El Secreto De Max

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Caminando en silencio llegamos hasta la casa de Max, y este pareció tensarse al parar junto a la entrada, pero me dije a mi misma que solo era mi imaginación, el cansancio me estaba jugando una mala pasada sin duda.

- Raev... Yo...-dijo Max deteniéndose en los escalones que daban a su puerta- Tengo que decirte algo...

Parecía nervioso, y unas gotas de sudor le recorrían la frente, le mire con curiosidad esperando a que me lo dijera, abrió la boca e intento decir algo pero sus palabras quedaron ahogadas por el ruido de la puerta al abrirse. De la casa salió el padre de Max, casi no lo veía, ya que trabajaba mucho pero sabía que era uno de los empresarios más importantes del lugar.
No se parecía mucho a Max, salvo por los ahora despeinado cabellos marrones anaranjados, parecía alterado, llevaba la camisa arrugada medio desabrochada y note la ausencia de la corbata, nunca le había visto con semejante aspecto, además de que tenía la cara levemente ruborizada, o eso me pareció a mi.

-Max por fin has llegado. Raven... - dijo ladeando la cabeza hacia mi, le devolví el gesto y me fije en Max que parecía haber palidecido levemente , aunque seguramente se debía a la escasa luz blanca de las farolas cercanas, por lo que le reste importancia.

- Bueno... Esto Raev... Hablaremos mañana en el colegio, vale? - dijo esbozando una sonrisa un tanto forzada, por un momento me pareció distinguir súplica en su mirada, pero entonces ladeo la cabeza hacia su padre y decidí ignorarlo, asentí un poco extrañada y me fui. Durante toda la noche no pude dejar de darle vueltas a lo que Max quería contarme, parecía bastante serio, así que debía ser algo importante, finalmente me dije que fuera lo que fuera lo averiguaria al día siguiente en el colegio. Pero Max no acudió a clase. Aquello me extraño ya que Max nunca faltaba, pero me dije que quizás no se encontraba bien, igualmente me preocupe un poco por lo que decidí ir a verle por la tarde.

Al llegar a la casa de ladrillo vi las luces encendidas, aunque no pude ver nada ya que las cortinas estaban corridas, me acerque con paso vacilante a la puerta y unos gritos me detuvieron justo antes de picar a la puerta. Reconocí los gritos suplicantes de la madre de Max y las desesperadas protestas de este, pero lo que más me inquieto fue el grito de su padre, lo que hizo que se me erizara el bello de la nuca .
De repente se oyó un golpe seco y el ruido de objetos cayendo, ahogando los gritos de madre e hijo.
Un escalofrío me recorrió la espalda mientras comprendía la situación, tiré la bici al suelo y eché a correr tan rápido como pude hasta llegar a la comisaría. Entré como una exhalación en la silenciosa sala de espera y todos se giraron a mirarme atónitos , pero yo no les hice caso y me dirigí rápidamente al despacho de Tommy, evitando a la secretaria que gritaba mi nombre y que intentaba pararme.
Tommy estaba en el pequeño despacho como siempre, tecleando algo en su ordenador apoyado en su pequeño escritorio de madera raida mientras en la otra mano llevaba una taza que yo misma le había regalado llena de café.

-¿Raven? ¿Qué haces tú aquí? - dijo apartando la taza delicadamente - ¿Ha pasado algo?

-¡Tienes que venir conmigo ! ¡Ahora! - respondo alterada.

Él se levanto de su silla rápidamente y me siguió corriendo calle abajo hasta llegar a la vivienda de Max, se detuvo y me miro confundido.

-Creo que Max y su madre están en peligro - explico con voz rota, él me mira y veo el resplandor plateado de una pistola en su mano, a continuación me hace un gesto con la cabeza, yo asiento y oigo el ruido de los gozmes de la puerta al ceder frente a la patada que Tommy le ha asestado.

La luz del pasillo parpadea inquietantemente, y los normalmente impolutos cuadros y objetos de colección que había en las estanterías estaban tirados por el suelo hechos añicos, avanzamos con cuidado hasta llegar al comedor, la escena allí me dejó helada y ni tan siquiera llegué a escuchar las indicaciones de Tommy que apuntaba al padre de Max con el cañón de su pistola.
Max estaba tirado en el suelo, su mejilla derecha estaba enrojecida y mostraba alguna herida leve, pero lo más impactante era el brillo del miedo en sus ojos.
Su madre estaba arodillada en el suelo, cubriéndose una mejilla herida con la mano mientras temblaba y algunas lágrimas le caían en la moqueta, llevaba la ropa hecho jirones al igual que el pelo, y su cuerpo estaba lleno de moratones y heridas.

Antes de darme cuenta habían aparecido un par de policías y mi madre, a la que Tommy había llamado, los policías se llevaron al padre de Max hecho una furia a prisión provisional hasta el juicio, y mi madre enseguida se lanzó en los brazos de la de Max.

-¡Angela! ¿Porque? ¿Porque no me lo dijiste? - dijo ella mientras sostenía a la asustada mujer entre sus brazos y se deshacía en lágrimas.

-Yo... Tenía miedo... - reconoció esta con un leve temblor en su voz. Intento ponerse en pie con ayuda de mi madre, pero sus piernas estaban demasiado entumecidas y no podía dejar de temblar.

- Raev... Gracias... Si no llega a ser por ti... - la voz se le entrecortó y fue incapaz de terminar la frase. Me acerqué a Max sonriendole con ternura y le abrazé con fuerza intentando reconfortarle.

- Siento haber tardado tanto - le dije, y noté como temblaba bajo mis brazos, y supe que estaba llorando, aquello me rompió el corazón, Max nunca se había mostrado débil o indefenso, y aquella era la primera vez que le veía así, en aquel momento supe que haría lo que fuera para no tener que verle así nunca más. Lo que fuera.

--Iré publicando capítulos si veo que la gente lo lee, os esperan muchas sorpresas, espero que disfrutéis de la história (perdón por las faltas) y agradezco vuestro apoyo --

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⏰ Última actualización: Oct 15, 2019 ⏰

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