Loki estaba en completo éxtasis. Desde que su mirada había encontrado la de su pequeña, el resto del mundo se había disuelto como la sal en el agua. Solo volvía a la realidad cuando Lyrei hacía algún comentario sobre la niña o le traía sustento.
Acarició el rubio cabello de Gisli. Oh, sería tan hermosa cuando creciera! Era el mismo tono de rubio que lucía Thor, y con aquellos ojos tan raros, sería toda una belleza. Frunció el ceño. Si alguien llegaba a dañar a su hija, ese alguien no viviría para ver otro día.
-Ten. Debe tener hambre.
El dios del engaño tomó el biberón que la elfa le ofrecía con una sonrisa.
-No puedo creerlo. –Gisli se aferró al alimento y tras deleitarse con sus sonrosadas mejillas por un segundo, Loki miró a su amiga. –Nunca creí que sería tan afortunado. –La mujer sonrió.
-Bienvenido a la paternidad. –Lyrei rió, tomando la diminuta mano de su hija en la suya y acariciando los dedos. –Es hermosa, Loki. –Sus ojos brillaron, anegándose de lágrimas.
-Lyrei... -Como no podía tomarla de la mano, se inclinó hacía ella, juntando sus frentes. –No llores...
-Creí que te perdería de nuevo... -De nuevo...?
-De qué hablas? –Loki la miró sin entender. Ella negó suavemente, con una amarga sonrisa en el rostro. Su mano libre escaló por su espalda hasta llegar al cuello y se detuvo ahí, trazando pequeños círculos en su nuca.
-No es nada...
Perderlo de nuevo...? Perder... El recuerdo de la barrera estallando regresó a su mente. Lyrei ni siquiera debería estar ahí... La miró con los ojos muy abiertos. Cómo es que estaba viva?
-Cómo pasaste la barrera? –La mujer se separó de él, llevándose un mechón de cabello tras la oreja.
-Vaya. Creí que no recordarías eso...
-No recordarlo? Estalló. Estoy seguro de que estalló. –Frunció el ceño. –O no?
Lyrei suspiró con resignación.
-La volé.
Loki parpadeó una vez, atónito.
-Qué? –Su amiga lo miró a los ojos, toda seriedad.
-La volé. Se interponía en mi camino, y la volé. Pensé que costaría más y que no lo lograría, pero el embarazo debilitó tu magia y... Bueno, no podía dejarlos.
-Cómo... Cómo es siquiera posible...?
Gisli se quejó, y cuando pareció que iba a llorar, la mano de Lyrei brilló. El fulgor se transmitió al cuerpo de la pequeña y la calmó, devolviéndola al sueño en que se había sumido al terminar su comida. Cuando Loki la miró, ella se encogió de hombros.
-Tiene gases.
-Qué eres? Quién eres? –Ella se rascó la nuca y cuando pareció que iba a comenzar a hablar, su mirada se disparó a la ventana. -Qué pasa? –Ella lo miró con pánico en los ojos.
-Alguien nos ha encontrado. –La vio ponerse de pie nerviosamente, sin desviar la mirada de aquella ventana. Entonces, lo sintió. Un enorme poder se acercaba a la cabaña. Por algún extraño motivo, le recordaba al de Thor. Pero no era posible. Este estaba... Corrupto...
-Toma a Gisli. Tómala y corre. Ve al bosque y escóndete. Busca algún pueblo y quédate ahí. Yo las encontraré. Siempre las encontraré. –La elfa lo estaba ignorando. –Lyrei! Lyrei, me escuchas? –Dejó a su pequeña hija en la cama y siguió la línea de la mirada de su amiga.
Su corazón se salteó un latido.
***
Thor observó la cabaña frente a él con escepticismo. No parecía para nada un lugar en el que Loki se quedaría. Aquella cosa era más apta para albergar una familia rural que a su hermano. La rondó desde una distancia prudente. Un caballo pastaba al frente, un huerto bien cuidado en la parte de atrás, un riachuelo a no mucha distancia...
A dónde demonios lo había llevado Strange?
Se acercó a la puerta y se puso en guardia cuando esta comenzó a abrirse. Un pequeño niño elfo blandiendo una espada oxidada apareció ante su vista.
-Q-Quien es!? –Su chillona vocecita trató de sonar autoritaria. El dios se relajó.
-Tranquilo, guerrero. No te haré daño. –Se acuclilló para quedar a su altura. –Están tus padres? –El chico frunció el ceño aún más.
-No debo hablar con extraños... -Murmuró.
-Oh, eso es verdad. –Sonrió. –Mi nombre es Thor. Cómo te llamas? –No hubo respuesta.- Estoy buscando a mi hermano. Lleva mucho tiempo perdido y tengo miedo de que la esté pasando mal lejos de casa. Es alto, tiene el cabello negro y ojos verdes como los tuyos. Dime, has visto a alguien así por aquí?
El elfo comenzó a bajar la espada lentamente.
-No es como yo? –Thor negó.
-Es un Asgardiano, como yo.
-Y es muy, muy blanco? –Esta vez, el dios palmeó las manos.
-Ese es mi hermano!
-He visto a alguien así. En lo profundo del bosque, cuando salí con papá a cazar. Apareció de repente y nos robó las presas de ese día, así que no volvimos a ir hacia allí. –El niño dio un paso fuera de la cabaña. –Puedo llevarlo, si quiere.
-Eso sería de gran, gran ayuda.
-Soy... Soy Gahel. –Dijo el jovencito seriamente cuando comenzaron a caminar juntos.
-Muchas gracias por tu ayuda, Gahel.
Siguió al niño a través de los árboles, internándose en el bosque. Al parecer, vivía con su padre, su madre y su hermana mayor, pero ese día todos habían ido al pueblo. El debía quedarse a cuidar su hogar.
Al cabo de lo que pareció una eternidad, el chiquillo se detuvo y señaló un camino perdido entre los matorrales.
-El hombre vino por ese lado. Papá dijo que lleva a las montañas, pero nunca me animé a ir. Y ahora que ese señor vive allí, no creo ir nunca.
-No te preocupes. Me llevaré a ese señor. No volverá a robarles las presas. Y podrás ir a las montañas cuando tú quieras.
Thor miró a Gahel a los ojos con una sonrisa y toda la sangre de su cuerpo comenzó a hervir. El cambio debió reflejarse en su rostro, porque el elfo lo miró con miedo y retrocedió.
-S-Señor?
-Gahel, dijiste?
-S-si... Qué pasa? Por... Por qué me mira así...?
El dios del trueno rugió antes de asestarle un golpe de martillo justo en la cara al pequeño mentiroso.
Gahel se disolvió en el aire.
El bastardo lo había engañado. Si no hubiese mirado sus ojos, jamás lo hubiese notado. El verde había comenzado a desaparecer.
-LOKI!
Un estallido de truenos encendió los árboles a su alrededor.
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Un último engaño.
De TodoLoki, Dios del engaño. Un título vacío. Un trono que no alcanzará. Un pueblo que lo rechaza. Un encuentro fortuito le abrirá los ojos y lo llevará a tomar una decisión que repercutirá en la vida de todos los involucrados.