💫:sᴜʙᴍɪssɪᴠᴇ

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Sus labios eran tal y como los había imaginado, suaves y cálidos.

Moví mi mano a su cuello acariciando su piel con el dorso de mi mano dándole ligeros escalofríos a su pequeño cuerpo.

Agradecí que Jungkook me avisara sobre esta visita, si no hubiera sabido no hubiera podido probar tan deliciosos labios.

Era obvio que nunca dio un beso y saber que fui el primero en probar sus labios me hacía tener mucha más confianza de algun modo.

Guie sus labios a abrirse dándole paso a mi lengua a su boca, dejándome saborearla mucho mejor.

Una de mis manos bajo a su cintura aferrándose con algo de fuerza y lujuria, sentí la necesidad de tocar más allá, era tan suave.

Note como dejaba escapar jadeos en mi boca, como sus piernas se juntaban y como todo en ella temblaba, hasta sus manos que recién me daba cuenta de que estaban ahorcando mi camisa con fuerza.

Mi boca se apartó de la suya y bajé hasta su cuello, olfateando su delicioso aroma dulce, iba a convertirse en una adicción tenerla tan cerca y tocarla.

Park ___.

Mi estomago era una montaña rusa, sentía que iba a vomitar pero al mismo tiempo no, era un sentimiento demasiado extraño el que estaba experimentando.

— T-tae... —susurre apretando uno de sus brazos. Quería que se alejara pero se sentía tan delicioso sus besos que no quería que se detuviera.

Cosa que no hizo, cosa que intensificó.

Su boca succionaba mi cuello y juraba que me dejaría más de una marca por el.

Un cosquilleo incesante se hizo presente en mi intimidad al sentir aquella lengua trazar un camino de saliva sobre mi piel.

— D-dame mi celular, debo irme... —murmuraba con dificultad, siendo que al hablar sonaba más como un gemido.

Soltó un gruñido sobre mi cuello y se apartó.

Pensé que me dejaría pero no fue así.

A los segundos me quito mi mochila y sus brazos rodearon mis piernas elevandome haciendo mi cuerpo quede sobre su hombro como si fuera una bolsa de papas.

— Voy a enseñarte a obedecerme —dijo con la voz ronca.

— ¿¡Obedecerte!? —exclame sin comprender.

— Eres mía, no lo sabías pero, ahora sí —subía por las escaleras llevándome en su hombro.

Suya, yo, no sabia como procesar esas dos palabras que salieron de su boca.

"Eres mía", ¿Porque yo y no otra chica?, ¿Porque alguien que le tiene miedo de interactuar con las personas o le da pena abrir la boca?, ¿Porque con una chica que solo habla con 1 persona en el mundo?

Luego de hacerme preguntas me percaté de que estaba entrando en una habitación más grande que la sala de mi casa.

Cortinas verdes, paredes crema, una enorme cama y bueno... lo normal en una habitación.

— ¿Po...porqué yo? —titubee cuando cerro la puerta.

— No voy a responderte, no ahora —camino a su cama y me dejo en ella posicionándose sobre mi—. Eres mía, y vas a hacer todo lo que yo te diga —una vez que dijo eso su mano acaricio la cara interna de mi muslo, provocando que cierre mis piernas—, abrelas.

No iba a hacerlo, lleve mi mano a su brazo y trate de detenerlo pero su otra mano se poso bajo mi rodilla tirando a un lado, intentando que abra mis piernas.

Sentía una inmensa alerta de "peligro" que no era peligro, era ese calor que invadía mi cuerpo hace momentos pero mucho más intenso.

Se acerco a mi cuello besandolo con ternura,— Por favor... —susurro dejándome sentir su caliente aliento chocar con mi piel.

Ante su suplica no hice más que relajar mi cuerpo dejando que el mismo abra mis piernas con sus manos.

Me sentí como una perrita que recibía y obedecía ordenes de su amo.

En escasos momentos sentí algo duro contra mi vagina, pensé en su rodilla pero era bastante largo como para serlo.

Sus manos viajaron de mis piernas a mi sudadera levantandola con una lentitud que me mataba, deseaba que la quitara, el calor se me hacía insoportable con cada milisegundo que pasaba.

Luego de quitarla comenzó a moverse mientras su cabeza bajaba encontrándose con la casi diminuta camisa que traía.

Juraría que había sonreído.

Se levanto un poco para poder verme, cosa que no quise que hiciera, me encontraba más roja que una manzana.

— Voy a dártelo pero, vendrás mañana otra vez y vas a seguir mis órdenes —¿Porque?

— ¿Porqué? —musite.

— No te daré tu celular y se que en algún momento necesitaras de mi —me guiño un ojo levantándose de encima mía.

Una vez notado que estaba lejos de mi cuerpo respiré profundo con la intención de calmar todo mi sistema respiratorio que hace unos minutos estaba demasiado acelerado.

Me incorpore cuando mi respiración volvió a su ritmo habitual y me puse mi sudadera a pesar de morirme de calor.

— Responde mis mensajes cuando lleguen, si no lo haces recibes un castigo —me lanzo mi celular y lo atrape un sinfín de veces ya que se me escapaba y lo volvía a agarrar.

— S..si... —me pare con mis ahora temblorosas piernas y caminé a la puerta.

— Espera —me detuve con miedo y esperé a que pasara algo como lo anterior pero no.

Me cargo como una princesa y salimos de la habitación recorriendo un pasillo.

Me bajo en sus brazos por las escaleras hasta llegar a la puerta donde me dejo en el piso.

— Yo voy a llevarte a casa, si te pasa algo voy a morirme —anote aquellas palabras en mi cabeza y agarré mi mochila escuchando la puerta principal abrirse.



popular boy||KTH&____||+18||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora