita tan pequeña podía ganarse un lugar demasiado grande en mi, ya lo quería sin  haberlo conocido.

Lo cogí entre mis brazos y me enderece como pude para ponerlo bien. Le acariciaba la carita.

—Bienvenido pequeño, verás como tendrás una vida bellísima, tu hermanita te va a querer demasiado y crecerás lleno de amor —sonreí.

*****

Había oscurecido, y tocaron a la puerta, seguro sería la enfermera para decirme algo del bebé, que antes no pudo decirme nada porque enseguida se fue.

—Molly, el niño está genial. Le hemos hecho todas las pruebas y todas han salido bien. Tienes un niño sano y fuerte. —Dijo la enfermera sonriendo y se fue.

Al rato vino Ethan con la pequeña Sophie, decía que quería conocer a su nuevo hermanito. Se acercó a la cuna donde se encontraba en bebé y lo miró.

—Es muy pequeño.

—Claro, porque todavía es un bebé, así eras tú —dijo su padre poniéndose detrás de ella.

—¿Puedo cogerlo?

—Claro, pero siéntate en la cama y te lo ponemos en brazos.

La pequeña asintió y se sentó como su padre le dijo, este cogió al bebé y se lo puso en brazos a la pequeña agarrándolo el también, está besó su frente y sonrió. El bebé echó una sonrisa de medio lado y lloró.

Me lo dieron y le di pecho, el bebé tenía hambre aunque todavía no salía la leche ya que tenia que quitar los calostros.

*****

Pasaron tres días y ya me dieron el alta, hoy sería el primer día que viviríamos como una familia.

Por suerte Ethan pidió la baja por paternidad que obviamente se la pudo coger ya que era el empresario.

Me ayudaba en todo lo que podía. Cambiaba pañales, a veces hacia biberones ya que lo compaginabamos con biberones y pecho. Neithan era demasiado comilón, porque el pecho no le alimentaba bien.

También muchas veces bañaba al bebé y yo me sentía orgullosa de la familia que había conseguido.

—Molly, gracias por esta familia tan bonita, gracias por darme la oportunidad más grande de mi vida, y gracias por ser la mujer de mi vida —besó mi frente y sonreí.

—Gracias a ti por todo.

—Ahora, quiero decirte algo —se arrodilló delante de mí y tenía a bebé en brazos.

—¿qué haces?

—Molly, ¿Quieres casarte conmigo? —Dijo sacándome un anillo con un hilo de diamantitos por encima de este.

Lo miré y se me aguaron los ojos.

—Por supuestos que quiero.

Me colocó el anillo y me besó como si no hubiera un mañana.

Ahora sí que estaba feliz del todo, el hombre al que amaba ahora era mi prometido. Tuvimos muchos problemas con sus padre pero el amor lo puede todo, la persona que esté destinada en tu camino llegará sin presiones.

Ahora eramos los más felices del mundo, habíamos arreglado cualquier problema hasta incluso su madre vino a ver al bebé y me pidió perdón por todo.

Nada ni nadie podrá hacer que nos separemos por qué el es mi destino, él era todo lo que necesitaba.

FIN
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Gracias por haber leído mis historias, gracias por el apoyo que me habéis dado y he de deciros que ya formáis parte de mi corazón. Os quiero y espero que hayáis disfrutado mucho está historia.

Me despido con un beso y un abrazo

Santica

Cayendo en la tentación (Completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora