| B L A I R |
Lunes.
Cogí las llaves de mi coche siendo seguida por aquel chico alto de cabello castaño y ojos azules. Bajé al estacionamiento buscando mi pequeño auto con intenciones de adentrarme en éste.
—¿Dónde tienes pensado ir?—pregunté metiendo la llave para escuchar el ronroneo del motor.
—Vi por internet un par de anuncios y están cerca.
Asentí abrochando mi cinturón de seguridad y puse el GPS para no dar mil vueltas en el auto intentando buscar la desconocida dirección. Los débiles rayos del sol daban contra el salpicadero del carro, por lo que puse mis anteojos para ver bien la carretera.
—¿Cuándo comenzaremos mis clases?
Adriel despegó su vista de la calle y volteó a mirarme sin comprender que había dicho, sin embargo, luego de un momento procesó mis palabras.
—Podríamos empezar a practicar ahora. Ya sabes, palabras básicas.
—De acuerdo. Ponme a prueba—sonreí mirándole de reojo, intentando concentrarme en manejar y no en estamparme con el carro que iba delante de nosotros.
—Bien, repite después de mi... Trevligt att träffa dig—dijo con su seductor acento, era como una delicada caricia que sólo proporcionaba un roce que conseguía provocar un escalofríos en mi espina dorsal.
—Trevligt att trä... ¿Qué?—no pude evitar reírme por lo enredado que sonaba en mi lengua.
El chico de cabello rizado comenzó a reírse, echando su cabeza hacia atrás, dejando que esta se apoyara en el asiento del copiloto donde se encontraba, por lo que sus rizos cayeron directo por su frente.
—Es träffa, Blair—sonrió como si nada.
—Ok, träffa—dije marcando exageradamente la última vocal, como él lo había hecho con anterioridad.
—Bien, pero no exageres al marcar los fonemas.
—Oye tú me has dado una frase complicada, yo me esperaba un hola o algún adiós. No un träffa—volví a exagerar la palabra solo para molestarlo, pero él simplemente reía al ver lo desastrosa que era.
Le escuché soltar un suspiro seguido por una sonrisa repleta de burla.
—Hallå.
—Hallå—repetí después de él y sonreí victoriosa.
—Bien, eso estuvo bien. Du imponerar mig, vacker—sonrió bajando del auto cuando nos estacionamos afuera del edificio que poseía una variedad de pisos.
—¿Qué significa? —le seguí al vestíbulo del edificio.
—Si aprendes más palabras, probablemente podría decírtelo—se detuvo a un par de centímetros de mi rostro, encorvándose puesto que Adriel es mucho más alto que yo. Se quedó un par de segundos observándome pero volteó al instante para hablar con la persona que iba a rentar el piso.
Luego de haber visto como tres apartamentos, el ojiazul decidió quedarse con el último apartamento que era más pequeño pero quedaba más cerca del apartamento de Freya y mío. La señora de mediana edad le entregó las llaves y se fue dejándonos a solas.
—Me gusta—admití mirando el entorno, solo faltaba darle unas capas de pintura y quedaría perfecto.
—Es pequeño pero no necesito más —dijo apoyándose contra la pared con las manos metidas en los bolsillos de los pantalones negros—. Tengo que buscar un camión de mudanzas para traer las cosas de mi otro apartamento.
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A D R I E L ©
Teen FictionAdriel sería su perdición. Aquello que Blair intentó repudiar y alejar de su vida, había aparecido como un estúpido deseo que nunca pidió. ¿Qué tan malo podría ser el enamorarse de la persona equivocada? El amor que él le entregó solo consiguió de...