Justin llegó justo cuando vio que Robert Montoya intentaba entrar a la casa de los Thompson a la fuerza. Greg y su madre le hacían frente en la puerta. Se bajó rápidamente de su caballo y se acercó con paso decidido. En ese momento Federico, el hijo mayor de Robert, se giró a verlo. Sonrió con malicia.
—Pero miren a quien tenemos aquí —dijo con sarcasmo—Al peón jefe.
—Cállate, Federico —dijo Robert —No estamos aquí para juegos infantiles, vinimos a buscar a tu hermana. Déjame pasar, Thompson.
—Ya te dije, Robert, tu hija no está aquí.
—Entonces ¿Por qué no me dejas entrar?
—Porque usted no es bienvenido aquí —habló Pattie apuradamente —No después de lo que sus hijos le hicieron a mi sobrino.
—Ya dije que fue un error.
—Si, haber fallado —murmuró Alejandro. Robert lo miró mal.
Justin se acercó hasta dónde estaba su madre y Greg, se paró delante de ellos y miró fijo a Robert Montoya.
—Creo que el señor Thompson fue claro, señor Montoya. Su hija no está aquí.
Robert se acercó otro paso a él, desafiándolo. Justin ni pestañeó, la verdad era que no le tenía ni un poco de miedo a ese hombre. Entonces Federico y Alejandro sacaron sus armas.
—Van a dejarme pasar —aseguró Robert.
—No —sentenció el castaño. Sintió la mano de su madre apretarlo con fuerza por detrás.
—Esto es demasiado, Montoya —dijo Greg algo nervioso —No tienes ningún derecho a amenazar a mi gente.
—Entonces déjenme pasar.
—¿Qué sucede aquí? —preguntó ella.
Todos los ojos giraron a verla. Selena estaba parada con una mueca preocupada, y a su lado estaban Greta y Matt, con dos canastas en las manos. Robert se alejó de Justin y sus hijos guardaron sus armas.
—¿Selena? —preguntó Federico. Ella lo miró y al instante puso cara de desagrado.
—Federico —le dijo distante y volvió la vista a Justin —Vuelvo a preguntar, ¿Qué sucede?
Robert dio unos pasos hasta Greta y justo cuando iba a tomarla del brazo, Selena se puso en su camino. Justin se tensó.
—Greta, ven aquí —le dijo. Ella ni se movió.
—Espere, espere, espere —dijo la morena —Necesito saber que sucede.
—Ellos vinieron a buscar a Greta porque creyeron que estaba con Christian.
Selena y Matt soltaron unas sonoras carcajadas y se miraron realmente divertidos.
—¿Con Christian? —dijo el rubio —Por dios, el pobre no puede ni salir de la cama después del disparo que le dieron.
—Y Greta ha estado con nosotros todo el día, juntando huevos —dijo Selena mientras le mostraba una de las canastas.
Robert los miró consecutivamente a los tres, parecía no estar del todo convencido. Pero luego de unos cuantos segundos soltó un suspiro y se giró a ver a Greg.
—Lo siento, Thompson.
—Está bien —dijo Greg.
—Nos vamos, muchachos —les dijo a sus hijos —Greta.
La chica le entregó la canasta a Selena con una pequeña sonrisa en los labios.
—Muchas gracias —murmuró.
