No hay amor con normas //LAW X LUFFY//

-CAPÍTULO UNO-

Pov. LUFFY:

-Hola, soy Monkey D. Luffy. Tengo 18 años y es mi primer año en la universidad Enel.

-¿Qué es lo que más te gusta hacer, Luffy?

-Jugar al Fornite, ver anime y comer carne. -dije contento.

Los demás empezaron a reírse. Crocodile siguió preguntando.

-Bueno... Luffy. ¿Tienes pensado lo que quieres hacer en el futuro?

-No. Me gusta pensar sobre la marcha; me adaptaré a lo que vaya surgiendo.

-Ya veis... No tiene futuro. -había hablado Eustass Kid. Un abusón que me hizo la vida imposible en el instituto. Las chicas a su alrededor rieron encantadas, como si acabara de anunciar que había ganado un premio Nobel.

-Siéntate, Luffy. -Crocodile miró la lista y siguió con las presentaciones.

Me senté sin decir nada ni mirar a nadie, oyendo los malos comentarios de los nuevos compañeros de mi alrededor. Otra nueva oportunidad de hacer amistades perdida...

Había muchas cosas que no había dicho, ni las iba a decir; obviamente. Desde hacía tiempo, me he pasado la vida haciendo de observador sin involucrarme en hacer nada. Puede que por eso apruebe todas las asignaturas raspadas... Pero no estoy seguro de que esa sea mi verdadera personalidad, al fin y al cabo esa es la que Kid y su pandilla se han limitado a construir.

El resto del día pasó normal. Tampoco había estado tan mal después de todo...

Cogí el autobús para volver a casa. Yo había vivido sólo desde que mi madre murió en un accidente de coche hace seis años, y mi padre me dejo sólo hace tres porque se había marchado con otra mujer a "vivir su vida". Tampoco me importó mucho su partida, él me maltrataba y me pegaba cuando hacía algo que no le agradaba.

Me tuve que buscar las habichuelas y empecé a buscar algún rastro de mi demás familia, era menor de edad y no podía vivir sólo en casa.

Encontré a mi abuelo que vivía a las afueras de la ciudad; y cuando me presenté ante él y le expliqué mi situación, Monkey D. Garp; me acogió en su casa. Pero hace un tiempo se marchó al extranjero a hacer negocios... por lo que me quedé sólo de nuevo.

Con el poco dinero que me dejó mi abuelo, apenas me llegaba para un año... Asique alquilé mi piso y ahora vivo con dos chicos mayores que yo: Ace y Sabo.

Los tres estamos tan unidos que nos llamamos hermanos, y nos tratamos como tal. Ellos son lo más parecido a una familia que tengo por el momento.

Abrí el portal de casa y me arreglé un poco en el espejo sin evitar mirarme la cicatriz de mi ojo izquierdo.

Esa maldita marca permanente que demuestra que alguna vez tuve dignidad...

Flashback (Luffy -14 años)

Era de noche. Yo corría calle abajo lo más rápido que podía. Nunca había tenido mucha resistencia, pese a lo mucho que me gustaba entrenar en el deporte. Los perseguidores no se cansaban, me seguían de cerca.

¿Qué había hecho mal? Hace apenas un rato, por fin me había confesado a una chica, mi mejor amiga, de lo que en realidad sentía por ella después de tanto tiempo.

Kid nos vió y se enfadó conmigo. Pero yo me enfrenté a él... Gran error.

Torcí en la esquina y me metí en una calle... Sin salida. Pero ya era tarde para rectificar. Kid y tres amigos (sirvientes) suyos, tapaban la boca de la calle.

-¿¡Qué narices quieres, Kid!? -dije resignado a seguir huyendo.

Él se me acercó, me agarró de la camisa y me dio un puñetazo en la cara.

-¡¡NI SE TE OCURRA ACERCARTE A MI NAMI NUNCA MÁS!! -me escupió, pero yo no iba a dejar pasar eso tan fácilmente.

-¡¿Acaso sales con ella?!

-¡Eso no te importa! ¡NO LA VUELVAS A TOCAR!

-¡Entonces dame una sola razón para no hacerlo!

-Bien... Si te vuelves a acercar a ella... Te mataré.

Me empezaron a temblar las manos, pero logré deshacerme del agarre de Kid e intenté escapar; pero los otros sujetos me atraparon en el intento.

-¡ES MI MEJOR AMIGA! ¡JAMÁS ME SEPARARÉ DE ALGUIEN TAN BUENA Y BONDADOSA COMO NAMI! -dije a la desesperada.

Kid sacó una navaja y me dio un tajo en el ojo. Grité por el dolor y empecé a sentirme muy pesado... Alguien gritó a nuestras espaldas.

Era Nami.

Ninguno se había dado cuenta de su llegada.

La pobre chica salió corriendo, asustada ante lo ocurrido.

-¡Nami! ¡Espera! ¡No es lo que parece! ¡¡NAMIIII!! -pero no hizo caso a la desesperación de Eustass.

Por fin me soltaron y salieron corriendo detrás de Nami; dejándome tirado en la calle. Y me dormí por el cansancio.

A la mañana siguiente, desperté con un dolor de cabeza que me dolía más que las heridas. Me dirigí a casa, esperando recibir el apoyo de alguien.

-¡Papá! -él no vino a buscarme.

Llegué al salón y Monkey D. Dragon me miró al fin.

-¡¿Dónde narices te habías metido?! -bramó enfadado- ¿¡Y qué son esos moretones?!

-Me metí en una pelea... -se le iluminaron los ojos.

-¿Ganaste?

-No.

Mi padre me dio un tortazo; tirándome al suelo. Me miró con unos ojos cargados de odio.

-¡ERES UNA VERGÜENZA PARA NUESTRA FAMILIA!

No me esperaba eso. Creo que nunca en mi vida me había sentido tan sólo...

Fin del Flashback

No había vuelto a ver a Nami desde entonces. Ya no respondía a mis mensajes y llamadas, ni me contestaba al megafonillo de su casa. Pero bueno; no podía culparla...

Por lo menos, las cosas ya no eran así. Podía abrazar a dos maravillosas personas que me esperaban en casa.

Abrí la puerta y oí unas voces.

-¡QUÉ TE DIGO GLOBOS ROJOS! -reconocí a Ace.

-¡NO! ¡ES INNEGOCIABLE! ¡AZULES! -inconfundiblemente, Sabo.

Me empecé a reír. En una semana era mi cumpleaños y ellos no querían que descubriera su "sorpresa". Con un poco de pesar, me dirigí a un banco de enfrente de casa; a hacer mis tareas escolares. Y me dí cuenta de que me faltaba el archivador... con todos los apuntes.

-¿¡Q-QUÉ MIERDA?! -vacié la mochila y empecé a rebuscar entre las cosas del suelo.

Nada. Se me habría quedado en clase. Y es una faena no llevar los deberes el segundo día de clase...

Me dejé caer en el banco, recogiendo mis cosas y metiéndolas de cualquier manera en la mochila; pero una chica se me acercó.

Tenía mi archivador en la mano, pero me sorprendió más quien era.

Nami.