Selena ingresó a su habitación con cuidado. Aun era muy temprano y al parecer todos dormían. Sonrió y se dejó caer pesadamente en su cama. Justin y ella habían vuelto hacia allí, abrazados sobre White. Habían hablado, reído y compartido uno que otro beso. Hasta que se detuvieron frente a la casa y él la ayudó a bajarse. La había mirado tiernamente desde el caballo y le había dicho que la veía luego, antes de partir hacia las caballerizas.
Suspiró, estaba enamorada. Muy enamorada de ese hombre. Se cubrió el rostro con ambas manos mientras se aguantaba una estúpida sonrisa. Haber hecho el amor con Justin Bieber había sido una de las mejores cosas que le pasaron en su vida.
La puerta de su alcoba se abrió de golpe y él entró como un rayo. Selena se incorporó un poco de la cama y miró sorprendida a Matt.
—¡Quiero saberlo todo! ¡TODO! —exclamó histérico.
Selena rió y se sentó en la cama.
—Ya, tranquilo —intentó calmarlo.
—¡No me puedes pedir tranquilidad, cariño! Soy tu mejor amiga y necesito saber que es lo que pasó…
Ella se dejó caer en la cama, suspirando.
—Hicimos el amor…
—OH MY FUCKING GOOOOOOOOOOOOOD —gritó y Selena rió pero intentó silenciarlo porque sabía que su padre estaba durmiendo.
—¡No grites! —dijo divertida.
—ME MUERO MUERTISIMA RECONTRA ARCHI MEGA MUERTO, Selena…
—Matt, ya deja de gritar —exclamó.
—Bien —suspiró él y se sentó en la cama —Me calmo, me calmo…
—Así esta mejor —asintió ella.
—Cuéntame… —susurró nervioso.
—Solo voy a decirte que no puedo amar más a Justin porque no sé como hacerlo… Fue hermoso, Mattie, hermoso, perfecto y… ¡Ay, no sé! —dijo y se volvió a cubrir el rostro con ambas manos.
Matt comenzó a dar saltitos sentado en la cama y a aplaudir como todo un niño.
—¿A dónde te llevó?
—Al paraíso…
—No me refiero al placer, Selena.
—¡Cállate, tonto! —dijo sin dejar de reír y tirarle una almohada —De verdad, literalmente, me llevó al paraíso. Es un lugar realmente hermoso, uno de estos días voy a llevarte para que lo conozcas.
—Y ya, entre nosotras… ¿Es bueno? —preguntó.
—¡Matt! —chilló sin poder creerlo.
—Oh, vamos, Sweetness —rió él —No puede haber secretos entre hermanas.
Selena miró a su alrededor, como si hubiera alguien más en su habitación que pudiera escucharla.
—No usa ropa interior y es increíble…
—¡¿No usa ropa interior?! —la mandíbula de Matt casi tocó el suelo y la morena se echó a reír con ganas —My Re Gooooooooood, Selena ¿será que todos los peones son así?
—No lo sé —dijo ella encogiéndose de hombros.
—¿Te preguntó si querías ser su novia? —quiso saber.
Entonces la sonrisa de Selena comenzó a desaparecer lentamente. En ningún momento habían hablado de noviazgo y ella lo veía como algo muy… ¿apresurado? Lo amaba, claro que si. Pero ambos acababan de salir de sus respectivas relaciones. Aunque eso no les impidió hacer lo que habían hecho. Y una parte de ella quería agarrar y gritar: SI, SOY LA NOVIA DE JUSTIN.
—No, no me lo preguntó —murmuró al fin.
—¿Cómo que no? ¡Hicieron el amor, tuvo que habértelo dicho!
—Estuvimos muy ocupados como para pensar en eso, Mattie.
—Eres tan pervertida —aseguró. Ella rió y se puso de pie.
—Voy a bañarme…
La puerta de su habitación sonó. Selena se detuvo y se encaminó hacia la puerta. La abrió y se sorprendió de ver a su padre allí parado.
—Papá, deberías estar en la cama.
—Lo sé, hija —dijo él —Pero necesito que hablemos… Debes volver a la ciudad hoy mismo.
Ella lo miró espantada.
—¿Qué? —preguntó.
—Te juro que intenté hacerlo todo desde aquí, pero se me está haciendo imposible. Tienes que ir a hacerte cargo de la empresa en la ciudad, por lo menos por unos meses… hasta que pueda venderla.
—¿Vas a vender la empresa? —dijo confundida.
—¿De qué me perdí? —preguntó Matt asomándose por detrás de Selena —¿Cómo que vas a vender la empresa, Gregui?
—Pattie aceptó casarse conmigo —dijo así sin más —Y he decidido vender la empresa de la ciudad para poner una aquí, en el pueblo y comenzar a manejar todo desde el lugar al que realmente pertenezco.
Selena procesaba cada palabra que su padre había dicho. Volver a la ciudad, casamiento, vivir en el campo… ¿Y ella? ¿Y ella en dónde quedaba en todo eso? Pero sabía que debía hacerlo. El médico había sido claro con respecto a los cuidados que Greg necesitaba. Y ella tenía que cumplir con lo que había dicho.
Pero, ¿tenía que ser justo ahora? Justo ahora que se había reencontrado con el amor y que se había entregado completamente a el. ¿Cómo tomaría Justin aquello?
—¿Cuándo tendría que irme? —preguntó ella en un susurro.
—Te saqué un boleto para hoy a la tarde… mañana ya estarás en la ciudad y comenzaras con las ventas. Calculo que todo estará listo en cinco meses y podrás irte a donde quieras, hija mía. Incluso traer tu vida aquí…
¿Cinco meses? ¿Cinco meses alejada del campo, de White y principalmente de Justin? ¿Cómo podría ella soportarlo?
—¿Y Mattie? —preguntó por su amigo.
—Saqué un pasaje para él también, aunque no sabía si quería viajar…
—Sisi, me voy con ella —asintió el rubio.
—Está bien —murmuró.
—Selena, si no quieres hacerlo, hija, voy yo…
—¡No, no! —se apresuró a decir —Claro que no… yo voy a ir y me haré cargo de todo. Claro que te mantendré informado y te pediré tus consejos.
Greg sonrió y acarició su mejilla.
—Puedes decirle a alguien especial que vaya contigo…
—¿Qué? —dijo ella sorprendida. Él sonrió.
—Me refiero a Justin…
—¿Puedo hacerlo? —preguntó asombrada.
—Si él quiere irse, claro que si…
Selena asintió y se puso a pensar en aquello. Tal vez no todo era tan malo. Si, le diría a Justin que fuera con ella a la ciudad.