Frisk se despertó temprano a la mañana siguiente, necesitaba todo el tiempo posible para prepararse para su reunión con Alico. Los hermanos aún no estaban despiertos y Frisk supuso que aún pasarían al menos otros 45 minutos antes de que Papyrus se levantara. Rápidamente garabateó una nota para los hermanos, haciéndoles saber que volvería a tiempo para el almuerzo. Se aseguró de que estuviera en un lugar visible donde pudieran encontrarla y leerla, evitando que Papyrus no se preocupara y Sans no sospechara. Luego bajó las escaleras y atravesó el bar vacío, antes de salir a las calles de Ebbot.
Frisk respiró el aire fresco de la mañana. La ciudad todavía estaba bastante tranquila, con solo unos pocos madrugadores y dueños de negocios despiertos que se preparaban para el nuevo día. Paseó por las calles principales de Undercity, y compró una manzana de uno de los vendedores mientras se dirigía al hotel Bouton D'or. La caminata fue bastante lejos de la parte monstruosa de la ciudad, ya que esta se encontraba en el lado este superior de Ebbot en la zona más acaudalada de la ciudad. Era un lugar en el que Frisk nunca había estado, ya que a los jefes del crimen generalmente les gustaba mantener su trabajo alejado de su vida hogareña. Frisk admiró maravillada su alrededor al entrar a Uppercrust. Todo era tan hermoso y bien cuidado que ni siquiera había un pedazo de basura en las aceras, era realmente otro mundo. Si Frisk no hubiera venido de la Undercity, nunca habría creído que los dos lugares residían uno al lado del otro.
Mientras Frisk continuaba por las prístinas calles del lado este de Ebbot, más personas comenzaron a emerger para saludar el nuevo día. Frisk se encontró mirando directamente a algunos de los individuos magníficamente vestidos que se cruzaban en su camino. Todos los hombres se veían tan guapos con sus trajes a la medida bien ajustados y zapatos brillantes, las mujeres lucían impresionantes con elegantes vestidos y elegantes sombreros. No pasó mucho tiempo antes de que Frisk se diera cuenta de que también la estaban mirando. Las personas elegantemente vestidas que la pasaban por alto, otros se burlaban en sus narices, se reían o simplemente se quedaban boquiabiertos. Fue entonces cuando Frisk se dio cuenta de que no estaba en una especie de tierra de ensueño, sino que era una extraña en un mundo extraño muy diferente al suyo. Estaba llamando la atención sobre sí misma. Estaba sobresaliendo. Eso era peligroso. Frisk se agachó rápidamente detrás de una hilera de edificios de apartamentos bien cuidados y agradeció descubrir que incluso en un lugar tan bien cuidado como este, todavía existían callejones oscuros y calles sucias. Permaneció en las sombras durante el resto del viaje, manteniéndose fuera del alcance visual de todas las personas despampanantes a la luz del sol.
Cuando Frisk dobló la siguiente esquina, se encontró cara a cara con su lugar de destino, justo al otro lado de la calle se encontraba el hotel. Era enorme, y fue, con mucho, la cosa más deslumbrante que Frisk había visto en toda su vida. Los jardines estaban impecables, todo estaba cortado y manejado para crecer de manera perfecta. Los botones de la entrada le llamaron la atención, casi parecían soldados, junto a ellos había una alfombra de terciopelo rojo que se extendía desde unas elegantes puertas enormes detrás de unos escalones de mármol. Las ventanas estaban impecables y pulidas, reflejaban la luz de una manera que hacía que todo el edificio brillara como el oro. Frisk tragó saliva mientras cruzaba al otro lado de la calle. No había manera en posible de que alguna vez pudiera entrar a un lugar como ese con su aspecto actual, pero eso no le impidió rodear el edificio para buscar puntos de acceso y salida más fáciles, en caso de que sucediera algo imprevisible durante la reunión y Frisk necesitase moverse rápido.
Se alegró de encontrar una entrada de trabajadores en la parte trasera del edificio. Parecía que conducía directamente hacia cocina, ya que algunos cocineros estaban parados afuera de la puerta tomando su descanso para fumar. También encontró un área trasera para que los camiones de reparto se detuvieran e hicieran sus entregas, así como una lavandería. Frisk sonrió sintiéndose un poco más segura de sus opciones. Cuando terminó de inspeccionar el área, se dio cuenta de que el medio día se estaba acercando. Tendría que darse prisa si iba a llegar a tiempo para el almuerzo, como había prometido en su nota.
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Buena Comida, Buenos Amigos, Malas Risas
FanfictionLas calles estaban tranquilas en Undercity, apenas había amanecido. El cielo que se iluminaba lentamente arrojando mechones naranjas y rosas sobre los adoquines, manchando los cristales de la ventana de una ciudad dormida, la señal que revelaba el a...