¿Quién era ella?
No lo sé, pero había despertado mi curiosidad, el receso dio por terminado y mis amigos se pararon de la mesa, le eché un último ojo a la chica, pensando que se movería y podría ver su cara pero no: siguió en su posición
Las clases continuaron como esperaba: los maestros presentándose, diciendo cuál sería su materia. En uno que otro hicimos trabajo, pero siempre con todos hacíamos una portada en nuestra libreta respectiva a esa materia
Finalmente me presenté con los rostros nuevos, dos eran hombres y una nueva mujer. No era fea, pero tenía unas pestañas exageradamente largas, casi me dio envidia (de la buena)
Fui amable con todos y me despedí, Aarón y Byron salimos juntos del salón riendo; hablando sobre los nuevos maestros y nuestra impresión con cada uno de ellosSalimos y fuimos a comprar unos churros antes de irnos cada quién por su lado
–¿Vieron a la chica nueva? Esta preciosa– mencionó Byron llevándose un churro a la boca
–Tiene pestañas largas– dije preparando mis churros
–Es bonita– dijo Aarón restándole importancia
Nos despedimos y nos fuimos cada quién por su camino, yo me dirigí a la parada del camión, por lo que tuve que caminar un poco. Me despedía de una que otra persona que conocía de otros grados para después seguir con mi camino hacia la parada del bus
Al llegar, me senté ansioso: Ya quería irme a mi casa, echarme y ver buen nesflis (Netflix, para los que no saben italiano)
Y lo malo, es que mi camión tarda vidas en pasar, así que mi espera si que iba a ser larga. Pero no podía ponerme mis audífonos, no quería que me vieran distraído y me arrebataran el teléfonoY no era cualquier teléfono, era un iPhone. Mi familia siempre a sido de buen dinero, no soy rico pero... Tengo lujos
Si claro, tantos putos lujos que tengo que viajar en camión, pues mis padres se llevan ambos carros que tenemos para el trabajo, y salen algo tarde así qué... Ahí está la razón del por qué estoy aquí***
Llegué a mi casa, Daisy (la chica que hacía el aseo) me abrió la puerta (me imagino que por qué me escuchó llegar)
–Bienvenido señor Frederick– saludó haciendo una pequeña reverencia
–Hola Daisy, te he dicho que Freddy está bien– le dí una sonrisa de boca cerrada –Y también te he dicho que no por que a mis padres les tengas que hacer reverencias me las tengas que hacer a mi, no soy el rey del mundo
–Disculpeme por favor señor Frederick, déjeme ayudarlo con su mochi...
–Te dije que me...– tomé el puente de mi nariz frustrado –Ugh no importa, dime cómo quieras, y no, yo puedo sólo, pero aún asi muchas gracias– dije amable
Ella asintió y cerró la puerta tras de mí, si yo fuera Daisy estaría muerta, ya que la casa donde vivo es algo grande; debe ser muy cansado limpiar esto, pero le pagan bien, así que supongo que vale la pena
Subí las escaleras que daban al segundo piso con dirección a mi cuarto, abrí la puerta de madera y entré a mi gran espacio personal, mi cuarto me encantaba
Las paredes eran grises, tenía un gran clóset café obscuro, también estaba mi cama King size con dos buros, uno a cada lado. Frente a ella, estaba mi gran ventana con cortinas negras, y a lado de ella mi escritorio, donde suelo hacer mis tareas... O hacerme pendejo mientras miró por la ventana sentado. Y casi a lado de la puerta, se encontraba una televisión grande colgada y una barra colgante, donde tenía mi xbox y un dvd (que casi no uso)
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A pesar de todo
Teen FictionMis amigos siempre hablaron de chicas buenas, con pechos grandes y dos grandes nalgas, para ellos, esa era su chica perfecta Para mí, mi chica perfecta estaba sentada en la banca más alejada de todos, en un rincón de hecho, leyendo un libro Siempre...