PROLOGO

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AÑO: 1327 a. C.

Nadie tomaba en cuenta al hermano del gran Tutankamon, por lo que el, no le dio importancia y decidió que no importaba si estaba con la persona menos importante de todo Egipto, pero lastimosamente, si su hermano no podía tenerla, nadie lo haría. Lydia, el nombre de la chica, a pesar de ser de la servidumbre, era una de las jóvenes más codiciadas del desierto, y llamó la atención de ambos candidatos al trono, lo que no sabían era que eso los llevaría a la muerte.

-Ya hablábamos sobre esto.- dijo el rey llamando la atención de su hermano.

-¿Sobre que si tú no la tienes nadie podrá tenerla?.- sonrío el rubio. - Me parece algo estupido considerando que no ha socializado con ninguno de los dos.- mintió.

- Pero, olvidas algo.- se acercó a él.- En cuanto yo ordene, que la quiero para mi que es solo mía, todos y cada uno de los arrastrados que tiene detrás se irán.- sonrío triunfante.

-Y tú, olvidas algo, no puedes contraer nupcias con alguien fuera de la realeza, así que es mía.- la tensión era fuerte, ambos hermanos estaban empeñados en quedársela en no dejarla ir, pero olvidaron algo, la hermosa pelirroja que los observaba desde el umbral de la puerta, con una bandeja en sus frías manos y, asustada por lo que acaba de presenciar, así que con voz temblorosa decidió llamar la atención. 

-Majestades, aquí está, agua fría como solicitaron.- ambos hermanos dejaron el juego de miradas que tenían, era el momento tenia que ganar uno de los dos. La chica dejó la bandeja en uno de los muebles del gran templo de HATHOR, una de las diosas más poderosas, y en el que por cierto, se tenia una grandiosa vista para espiar a la empleada.

-Cariño, tú rey te tiene una orden no acercarte en lo más mínimo a este inútil.- la chica lo miro confusa, no podría estar pasando, ellos no querían alejarse ni un poco, ellos eran el uno para el otro, y ese era el pequeño secreto que él rubio y la pelirroja tenían, ellos ya estaban juntos, se miraron dudosos, ¿que seguía?, ¿que harían?, pues ahora ni si quiera escondidos podrían estar seguros, seguramente el rey podría guardaespaldas tras ellos todo el tiempo, el rubio no dejó de darle vueltas, hasta que decidió, sería traición  a la corona, no podría seguir teniendo el título de "Príncipe" pero aún así nada lo detuvo. Tomó una de las tantas dagas del los rituales que implementaban en el templo, y se dirigió a su hermano con cautela, quiso atacarlo por la espalda, pero sin embargo no lo logró, el amor y la lealtad hacia su hermano era mayor a cualquier cosa, pero su hermano al voltear y verlo sosteniendo un cuchillo no fue la mejor de las circunstancias en su cabeza, así que el sacó conclusiones en su cabeza, que por coincidencia eran totalmente correctas. Arrebató la daga de la mano del rubio y furioso apunto hacia  ambos amantes.

-!TU¡ !TU Y ELLA SON AMANTES!.- gritó apuntando hacia ambos .- ¿Y a costa de eso querías apuñalarme? Pues adivina que lo haré primero.- pero él tampoco pudo hacerlo, así que tomo a la pelirroja y sin ninguna objeción enterró el cuchillo entre sus costillas. La chica cayó en el piso del templo, ocasionando así que su amante la siguiera, no podía hacerse nada, ella estaba apunto de morir. Tutankamon, al ver lo tanto  que su hermano la quería, lleno de rabia, enterró el cuchillo una segunda vez en el día, pero no hacia la chica, si no ha su hermano, los celos y el egoísmo habían ganado, y se habían apoderado de él, soltó la daga dejándola en el suelo junto a los cuerpos sollozantes, y sin remordimiento alguno salió de la habitación. Más tarde una de las ancianas que hacían los rituales en aquel templo se sorprendió al encontrar el cuerpo de su nieta y el de su príncipe, en shook por aquella imagen decidió llamar a su rey, el rey fue simple, una tumba, amplea, con un gran espacio que los separara, y, cuando el muriera, lo podrían en medio de ellos, no pasó mucho tiempo para ello, a la mañana siguiente el rey se encontró muerto en sus aposentos, consumido por los pensamientos de haber separado a dos personas que se amaban, pero aún así en la tumba se hizo lo que se pidió, sin embargo, la única chica que había escuchado lo sucedido, cuando estaban apunto de cerrar la tumba, lanzó una maldición.

"Quien abra la tumba del faraón molestando su eterno sueño, no solo se llevará consigo una terrible muerte, si no, que despertara a todos los que descansan aquí, volviendo así a repetir la historia"

Y con ello, se cerró, sin que nadie supiera más que tres personas donde se encontraba.

AÑO: 1922

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AÑO: 1922

Encontrar la tumba de un faraón egipcio era lo que menos esperaban, pero todos los del equipo estaban ansiosos, era complicado saber que era lo que decía, pero de algo estaban seguros eso había sido un gran error, todos los de la expedición se arrepintieron de haber abierto esa cabina, de algo estaban seguros, habían desatado una maldición de la que no podrían escapar.






Hola!! Nueva historia.
Les gusto? Denme su opinión, es un poco muy diferente a todo lo que he escrito, pero me emociona mucho. Denle muchisisimo amor.

Las amo💕
Voten

27/11/19

BABYLON || (Luke Hemmings) ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora