Capítulo 7: Buenos y malos momentos

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Frisk se quedó en el sofá hasta la mañana siguiente. Solo había logrado dormir unas horas más como mucho, cada vez que cerraba los ojos, las inquietantes pesadillas continuaban. Finalmente, dejó de intentarlo y desnudó el sofá, dobló las sábanas y las mantas con cuidado antes de colocarlas a su lado en el reposabrazos. El sol estaba empezando a salir, y Frisk vio cómo la ciudad era bañada por los primeros rayos del amanecer, sangrando por la ventana del departamento. Todo estaba muy tranquilo, el único sonido presente en la habitación, era el suave tictac del reloj en la pared que mantenía la hora en silencio. Frisk disfrutó toda la mañana, ya que le ofreció un respiro de todo el trauma que había pasado la noche anterior. Frisk sintió que finalmente comenzaba a relajarse mientras se acomodaba en el abultado sofá. Tal vez podría intentar dormir un poco más antes de que los hermanos despertaran. Pero, el portazo de una las puertas de la habitación abriéndose destrozó la serenidad, así como la esperanza de Frisk por unos momentos más de paz. Papyrus se estiró y bostezó en voz alta mientras se dirigía a la sala de estar.

"OH, BUN DIA, PEQUEÑA HUAMANA. VEO QUE YA TE HAS DESPERTADO". Dijo amablemente, pasando junto al sofá hacia la cocina. "¿PUEDO OFRECERTE UN DESAYUNO?" Preguntó.

Frisk estaba a punto de negarse cuando un gruñido retumbó en su estómago. Avergonzada, lo agarró con ambas manos, tratando de sofocar el sonido, pero ya era demasiado tarde, Papyrus ya lo había presenciado todo. Frisk se sonrojó.

"TOMARÉ ESO COMO UN SÍ" Dijo Papyrus dándole a Frisk una sonrisa. "VEAMOS QUÉ PODEMOS HACER" Dijo abriendo la puerta del refrigerador.

Su alegre disposición parecía amortiguarse por el estado desnudo en el que parecía estar el refrigerador.

"HMMM".

Papyrus reflexionó mientras escaneaba los pocos artículos presentes en el refrigerador, que consistía principalmente en recipientes plásticos con espagueti y un par de botellas de kétchup.

"SUPONGO QUE TENDRÁN QUE SER SOBRAS. OYE, HUMANA, ¿ESTÁ BIEN PARA TI QUE EL DESAYUNO SEA ESPAGUETI?"

Frisk asintió mientras se sentaba en la pequeña mesa frente a la cocina. Nunca antes había comido espagueti en el desayuno, pero estaba segura de que no pasaba nada.

"¡NEYHEHE! ¡CLARO QUE SÍ! ¡EL SPAGHETTI ES PERFECTO PARA CUALQUIER MOMENTO DEL DÍA!" Exclamó mientras abría el recipiente de plástico y sacudía el contenido sobre un plato.

Los espaguetis se deslizaron lentamente antes de caer sobre el plato con un sonido húmedo. Este mantuvo brevemente su forma cuadrada para después colapsar en una pila blanda. Papyrus colocó el plato de fideos fríos frente a Frisk y le sonrió expectante.

Ella miró los fideos empapados que tenía delante. Aunque los espaguetis definitivamente no se veían apetitosos, Frisk sabía que había comido cosas mucho peores que eso en el pasado, y ¿quién era ella para despreciar comida gratis? Mientras tomaba el tenedor y tocaba la pila de fideos, la puerta del dormitorio de Sans se abrió lentamente. De inmediato se tensó al escuchar el sonido. Unos momentos más tarde, Sans salió de su habitación con una camiseta blanca y calzoncillos a rayas azules y blancas, con un par de esponjadas pantuflas cubriendo sus pies.

"Buenos días". Bostezó con cansancio mientras abría el refrigerador y lo miró sin saber lo que quería hacer realmente durante casi cinco minutos. Después sacó una botella de kétchup y se bebió la mitad de su contenido. Frisk arrugó la nariz al verlo. Aunque había comido muchas cosas de calidad inferior, no podía imaginarse voluntariamente tomando media botella de kétchup.

"¡SANS!" Resopló Papyrus desde el otro lado de la cocina. "¡TENEMOS UN INVITADO! ¡PONTE ROPA!"

Sans recorrió la habitación con su mirada perezosa hasta Frisk, estaba sentada a la mesa mientras comía su plato de fideos gelatinosos.

Buena Comida, Buenos Amigos, Malas RisasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora